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De la nostalgia a la ilusión
Rafael Velasco - 20 de abril de 2004 - Rafael Velasco es miembro del Foro Ciudadano por la República.


Este 14 de abril de 2004 no pasará como uno más a la historia de las conmemoraciones y celebraciones de los que nos reivindicamos de la República en España. Los últimos años han sido ya momento de recuperación del pensamiento y la lucha republicana, sobre todo en las generaciones más jóvenes. En las manifestaciones contra la guerra, en las movilizaciones estudiantiles, en las luchas obreras, la bandera tricolor ha vuelto a aparecer como un referente de esperanza.

Pese a todo lo anterior los actos en torno al 14 de abril no dejaban de tener un mero carácter nostálgico, de recordar a los muertos del fascismo, pero que no ponían en primer plano de la agenda política la reivindicación republicana. Este año la cosa parece cambiar, pues fruto de lo anterior ha venido mejorando la coordinación de las fuerzas que reclaman el cambio constitucional hacia la República, y la creación del Encuentro Estatal por la III República ha añadido un elemento cualitativo diferente a este 14 de abril. En muchas ciudades del Estado este año habrá manifestaciones republicanas.

En Asturies, el Foro Ciudadano por la República convocó ayer una manifestación en Xixón, a las 20 horas, en la plaza del Humedal. A su vez todas esas actividades desembocarán en una manifestación estatal en Madrid, con salida de Atocha (y este hecho no es casual, pues los republicanos estamos tanto contra la guerra como contra el terrorismo), a las 12 horas del domingo 18 de abril.

Algunos pueden pensar que no importa cómo se elija al jefe del Estado y que ello no tiene mucha importancia. Tenemos que decir que pensamos que quien así se pronuncia se equivoca. La Monarquía es la clave de bóveda de una democracia limitada y de baja calidad fruto de una transición pactada que dio lugar a una Constitución que no rompió con las bases estructurales del franquismo. Aunque algunos piensen que es excesivo creemos que la Monarquía es hoy garante fundamental de la pérdida de soberanía del Estado español a favor del imperialismo, tanto norteamericano como europeo, de un sistema económico que no garantiza el empleo estable y con derechos, que no permite el acceso de la juventud a la vivienda, etcétera. La Monarquía constituye un residuo del pasado, de origen medieval, que se convierte en obstáculo para que los derechos fundamentales dejen de ser meras declaraciones formales y se conviertan en efectivos. Por eso la lucha por la República creemos que es necesaria para ofrecer soluciones al siempre difícil encaje de la plurinacionalidad del Estado, para garantizar el carácter laico del Estado, para lograr una democracia que no se limite a votar cuatro años. La lucha por la República va paralela a la defensa, teórica y práctica, de otro concepto de ciudadanía, donde la participación política, desde lo más cotidiano a lo más general, vuelva a convertirse en una virtud cívica a promover.

La ciudadanía republicana huye del individualismo y apuesta claramente por un nuevo sentido de lo colectivo, donde la política vuelva a ser algo digno, lejos de la corrupción y desprestigio en que las fuerzas del sistema de la transición la ha sumido.

Por eso, también, hemos querido que este 14 de abril se demostrase con la movilización ciudadana que la República es cosa de la gente, que el advenimiento republicano debe ser obra de los pueblos, no de élites más o menos informadas, por eso las manifestaciones de calle asumen una preponderancia frente a otro tipo de actos, que aunque útiles (cenas, charlas, fiestas, etcétera...) ya no son suficientes para permitir avanzar en un nuevo proceso constituyente que traiga la República y con ella una verdadera democracia.