Recuerdos entre rejas. Un centenar de comunistas cordobeses pasaron por la prisión de Fátima en los años de la dictadura y algunos de ellos rememoraron ayer las duras condiciones de vida
Diario de Córdoba - 13/09/2005
M.ROSA
El pellizco de la máquina excavadora al tejado de un edificio de la cárcel de Fátima arrancó los aplausos de quienes se congregaron en el acto, que tenía como protagonistas a los cordobeses que cumplieron condena entre sus muros por sus ideales políticos. El Foro por la Memoria calcula que un centenar de comunistas cordobeses pasaron por esta prisión en los años de la dictadura para cumplir condena, según Isabel Amil, presidenta de este colectivo, que fue encerrada en el proceso que se desarrolló en los años 60 por su pertenencia al entonces ilegal Partido Comunista de España. Amil comenta que su organización ha gestionado indemnizaciones y ha elaborado un archivo de hombres y mujeres que fueron internados en Fátima, aunque después fueran trasladados a otros penales, como le ocurrió a ella, que pasó parte de su condena de cuatro años en Alcalá de Henares. Francisco Molinero, su marido, fue detenido en el año 66 después de haber vivido en Francia. Estaba trabajando en un cortijo de Puente Genil cuando apareció la policía. Tras 76 horas en comisaría, donde le sometieron a torturas, en el juicio le echaron tres años por ser responsable de Mundo Obrero en el pueblo, pero sólo cumplió seis meses. "Las condiciones eran malísimas. Había un cura que era más verdugo... A los comunes los tenía maltratados y les pegaba palizas". Presos políticos solamente estaba este matrimonio en ese momento. Se apuntó a limpiar el suelo para poder verla, pero un funcionario se percató de la maniobra "y me echó para atrás". Cuando vio ayer las excavadoras comentó que "me queda el consuelo de que esto se dedique a otras cosas, una guardería o una residencia de ancianos; algo positivo". El testimonio de Cristóbal Bustos es similar al anterior. Tenía un cargo en el partido y fue condenado a ocho meses "por defender la libertad". La Guardia Civil se plantó en su casa "y me llevé palos para que declarara lo que sabía". Dice que "con nosotros se portaron bien, pero la comida era fatal. La suerte es que las mujeres venían dos veces por semana y todo lo que pillaban nos lo traían aquí". Dejó "un crío con trece meses" en el año 63 "¡Y no pasaron nada en mi casa..!" Ya en público, el ex concejal José Luis Villegas, detenido por promover una huelga de autobuses en la recta final del franquismo, en 1973, pasó un mes en Fátima. Con sus ahorros se compró un cuadernillo en el economato de la cárcel, donde escribía sus impresiones. Un registro le supuso el aislamiento en una celda de castigo. Fátima quedará en el recuerdo de ellos y de muchos más por algo ahora tan normal como es la libertad de pensamiento. El deseo de todos ellos es claro: que no se vuelva a repetir nunca esta situación.
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