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Catalanas contra el nazismo
MARTA Selva, Presidenta del Institut Català de la Dona. El Periódico de Catalunya - 09/01/2005


Cuando las mujeres cruzan el umbral de la historia --esta historia que siempre ha silenciado las voces ajenas a los vencedores--, la historia cambia. En Ravensbrück, con la delegación oficial del Govern de la Generalitat de Catalunya, rendimos homenaje a las mujeres catalanas que vivieron el horror de los campos de exterminio nazis con la compañía de Neus Català, la última superviviente catalana de aquel campo, a quien hemos podido conocer gracias a su lúcida exposición memorialística.
Escuchando a Neus Català, el relato de los días de aquellas mujeres en Ravensbrück toma un relieve diferente al que los homenajes nos tenían acostumbrados, ya que nos obliga a revisar la narración de aquel episodio histórico y a buscar el significado de los silencios que nos han impedido tomar conciencia de aquella realidad.
Las mujeres que llegaron a Ravensbrück no llegaron por azar ni por un accidente. Su detención fue una acción premeditada contra ellas por ser quienes eran: mujeres en movimiento, mujeres en lucha, disconformes del orden totalitario. No fue un castigo indiscriminado, sino una organización sistemática para anular hasta el exterminio a unas mujeres, más de 100.000, que, habiendo accedido a la plena consciencia de su libertad, la defendían con todo el coraje y con acciones de sabotaje ante todos los intentos de ser doblegadas con torturas continuas.
Pero esa huella desidentitaria --el 27.534 fue el número asignado a Neus Català en los campos de Ravensbrück-- no pudo borrar su decisión de seguir luchando ni pudo con la memoria de su experiencia, que durante estos días ha estado presente, revivida y visible para recordar su desobediencia feroz a los totalitarismos. Y para dejar constancia también de su compromiso personal de no desaparecer hasta que lo que había vivido al lado de muchas otras fuera inscrito en la historia.
Es hora de corregir el error de las historias oficiales de no reconocer la significación histórica de la lucha de las mujeres catalanas contra el nazismo y de superar el silencio que había naturalizado la negación de su lucha personal y colectiva como mujeres.