Artículos y Documentos

Ricardo García cree que en Canarias aún hay miedo a hablar sobre la Guerra Civil
canariasahora.com - 19 de julio de 2004

http://www.canariasahora.com/portada/editar_noticia.asp?idnoticia=45789&idtemageneral=7


El escritor Ricardo García Luis.


OPINA QUE SE HA ECHADO MUCHA TIERRA SOBRE LOS DESAPARECIDOS

Sólo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife hubo unas 1.600 personas desaparecidas desde el inicio de la guerra

El investigador opina que hay alguna fosa común en Llano Mage y pide que se rescaten esos cuerpos y se hagan pruebas de ADN


El escritor Ricardo García Luis cree que aún persiste el miedo a hablar sobre la Guerra Civil en Canarias, lo que provoca "un agujero negro" en los estudios sobre dicha época, y opina que en las Islas, en proporción a su población, hubo más desaparecidos que durante la dictadura de Pinochet en Chile.

EFE. Santa Cruz de Tenerife

García Luis, que ha publicado varios trabajos históricos sobre el conflicto civil y la postguerra en Canarias, opina que hay un vacío en las investigaciones de este período "y lo único que sabemos es que Franco salió de Gando en el Dragón Rapide.

En una entrevista concedida a la Agencia Efe, García Luis señaló que para entender qué pasó durante la Guerra Civil en las Islas hay que estudiar hechos como la resistencia en el municipio gomero de Vallehermoso o la semana roja en La Palma.

También hay que hablar de las humillaciones, los trabajos forzosos, las mujeres rapadas, los fusilamientos y los desaparecidos, algunos de los cuales terminaron en los campos de concentración europeos durante la Segunda Guerra Mundial.

A su juicio, lo peor que ocurrió en las Islas fue los desaparecidos y se sorprende que se considere a los dictadores latinoamericanos "como bárbaros tremendos", cuando en Canarias ocurrió lo mismo con anterioridad, pues, según Ricardo García Luis, sólo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife hubo unas 1.600 personas desaparecidas desde el inicio de la guerra.

El escritor apunta que desde el mismo 18 de julio de 1936 hasta la llegada del nuevo comandante general a Canarias, Ángel Dolla, dos meses después, se producen "sacas" arbitrarias y sin control "en las que cogían a la gente en su casa o la calle y esa etapa no está estudiada en absoluto".

García Luis se sorprende del hecho de que en Canarias se produjese una represión tan fuerte para la escasa "pero valiente" resistencia que combatió a los insurgentes y comentó que mientras en la Península es más fácil rastrear las fosas comunes en Canarias el problema es que casi todos los desaparecidos "fueron al mar".

Sin embargo, el investigador opina que también hay alguna fosa común en tierra, y en concreto se refiere a un lugar de Izaña, el Llano Mage en el parque nacional del Teide, en el que antes de que lo cubriese la carretera que conduce al paraje había una grieta en la que un pastor relató cómo desde un camión se arrojaban cuerpos.

Al respecto asegura que espeleólogos aficionados que efectuaban estudios en esta zona han visto esqueletos humanos, pero las autoridades se limitan a decir "que eran guanches", y propone el autor de Los fusilados en Santa Cruz de Tenerife que se rescaten estos restos y se efectúen pruebas de ADN.

Entre los desaparecidos canarios que fueron arrojados al mar se halla el compositor de música Francisco Delgado Herrera, que había estrenado una obra en el Teatro Guimerá días antes de ser detenido, y el creador Domingo López Torres, uno de los grandes poetas surrealistas de las islas.

El escritor cree que "se ha echado tierra" sobre este período histórico porque los acontecimientos fueron horrorosos y hay "casos tremendos", ya que, como ejemplo, en los primeros días del alzamiento tras el toque de queda se ordenaba a todo el pueblo de Cueva Bermeja, en la costa de Santa Cruz de Tenerife, que fueran al cine "porque tocaba "sacar" gente en los barcos".

Al principio del levantamiento militar no hay lugar donde poner a los presos, por lo que se habilitan barcos frente a la bahía como prisión flotante, además de una cuadra de caballos en Santa Cruz, la prisión provincial y sólo posteriormente, en septiembre de 1936, se concentraron los prisioneros en la empaquetadora de plátanos de Fyffes.

Una vez finalizada la contienda, comenzó la emigración clandestina en barcos organizados por los militares y falangistas, que buscaban "reclutadores" entre gentes de izquierdas a cambio de una comisión, opina García Luis, que ve una clara relación entre los disidentes políticos y los embarcados.

En la emigración clandestina canaria hay muchos misterios a pesar de mover masas, pues se calcula que más un centenar de barcos llevaron emigrantes fuera de las islas, no se sabe con certeza si todos llegaron a su destino y se supone que se registraron tiroteos, muertes por inaninación y "caídas" al mar.

El autor de Crónica de vencidos precisa que la flota del banco pesquero canario-sahariano se vendió a la mafia organizada y durante esa época no quedó un solo barco en el puerto de La Luz, porque generaba "más negocio la emigración clandestina que la pesca".