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Trillo: Por Perejil hacia el Imperio. Por Honduras hacia Dios.
Malali Labrac - Rebelión - 27 de febrero del 2004

http://www.rebelion.org/spain/040227tri.htm


Trillo el ministro de la guerra del Reino de España perdió los papeles el otro día en un mitin del PP en la localidad alicantina de Santa Pola bramando que le hubiera gustado tomar Perejil hace ocho años. Trillo estaba probablemente borracho, por los gestos y la forma de hablar, pero este hecho se ha producido unos días después del acto en que el ministro regaló un euro a una periodista que le preguntó por las temibles armas de destrucción masiva de Sadam Hussein. Estas son sólo las últimas bravuconadas de Trillo tras el mandahuevos, el viva honduras, el alba con fuerte viento de levante, las playas esplendorosas...

Trillo es un buen espécimen del pepero nacional : un macho hispánico, militarote y de pelo en pecho, que se excita con el cara al sol y que tiene un chiste malo para cada ocasión. Siempre recordare su enfermiza obsesión por el reportero del CQC Tonino Guitián, pues a cada pregunta que le hacían los hombres de las gafas negras él respondía preguntando por el más despistado de los reporteros del Gran Wyoming. Recuerdo, que en uno de los últimos programas de CQC Trillo se enfadó con Pablo Carbonell porque éste se cachondeó del desfile marcial del ministro ante el banderazo de la plaza de Colón. No nos debemos olvidar que don Federico pertenece a una familia de militares y él mismo es miembro del cuerpo jurídico de la Armada. Se confirma entonces lo que ya sospechábamos del ministro: él es un hombre de los de siempre, de los legionarios de Millán Astray, de aquellos que vociferaban ante Unamuno el muera la inteligencia y el viva la muerte.Sólo un régimen tan podrido cómo el que nació de la Constitución del 78 pudo encumbrar a semejante elemento a la presidencia del Congreso de los Diputados, o lo que es lo mismo, a ser la cabeza visible del Poder Legislativo del Estado Español. Lo mismo podríamos decir de la ascensión al cielo monclovita de un oscuro inspector de hacienda, pero esa es otra historia.

Trillo es un irresponsable, culpable de la muerte de 62 militares españoles en el accidente del Yak 42, Trillo es el casposo que invadió Perejil (Leyla para los marroquíes), el energúmeno que plantó en pleno centro de Madrid una bandera kilométrica, rojigualda, por supuesto. Trillo es cómo la mezcla macabra de dos crueles africanistas, Millán Astray y Queipo de Llano, vestido de traje y corbata. Es otro más de los personajes de charanga y pandereta que ha aportado el PP a la vida política nacional. Junto con el texano Aznar, la Harpo Palacio, el Dobermán Cascos, la Pilar del Caudillo, el señor de los hilitos de plastilina Rajoy, el señorito andaluz Arenas Movedizas, el Reverencias al emperador Piqué, el Moreno de Rayos Uva Edu Zaplana, el ministro de la Porra Acebes Paniagua... Trillo forma parte de esa galería de los horrores que ha gobernado el Estado durante ocho largos años, bombardeando, mintiendo, manipulando, robando, y vendiéndose al Imperio. Si no tuviéramos suficiente con ellos, ETA les echa una mano en pleno período electoral con la tregua en Catalunya, dificultando aún más la liberación nacional de Euskal Herria.

La ministra de Administraciones Pública llama asesinos a los componentes del partido de Maciá y Companys, ella una militante del partido de Franco y Primo de Rivera. El presidente de Murcia califica como alcohólico al president de Catalunya, mientras el ministro de la Guerra se emborracha en un mitin, imita con acento andaluz a Guerra y Felipe y se lamenta de no haber tomado Perejil hace ocho años. Esta es la España que nos ha tocado vivir a comienzos del tercer milenio y estos son sus dirigentes. No tienen nada que envidiar al consorte de la Pantoja, el exalcalde de Marbella Julián Muñoz o al playboy del inserso Humberto Janeiro. Son tan patéticos y cutres como ellos. Sólo que los monstruos de la prensa del corazón no participan en guerras imperialistas ni permiten la tortura en comisarías y cuartelillos del Estado. Ellos, los patrones de la nueva España, sí.

Algún día quizá los veamos en un banquillo por ello. Imagínense al ministrillo de los ejércitos gritando mandahuevos o viva honduras frante al tribunal mientras el hombre del bigote se palpa el labio leporino y recuerda los días en que subió los pies encima de la mesa imitando a George. Si eso ocurre significará que ha triunfado nuestro oto mundo posible.