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José Ejea PRISIONERO DE MAUTHAUSEN : "Lloro si veo algún caso de maltrato"
El Periódico de Aragón - 01/08/2005


DAVINIA LUMBRERAS

Hace 60 años se produjo la liberación de los prisioneros del campo de concentración de Mauthausen. Entre los liberados se encontraban varios españoles, uno de ellos era José Ejea Pujante. Es miembro de la Amical Mauthausen y estuvo el paso mes de mayo en el homenaje del 60 aniversario del campo de concentración.

--Antes de ser apresado por los alemanes luchó en la Guerra Civil española. Usted nació en 1921, por lo que pertenecía a la quinta del biberón, ¿cómo lo recuerda?

--Cuando comenzó la guerra quise alistarme, pero mi padre no me dejó. Luego me reclutaron en el 38 y estuve luchando en el frente republicano, era muy joven pero estaba comprometido con mis ideales.

--Luego se exilió a Francia, ¿fue allí cuando lo apresaron los soldados alemanes?

--Sí. Los españoles que nos exiliamos dejamos un conflicto para entrar en otro, la Segunda Guerra Mundial. Yo estaba trabajando para el ejército francés cuando nos cogieron a mí y a otros dos españoles más. Pero un soldado alemán no tenía nada que ver con un fanático de las SS, los primeros nos trataban como prisioneros de guerra, pero los nazis nos maltrataron salvajemente.

--¿Cuando llegó al campo de concentración de Mauthausen?

--Fue el 27 de enero de 1941. Antes, estuve en un campo de prisioneros y un día nos metieron en un tren y nos llevaron a Mauthausen. Nos trasladaron en un vagón donde íbamos más del doble de la capacidad que tenía, no podíamos ni agacharnos.

--¿Cual fue la peor vivencia?

--La muerte de mi padre, estaba en el campo de concentración conmigo, no resistió. Murió en las Navidades de 1942. Pero en general todo el tiempo que estuve allí dentro fue un verdadero infierno que muchos compañeros no pudieron soportar.

--¿Cómo recuerda su vuelta a España en 1948?

--Volví con la dictadura de Franco. No tenía papeles, era un prófugo. Fue muy duro, tenía que esquivar a la policía, no podía abrir la boca. Tuve que sacrificar parte de mi vida hasta que murió el dictador.

--¿Se llega a superar el vivir en un campo de concentración?

--Estar en un campo de concentración nazi no se puede olvidar nunca. Ahora, lloro como un niño cada vez que veo en televisión que se maltrata a alguien o al comprobar las ínfimas condiciones que viven en algunos países.

--¿Cree que la gente joven se ha olvidado de estos episodios de la historia?

--Un poco. Y les diría que se comprometiesen más con la vida política del país. No puedo soportar cuando les oigo decir yo paso de política . No se dan cuenta que España no está bien políticamente, y que son ellos, los jóvenes, los encargados de hacer cambiar la política del país.