TVE-1 "Memoria de España": un equilibrio imposible
Floren Dimas - 3/03/2005
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El documental de TVE-1 me ha parecido un impresentable intento de establecer una calculada equidistancia, echando por la calle de enmedio en los parcos análisis con las que el historiador construye la historia de 1931 a 1939. La sinopsis que se hace de la Dictadura de Primo de Rivera, nos presenta al régimen como una idílica conjunción de aciertos políticos, adelantos tecnológicos y de comunicaciones, levantados gracias a la "férreo control de los obreros"(única alusión a la feroz represión llevada contra los movimiento obreros, especialmente los libertarios, olvidando la complicidad de la UGT con la Dictadura por quitarle de enmedio a "la competencia"). Vista esta parte del documental, a uno le asiste la impresión de que aquellos siete años de golpe de estado devenido en dictadura, debieron ser como vivir dentro de un cuento de hadas. El contínuo sabotaje a que es sometido el primer gobierno de izquierdas de la República, hasta las elecciones de 1933 es, según el historiador, algo que jamás sucedió. El papel de la Iglesa como instigadora antigubernamental, pasa completamente desapercibido; eso sí, las cámaras se recrean en los incendios del mayo madrileño sin detenerse a explicar al respetable de donde venía aquel desaforado y popular espíritu pirómano. No se dice ni media palabra del desmontaje de la mayor parte de la legislación del bienio progresista, labor a la que se aplicaron con reconocido celo los Sres. Gil Robles y Lerroux de 1933 a 1936, para recolocar los límites de la ilusión republicana, en los resecos predos de barbecho en donde estaba antes de que don Alfonso-12 perdiese de vista el Castillo de Galeras, ni el permenente estado de golpismo y alarma propugnado por la facción militar, la derecha política, eclesial, financiera y terrateniente. ¿Donde aparecían en el documental la larguísima lista de medidas progresistas promulgadas en el primer bienio progresista?. Que recuerde, solo se cita la del voto femenino (que fue promovido por la derecha y solo a ella benefició gracias a los púlpitos, a los confesionarios y a las sacristías). Ni media palabra sobre el contumaz sabotaje de los caciques en las áreas rurales de las medidas gubernativas. Ni una coma explicando la absoluta inocencia del Gobierno de Azaña al llegar el momento de contarnos en el film lo de la matanza de Casas Viejas (perpetrada por mandos de la Guardia de Asalto afines a facciones derechistas), dando la impresión de que el Gobierno dimitió como acto de contrición culposo. Así las cosas, llegamos a la misma guerra, y ahí es donde el historiador-equilibrista se luce en su propia salsa, estableciendo una exquisita paridad entre la ayuda rusa a la República y la nazifascista a Franco. Cita al Comité de No-Intervención y obvia siquiera un caritativo recuerdo a que su actuación solo sirvió para ignorar la ayuda a los fascistas y hostigar y piratear los suministros a la Republíca, asfixiándola por falta de apopo externo. Llegamos al final de la peli con una suprema estabilidad funanbulista del mentor o mentores de la cinta, al tocar el delicado tema de la represión durante la GCE. Aquí es donde el historiator-equidistante nos deslumbra con su predestigitadora "tanto monta..." al no citar la arrolladora descompensación de las víctimas de cada bando, incluso sin contar las de la posguerra. La manida monserga de "violencia la hubo en los dos bandos..., etc, etc", aparece de nuevo arrolladora, como la razón suprema para no detenerse mucho tiempo en explicar en medio minuto que en el bando de Franco se mató para aterrorizar, masiva y organizadamente, en cumplimiento de una directriz del mando, hecho que no guarda relación alguna con el descontrol en la ejecución de la violencia en los cuatro meses que siguen al levantamiento en la zona leal. Es decir, que veintitantos historiadores de primer orden se esfuerzan en investigar y en volcar en un libro el resultado de sus trabajos ("Víctimas de la gue! rra civil" de S. Juliá), para que esta nómina cinematográfica de "expertos", pase de largo sobre el asunto. De la visión global de la película, no se aportan elementos que permitan incentivar en la masa de espectadores un juicio moral ni histórico, ni del desencadenamiento de la sublevación, ni de la responsabilidad de la propia guerra, ni de la represión llevada a cabo por el bando que la inició. Con tales antecedentes, tendremos que estar prepaparados para ver el epílogo de esta emisión de "Memoria de España" cuando nos presenten los años terribles de "la Victoria" franquista. En mi opinión, si el fin de este documental es de la divulgación, lo único que fija en el conocimiento de los espectadores poco informados, es que la guerra civil se inició por causas contrapuestas pero igualadas, con responsabilidad compartida, que la Iglesia fue una santa, los militares unos salvadores del caos (asombra recordar la nula interpretación que el guión recoge sobre las muertes de Calvo Sotelo y del Tte. Castillo que aparecen registradas en la cinta) y, de manera particular, el maravilloso e increíble reparto equitativo de asesinatos que aparecen en ambos bandos. La verdad es que como toda la Historia de España esté siendo relatada con esta misma "objetividad", casi estoy en trance de recuperar la olvidada lectura de aquel libro de historia de mi infancia titulado "España es así", 'Viva Franco! y ¡Arriba España!, posible libro de cabecera de los padres intelectuales de esta criatura cinematográfica. Saludos cordiales, Floren Dimas PRESENTACIÓN DE LA SERIE: http://www.formulatv.com/1,20041130,643,1.html
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