Artículos y Documentos

San Porcioles.
MANUEL TRALLERO - La Vanguardia - 11/10/2004

http://www.lavanguardia.es/web/20041011/51165837765.html


Debo confesarles que tras contemplar El abecedari Porcioles que nos endosó La Nostra de TV3 se me quedaron los ojos a cuadros, sin dar crédito a lo que estaba viendo, en aquella especie de No-Do franquista, salvo contadísimas excepciones, al que sólo le faltaba poner la voz del fallecido Matías Prats. La primera conclusión que saqué es que, por favor, vuelvan a subvencionar la Fundación Francisco Franco con dinero público, en contra de lo que yo califiqué, en estas mismas páginas, de escándalo. Porque si es verdad que en Alemania a nadie se le ocurriría la idea de sufragar a cuenta del presupuesto una institución dedicada a exaltar la obra de Hitler, no es menos cierto que a ningún político alemán, en su sano juicio, se le ocurriría la brillante idea de ensalzar la figura del alcalde de Berlín durante la época de los nazis. El señor Narcís Serra y el señor Pasqual Maragall estuvieron a punto de concederle la Creu de Sant Jordi a título póstumo, y el ex presidente de la Generalitat, el señor Jordi Pujol, le calificó de visionario, como si hubiera sido un profeta y no un megalómano obsesivo que nos llevó directamente a la ruina, y cuya ingente obra nos ha costado a los barceloneses una pasta gansa al tener que rehacer sus atrocidades.

En Catalunya, por lo visto, no había franquistas, fueron sencillamente imaginaciones mías, y lo único que sucedió es que a unas personas, henchidas de buena voluntad y con ganas de servir al prójimo y a Catalunya por encima de cualquier otra consideración, no les quedó otra solución -muy a pesar suyo- que participar activamente en aquel régimen, que, por cierto, mataba y torturaba y destrozaba nuestras vidas impunemente mientras el señor Porcioles recibía a Copito de Nieve en su despacho del Ayuntamiento.

Yo no sé de verdad para qué vamos abriendo tumbas de fusilados por la represión franquista, ni para qué piden la anulación del juicio a Companys o que el Gobierno de España pida perdón por aquella ejecución, y tantas otras iniciativas para recuperar la llamada memoria histórica, si la televisión pública catalana lo primero que hace es olvidar la memoria de tantos y tantos barceloneses que padecimos a Porcioles hasta ayer mismo, como aquel quien dice. Realmente, Franco tuvo la desgracia enorme de no haber sido catalán. De haber tenido esa suerte inmensa, en estos momentos sería uno de los nuestros y, hombre, todos reconoceríamos, eso sí, que en ocasiones se le fue la mano, pero que al fin y al cabo también hizo lo que pudo en aquellas difíciles circunstancias, así que... pelillos a la mar.



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