Artículos y Documentos

Franco, el nuevo amigo de EE.UU. En 1945, la embajada de EE.UU. en Madrid destacó con gran entusiasmo la ayuda prestada por el dictador a los aliados
La Vanguardia - EDUARDO MARTÍN DE POZUELO - 15/07/2005


LA INTELIGENCIA DE EE.UU. consideraba que desde 1941 la ayuda de Franco a los aliados fue mayor que la prestada al Eje

De "extraordinario, válido y objetivo" calificó Norman Armour, embajador de Estados Unidos en Madrid, durante el invierno de 1945, el documento secreto número 1.112 que el diplomático envió a Washington el 6 de noviembre de aquel año. El informe que provocó tales elogios era un denso memorándum de 54 páginas de extensión preparado en septiembre por el segundo secretario de la embajada y que debía ser leído con suma atención por el secretario de Estado, James Byrnes, un político de enorme influencia en el presidente Harry Truman y que había jugado un papel clave en la decisión del lanzamiento de las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, en agosto hará 60 años. El título del informe es Balance de la guerra Aliados-Eje en España y su conclusión que, pese a las apariencias, la España de Franco había ayudado más a los aliados que a las fuerzas del Eje, al menos desde la entrada de EE.UU. en la guerra.

"El hecho de que España en los primeros días de la guerra se inclinara tanto hacia el Eje como para cambiar su estado de neutralidad por el de no beligerancia provocó, de forma generalizada y al mismo tiempo de forma bastante comprensible, que se haya asumido ipso facto que el Eje recibió más ayuda y facilidades de España de las que tuvieron los aliados. No obstante, por los datos conocidos por esta embajada y analizados aquí, la conclusión que emerge en mi opinión es que al menos durante el periodo de la intervención bélica americana, los aliados recibieron mucha más ayuda y muchas más facilidades procedentes de España para sus esfuerzos de guerra de lo que las que tuvo el Eje". Una frase del embajador Armour un tanto paradójica, pues unas líneas antes de la misma afirma que en el informe se deja que "los hechos hablen por sí mismos y no se pretende llegar a una conclusión definitiva".

Los funcionarios norteamericanos destinados en Madrid eran conscientes, y así lo transmitieron aWashington, de que una vez terminado el conflicto arreciaban las críticas al régimen de Franco desde una Europa que había "dejado de ser dominada por esas fuerzas, sobre cuyos hombros se apoyó cuando subió al poder en 1939. En resumen hay una creciente demanda por ajustar cuentas con el Gobierno español por lo que generalmente se asume que fue una contribución positiva por su parte al esfuerzo de guerra de los recientemente vencidos enemigos de las Naciones Unidas...". Por esa razón, a la embajada en Madrid le pareció aquel noviembre de 1945 el momento oportuno para evaluar el papel de España "en esta guerra, con referencia no sólo a la ayuda y consuelo que ha prestado a las potencias del Eje, sino también a la contribución, no tan bien conocida, que ha hecho al esfuerzo de guerra de los aliados y, en consecuencia, a la derrota de esas mismas potencias del Eje".

El autor del balance desarrolla la idea de que Franco fue amigo del Eje, pero que esa amistad fue menor que su odio a los comunistas. Franco "subió al poder en la cresta de una victoria militar asistida materialmente por la intervención de los ejércitos alemán e italiano y en los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil, no dejó pasar ninguna oportunidad sin que públicamente identi-ficara su causa con las de las potencias fascistas". De hecho no duda de que, durante los primeros años de guerra, Franco "creyó e incluso esperaba una victoria del Eje" para, a renglón seguido, subrayar que "después de junio de 1941, sus iniciativas pro-Eje se caracterizaron en grado decreciente" en cuanto al deseo de una victoria alemana y en "grado creciente" en lo que se refería al temor de una posible victoria de "la Rusia soviética, su enemigo más temido y odiado".

La referencia al feroz anticomunismo de Franco, condición ideológica determinante que marcaría a favor del dictador sus relaciones con EE.UU. durante el resto de su vida, da paso al análisis de la colaboración material de España con fascistas y nazis, según el punto de vista de los funcionarios norteamericanos: "Existía un factor de limitación importante que impedía que la cooperación económica de España con el Eje fuera completa y que permitió a los aliados mantener abierta la puerta por la que finalmente pudieron anular la posición económica favorable del Eje en España. El factor era la dependencia ineludible de España de las fuentes de suministro británico y del hemisferio occidental. Fue esa dependencia la que condujo al Gobierno español a los acuerdos comerciales de guerra anglo-españoles de 1940 y que dieron a Inglaterra el control sobre la carga, los pasajeros y tripulaciones de los barcos españoles (...) y que exigió del Gobierno español la garantía de no exportar al Eje ciertos artículos especificados, a cambio del privilegio de poder importar de fuentes aliadas. Además España continuó durante los años difíciles de 1940 a 1942 suministrando a Inglaterra mineral de hierro, potasio, piritas y otros materiales, e incluso facilitó el pase, a través de controles alemanes, de envíos de instrumentos de precisión y otros artículos urgentemente necesarios destinados a Inglaterra desde Suiza y desde la Europa ocupada".

Por otra parte, la destitución de Serrano Súñer como ministro de Asuntos Exteriores en septiembre de 1942 resulta de capital importancia para inclinar la balanza franquista del lado americano. La salida de escena del cuñadísimo es interpretada como una gran maniobra aliadófila del caudillo. "Puede decirse -escriben- que supuso un punto de inflexión o, al menos, un cambio en la dirección, en la evolución de la política española con respecto a la guerra en Europa, sirviendo, como lo hizo, para eliminar del Gobierno español a su defensor más agresivo e influyente de las potencias nazi-fascistas y a una persona cuya presencia en el Ministerio de Asuntos Exteriores había constituido un obstáculo insuperable para cualquier contacto comprensivo entre el Gobierno y las potencias anti-Eje". Y añadían: "La eliminación de Serrano Súñer fue, de hecho, al menos parcialmente, atribuible al deseo del general Franco de efectuar una reorientación de la política española que fue confirmada por el hecho de que la persona nombrada para sucederle como ministro de Asuntos Exteriores fue el general Jordana, de marcada simpatía proaliada".

Ciertamente, Gómez-Jordana siempre estuvo considerado como aliadófilo, pero también fue el firmante del pacto secreto por el que España se comprometió en 1943 a pelear contra los aliados, en las condiciones que expusimos en el reportaje sobre El doble juego de Franco.

Investigación: Eduardo Martín de Pozuelor>
Edición: Iñaki Ellakuría
Documentación: C. Salmurri, F. Martínez
Mañana: "El verano que marcó el cambio" / 7