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Aznar y su partido tienen interés en que permanezca versión mentirosa del franquismo
Newsweek International - Febrero 2004

http://www.msnbc.msn.com/id/4192295/



Admitir el pasado: Nuevos libros y películas encaran la Guerra Civil española.

El silencio ha sido roto. Después de décadas de evitar el tema de la guerra civil española, los jóvenes españoles han decidido enfrentarse al pasado de su país. Al final de los años treinta, 350.000 personas perdieron la vida en el conflicto. Decenas de millares más murieron durante la dictadura del victorioso Francisco Franco. Pero después de la muerte de Franco, en 1975, la derecha y la izquierda, los vencedores y los vencidos alcanzaron un "pacto nacional del silencio," empujando al país a mirar hacia adelante, al futuro democrático, dejando atrás el pasado de la guerra. Ahora el pacto de silencio está siendo rasgado por los nietos de los veteranos de guerra civil y las víctimas impacientes por recuperar su historia enterrada.

Es casi imposible pasar por una librería, un teatro, un cine o un museo español sin ver recordado el conflicto sangriento. El verano pasado el Museo del Prado inauguró su primera exposición relacionada con la guerra civil española, una colección de fotografías que representaban los esfuerzos por proteger obras maestras españolas contra las bombas y la mutilación de la guerra urbana. "La voz dormida," de Dulche Cachón, un libro acerca de las mujeres de izquierdas que fueron encarceladas por Franco, alcanzó rápidamente las listas de libros más vendidos. Y "Soldados de Salamina", de Javier Cercas, una novela sobre un periodista que investiga el fuga inverosímil de un dirigente de Falange que escapa de una escuadrilla republicana en los últimos días de la guerra, ha volado de las estanterías, llegando a vender más de 500.000 copias desde que fue publicada en 2001. Una película, basada en la novela, ha estado en cartel en los cines españoles durante casi un año y fue elegida como candidata de España para el Oscar de la mejor película extranjera de este año. "Cuando tenía 25 años no pensaba en la guerra" dice Cercas, 41, "era algo viejo, antiguo. Deseábamos ser europeos, posmodernos, irónicos. Ahora podemos mirarlo de una manera diferente."

Demasiado joven para recordar el miedo de la dictadura del EL Caudillo e inspirados por las comisiones de la verdad de Sudáfrica y de América latina, una generación más joven está empujando al país a enfrentar su pasado. Cada vez hay un sentido mayor entre los periodistas jóvenes de registrar las memorias de los que sobrevivieron a la guerra antes de que mueran. "Hoy, casi 30 años después de la muerte de Franco, mucha gente joven en España se pregunta porqué sabe más sobre crímenes contra humanidad en la Alemania nazi, Bosnia, Argentina y Chile que sobre su propio país," dice Montse Armengou, 40, que ha producido dos documentales con mucha repercusión en la televisión. "Los niños perdidos del franquismo" reveló el destino de los hijas de las presas republicanas, y "Las fosas del silencio" sobre las matanzas llevadas a cabo por las tropas del general de Franco.

El movimiento para preservar la historia olvidada del país comenzó hace aproximadamente tres años, cuando el periodista Emilio Silva comenzó a investigar la historia de su propio abuelo, un republicano asesinado en 1936. Sus resultados lo condujeron hasta una fosa común en el norte de España, en donde él encontró los restos de su abuelo y de otros 12 hombres. Tras encontrar a su abuelo; Silva, 38, fundó la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica con el fin de ayudar a otras familias a resolver sus preguntas sin respuesta. Desde entonces, los equipos de la asociación formados por voluntarios españoles e internacionales han exhumado 246 cuerpos de 37 fosas comunes a lo largo y ancho del país. Además planean más exhumaciones para este verano. "Los nietos deseamos saber qué sucedió, para recuperar las historias de nuestros abuelos," dice Silva. De la historia de su búsqueda de la fosa de su abuelo y de otras fosas la TVE2 española emitió un documental el mes pasado.

Pero no todos han dado la bienvenida a este despertar histórico. Desde la muerte de Franco, los diferentes gobiernos españoles han insistido en que España debe mirar hacia adelante y no hacia atrás. El Partido Popular, del presidente del gobierno José María Aznar, tiene interés en que permanezca la versión mentirosa del pasado, escrita por los vencedores. El PP fue fundado (y Aznar fue elegido como su líder) por un ministro anterior en el gabinete de Franco.

Según el profesor Sebastian Balfour de la London School of Economics , el partido todavía es apoyado por españoles que justifican a los rebeldes de Franco que comenzaron la guerra para prevenir el impacto del comunismo y del ateísmo. De hecho, el gobierno anunció recientemente un programa para repatriar los cuerpos de los soldados españoles que lucharon junto a Hitler en el frente del Este, y ha rechazado hasta ahora financiar el exhumación de fosas comunes dentro de España llevadas a cabo por grupos como el de Silva. Pero gracias a los esfuerzos resueltos de un puñado de escritores y de directores de cine, el empuje hacia el conocimiento de la historia avanza.

© 2004 Newsweek, Inc.

traducción para acp

English Text

Admitting The Past

New books and films take o­n the Spanish Civil War

By Liat Radcliffe
Newsweek International

Feb. 16 issue - The silence has been broken. After decades of avoiding the subject of the Spanish Civil War, young Spaniards are at last confronting their nation's past through a spate of new books and films. In the late 1930s, 350,000 people lost their lives in the conflict; tens of thousands more died during the ensuing dictatorship of the victorious Generalissimo Francisco Franco. But after Franco's death in 1975, the right and the left, the victors and the vanquished, agreed to a national "pact of silence," urging the country to look forward to a demo-cratic future instead of dwelling o­n a war-riven past. Now that pact is being ripped up—largely by the grandchildren of Civil War veterans and victims eager to recover their buried history.

Suddenly it's nearly impossible to pass a Spanish bookstore, movie theater or museum without being reminded of the bloody conflict. Last summer the Prado put o­n its first exhibition related to the Spanish Civil War, a collection of photographs depicting efforts to protect Spanish masterpieces from the bombs and mayhem of urban fighting. "The Sleeping Voice," by Dulche Cachon, a book about women from the left who were imprisoned by Franco, quickly made the best-seller list. And Javier Cercas's "Soldiers of Salamina," a novel about a journalist investigating the unlikely escape of a top Falangist from a republican firing squad in the final days of the war, has been flying off the shelves, selling more than 500,000 copies since it was published in 2001. A movie based o­n the novel has been playing in local theaters for almost a year, and was chosen as Spain's entry for a best-foreign-film Oscar nomination this year. "When I was 25, I [didn't] think about the war," says Cercas, 41. "It was an old, primitive thing. We wanted to be Europeans, postmodern, ironic. Now we can look at it in a different way."

Too young to remember the fear of El Caudillo's dictatorship and inspired by truth commissions in South Africa and Latin America, Spain's younger generation is pushing the country to confront its past. There is a growing sense of urgency among young journalists to record the memories of those who survived the war before they die. "Today, almost 30 years [after Franco's death], many young people in Spain wonder why they know more about crimes against humanity in Nazi Germany, Bosnia, Argentina and Chile than in their own country," says Montse Armengou, 40, who has produced two influential television documentaries, "Franco's Forgotten Children," which revealed the fate of several republican prisoners, and "The Spanish Holocaust," about the mass killings committed by Franco's troops.

The movement to preserve the country's forgotten history started about three years ago, when journalist Emilio Silva began researching the story of his own grandfather, a republican killed in 1936. His findings eventually led him to a mass grave in northern Spain, where he found the remains of his grandfather and 12 other men—prompting Silva, 38, to found the Association of the Recovery of Historical Memory in order to help other families resolve their unanswered questions. Since then, the association's teams of unpaid Spanish and international volunteers have exhumed 246 bodies from 37 mass graves across the country; more exhumations are planned for this summer. "[We] grandsons want to know what happened, to recover the stories of our grandfathers," says Silva. His moving tale of his search for his grandfather's grave aired o­n Spanish TVE2 last month.

Not everyone welcomes this historical awakening. Although every Spanish government since Franco's has insisted that Spain look forward and not back, Prime Minister Jose Maria Aznar's Popular Party has a special interest in letting the past—as written by the victors—lie. The PP was established (and Aznar chosen as its leader) by a former minister in Franco's cabinet. According to Prof. Sebastian Balfour of the London School of Economics, the party is still supported by Spaniards who believe that Franco's rebels were justified in starting the war to forestall the o­nslaught of communism and atheism. Indeed, though the government recently announced a program to repatriate the bodies of Spanish soldiers who fought for Hitler o­n the eastern front, it has so far refused to finance the exhumation of mass graves at home by groups like Silva's. But thanks to the determined efforts of a handful of writers and filmmakers, the push for historical reckoning seems certain to go o­n.

© 2004 Newsweek, Inc.