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Cerca del punto y final español
BEATRIZ ALONSO FERNÁNDEZ/MIEMBRO DE LA DIRECCIÓN REGIONAL DE IU - RIOJA - La Rioja.com - 23/08/2005

http://servicios.larioja.com/pg050823/prensa/noticias/Tribuna/200508/23/RIO-OPI-102.html


HACE tres décadas un grupo de madres vistieron sus cabezas de pañuelos blancos. Su intención no era otra que la de obtener respuesta a una pregunta que cualquier madre consideraría elemental ¿Dónde está mi hijo/a?.

A esas madres se les unieron las abuelas, y hoy, casi 30 años más tarde continúan sus nietos/as exigiendo el fin de la impunidad, el esclarecimiento de hechos y el establecimiento de responsabilidades de quienes durante décadas se creyeron por encima del derecho internacional y de los Derechos Humanos, quienes nos helaron la sangre con atrocidades inimaginables frente a la indiferencia de las grandes superpotencias y la colaboración de algunas prestigiosas multinacionales y la Iglesia Católica.

España ha sido uno de los países que ha jugado un papel más importante en la investigación de estos hechos y sus responsables. Hoy, a pesar de todo lo que queda por recorrer, en Chile y Argentina hay una voz rotunda y fuerte pidiendo el fin de las leyes de punto final y que se reconozca la responsabilidad de quienes durante años sembraron de miedo y muerte Latino América.

No obstante no podemos sentirnos tan orgullosos ni dárnoslas tanto de demócratas cuando tornamos la vista y miramos hacia dentro. A pesar de nuestra implicación en poner fin a la impunidad en otros países, seguimos dando la espalda a la Historia más reciente de nuestro país. Poco a poco se van desenterrando fosas comunes donde yacían injustamente los restos de personas cuyo único delito fue defender la libertad y la legalidad. Pero todavía nos queda por saber e investigar quiénes fueron realmente los que perpetraron, ordenaron y fomentaron estas atrocidades.

Amnistía Internacional ha publicado recientemente un informe en el que se manifiesta la necesidad de esclarecer hechos y encontrar responsables a unos crímenes por los que se pasó de puntillas en la transición. Es necesario romper con el silencio y la impunidad de nuestro país. Como dice el informe, «los crímenes contra la Humanidad no prescriben».

No nos sirven los argumentos de que en ambos bandos hubo víctimas. Jamás se podrá equiparar a los defensores de la legalidad democrática que el pueblo español decidió libremente en las urnas con aquellos que a golpe de sangre y miedo impusieron en España durante cuarenta años un régimen fascista hermanado con el Chile de Pinochet o la Alemania nazi.

El pasado 14 de abril, durante un homenaje en La Barranca, la hija de un fusilado habló con una claridad intachable: «No podemos perdonar porque nunca nadie ha venido a pedirnos perdón».

En palabras del poeta Gabriel Celaya, «Ni vivimos del pasado, ni damos cuerda al recuerdo», pero creemos que el reconocimiento y reparación de la víctimas es el primer paso que debe dar cualquier democracia que se precie de serlo. Queremos recuperar los valores que la II República instauró en nuestro país no como una clase más de Historia, sino como algo posible y necesario. Retomar el proyecto republicano es hoy una profundización imprescindible en nuestra asimétrica democracia.