Entrevista Paul Preston. «Los papeles del Archivo de Salamanca son botín de guerra»
Diario de León - 08/12/2004
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El prestigioso hispanista, que actualmente investiga el «holocausto español», respalda la demanda de Cataluña y reafirma el «juancarlismo», no el «monarquismo» del país
Miguel Lorenci - Madrid
Paul Preston (Liverpool, 1946), uno de los más reputados hispanistas, estima que Cataluña debe recuperar los documentos que reclama la Generalitat al archivo de la guerra civil de Salamanca. Cree el historiador, premio Príncipe de Asturias y biógrafo de Franco, que es «vergonzoso» que algunos de los papeles del dictador sigan en manos privadas y no depositados en una institución estatal. Desde su casa de Londres analiza Preston la salud y el futuro de las monarquía española y británica. «Una de BMW y otra de carruaje», compara.
-¿Qué piensa de la reivindicación del archivo de Salamanca por parte de Cataluña?
-Estoy a favor de la devolución de los papeles que reclaman los catalanes por muchas razones. No podemos olvidar que esos papeles son un botín de guerra de las tropas franquistas. Se organizó en 1938 la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos y eso supuso el robo de papeles con un claro fin represivo. Se robaban para obtener información sobre personas que eran encarceladas y torturadas.
-¿Se deben, entonces, devolver a quien los pida?
-Desde luego. La manera de obtener el material y su utilización determinan la naturaleza del archivo. Se dice que no se puede romper su unidad, suponiendo que es un archivo completo sobre la guerra civil. Es parcial. Tiene material sobre la izquierda y los liberales masones capturados en zona republicana. De las zonas nacionales no hay nada.
-¿Cabe una solución de consenso?
-Sí. Cataluña quiere digitalizar los documentos. Devolver los originales a sus lugares de origen a cambio de copias sería una solución conciliadora. Hay demandas de Aragón y Valencia en el mismo sentido, y creo que la campaña va para largo.
-Usted dice que Juan Carlos I se ganó a pulso la legitimidad de su reinado. ¿Qué le augura a su sucesor? -No sabemos cómo será la transición. Dependerá del contexto. Si suponemos una sucesión normal y no en una crisis, el primer reto del príncipe Felipe es saber que su reinado no será como el de su padre. La gran disyuntiva, que él habrá pensado cien veces, es si España es juancarlista o monárquica. Y parece evidente que es juancarlista y no necesariamente monárquica. ¿Qué puede aportar un rey Felipe al trono? Uno de los grandes logros de su padre ha sido ofrecer una jefatura del Estado apolítica. En una hipotética República, sería difícil dar con un Jefe de Estado tan ecuánime como Juan Carlos I.
-¿El mejor consejo para el futuro Rey es mantener esa neutralidad?
-Sí. No necesita mis consejos. El único que le daría es no cometer errores. Mantener el ritmo del funcionamiento constitucional con mano equilibrada. No verse involucrado en situaciones como la que atraviesa la familia Real inglesa.
-¿Ve a la monarquía española en mejor situación que la británica?
-Depende. Las grandes ventajas de la monarquía británica son su antigüedad y su inercia. Nuestra guerra civil fue a finales del XVII, de modo que llevamos 250 años de restauración. Estamos acostumbrados. «Si no está roto, no hay que repararlo», decimos en inglés. La pompa, el boato y la ceremonia, de tanta efectividad turística, es otra ventaja. En España es lo contrario y no hay tanta ceremonia. Estamos ante una monarquía de carruaje y una monarquía de BMW. La española es mucho más moderna. Se refundó en el 75, y en vez de tomar la legitimidad de la inercia, tiene una legitimidad real.
-¿Como pinta el futuro próximo de la británica?
-La cosa funciona más o menos con Isabel II. Ya veremos después. La longevidad de la reina y las intromisiones de los tabloides han creado a una situación en la que se ridiculiza a la segunda y tercera generación de la familia real. La operación Lady Di para poner al día a la monarquía acabó mal y ha generado gran debilidad.
La estela de Franco
-En 2005 se cumplen treinta años de la muerte de Franco. ¿Quedan secretos en torno al dictador? -Siempre hay cosas por investigar. Hay papeles sin localizar. Para acceder a ellos está el problema de la Fundación Nacional Francisco Franco, que además, por lo que creemos, no tiene los papeles de Franco propiamente dichos, sino los que pasaron delante de él. Son públicos y deberían estar en manos del Estado. Sería lo normal en cualquier país. Sus papeles privados sí que podrían arrojar alguna sorpresa.
-Cumplidos 65 años del final de la Guerra Civil, dice que hay trabajo ¿para un siglo más?
-Quedan por estudiar muchas cosas sobre la financiación de la guerra en la zona franquista, o sobre las fuerzas armadas de ambos bandos. Hay bastante tela que cortar. Cada año, aparte de mucha bazofia, se publican un mínimo de 50 libros de importancia sobre la guerra civil. Me tiene loco. No llego ni para almacenarlos. Hay labor para años.
-Trabaja en «El holocausto español». ¿Qué puede anticipar?
-Investigo la violencia en ambos bandos. Es una visión integral de la represión durante la guerra y el franquismo, pero va muy lento.
-¿Qué le sedujo de la historia española reciente para dedicarle su vida?
-La guerra civil era un gran muestrario y ahí estaban Stalin, Trostky, Hitler Musolini, Baldwin.... todos los protagonistas de aquel tiempo. Poco después agoté lo que había publicado en inglés y decidí enseñarme a mi mismo español.
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