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Soldados de papel y tinta. La mayor colección de carteles de la guerra civil se subasta el jueves en Barcelona
El Periódico - 04/10/2005




ROSARIO FONTOVA
BARCELONA

El bando republicano confió en la eficacia de la propaganda durante la guerra civil encargando carteles que hoy son no sólo historia sino botín de coleccionistas. La casa Soler y Llach de Barcelona subasta el jueves un conjunto de 108 ejemplares considerado como una de las mayores colecciones sobre la contienda. Procedente de un único propietario madrileño que anotaba a lápiz detrás de cada pasquín el día de su edición, el lote está en perfecto estado. Los interesados pueden verlo antes de la subasta en la sede de Soler y Llach (Beethoven, 13) junto con otros 500 carteles de publicidad, turismo y cine.
Los soldados de papel y tinta, como se les llamó durante la República, combinaban eslóganes directos con imágenes muy cuidadas de alto nivel artístico. En el lote está por ejemplo el célebre fotomontaje Aixafem el feixisme, de Pere Català Pic, en el que se ve un pie calzado con alpargata pisando la cruz gamada. Este cartel se subasta con un precio de salida de 2.500 euros. Otra obra maestra del género es 1936, 18 de julio, que sale por 1.500 euros y está firmado por Bardasano.

LOS ARTISTAS
De Carles Fontseré figuran varios carteles, entre ellos el emblemático Llibertat encargado por la FAI (Federación Anarquista Ibérica) y que representa a un segador enarbolando una hoz. Se vende también Les milicies us necessiten, de Cristóbal Arteche, que copió un cartel británico de la primera guerra mundial. Hay también obras de Josep Renau, uno de los principales cartelistas, Cristóbal Arteche, Martí Bas, Lorenzo Goñi y Helios Gómez.
Los carteles salen a subasta individualmente a precios que oscilan entre los 350 y los 2.500 euros. El precio base total de la subasta suma 93.000 euros. Aunque esta no es la primera subasta sobre cartelismo de la guerra civil, lo cierto es que se trata "de un conjunto prácticamente irrepetible a causa de su calidad y su homogeneidad", según el galerista Xavier Llach. Su propietario anotó a mano en cada cartel la fecha de su salida, con lo que se han situado con exactitud la anotaciones a mano del coleccionista
En esta veterana casa de subastas, fundada hace 90 años, se constata que "hay demanda de temas relacionados con la guerra civil, que interesa y que nunca ha pasado de moda, como lo demuestra por ejemplo el éxito de Soldados de Salamina". Si la fama del cartelismo republicano atrae incluso a compradores norteamericanos, que pujarán por teléfono, no pasa lo mismo con los del bando franquista. "Los carteles del bando nacional son más raros, pero más feos y más difíciles de vender", explica Llach.
Junto a los carteles de la guerra salen a la venta el día 6 otros de diversos géneros. El más cotizado, con 10.000 euros, es Le chat noir, diseñado en 1898 por Steinlein, que inspiró a Picasso su emblema para Els Quatre Gats. Pero donde se aprecia el coleccionismo en estado puro es en los carteles de cine, que despiertan hasta fanatismo. Por ejemplo el cartel de La guerra de las galaxias ya ha sido reservado por un coleccionista de Japón. Entre estos buscados ejemplares se subasta el anuncio del filme El vampiro de Dusseldorf, de 1931, de Fritz Lang, por 15.000 euros. La subasta del jueves podrá seguirse por internet (www.ebay.es).