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Todo está guardado en la memoria
Jesús Nieto Jurado - Siglo XXI - 17 de diciembre de 2004

http://www.diariosigloxxi.com/noticia.php?id=5335


En el oficio del columnismo, en el que se precisa mala bilis y humor negro a partes iguales, se agradece en ocasiones el que la prensa brinde titulares ante los que el columnista pueda desplegar el quevediano juego de los dobles sentidos y las metáforas, y este es el caso de la portada de "El País" del pasado lunes en la que se afirmaba que el Partido Popular, antes de que abandonase Moncloa el insigne jugador de pádel, José María Aznar, hizo desaparecer todos los archivos informáticos de los ordenadores de presidencia, y es aquí donde plasmo mi tesis de inicio, puesto que este titular esconde en sus breves 6W, el comienzo de una historia de manipulaciones, engaños, mentiras y en último término extirpación de la memoria colectiva.

Este suceso que en una democracia con una clase política sana y preparada, pudiese ser tomado por algo anecdótico, adquiere tintes trágicos en nuestro país donde las formas y las ideas políticas han sido eclipsadas por el fanatismo y la cerrazón. Noticia por tanto, la de la eliminación de la memoria de los ordenadores de presidencia que como bella metáfora escondida en los titulares de la prensa, me invita a divagar más allá del hecho noticiable, encontrando el lector por tanto, condensado en el susodicho titular, un viejo anhelo de la rancia derecha española, el eliminar la memoria del pueblo, puesto que un pueblo desmemoriado es un pueblo muerto y manipulable.

El PP no sólo ha borrado la memoria de los ordenadores de presidencia, sino que durante mucho tiempo ha pugnado por oponerse a la restauración de la memoria histórica mientras un puñado de coherentes historiadores excavaban las fosas franquistas para esclarecer ante la opinión pública que es lo que se escondía en las entrañas de la tierra española y que el gobierno popular deseaba obviar.

Y no hay mejor forma de controlar a un pueblo que volviéndolo amnésico, sumiéndolo en el olvido con deplorables métodos como la falsificación del pasado histórico en aulas donde antiguos inquisidores que antaño llevaban a la hoguera a los que mascullaban que la tierra era plana o traducían la Biblia del hebreo, se empeñan en dar una visión espiritual de España como reserva moral de occidente, o impartiéndosele magistrales clases en Universidades americanas donde intelectuales del yugo, las flechas y la gaviota refundan "ex profeso" la historia patria, demonizando a Boabdil y encomendándose a la protección divina de Santiago Matamoros o Don Pelayo.

Al menos, debemos consolarlos en la medida en la que durante el período de servidumbre a "Tío Sam", los libros de historia no incluyeran a Bush o Reagan en la lista de los Reyes Godos.