Memoria de España (carta a TVE)
Félix Rodríguez - 4/03/2005
Madrid, 3 de Marzo de 2005
Sr. Director:
Unas líneas en relación con el documental emitido por Televisión Española el pasado martes por la noche, "Memoria de España", dedicado en la ocasión al periodo que va de la Dictadura de Primo de Rivera al fin de la Guerra de España de 1936 1939. Denunciamos la estafa a que ha sometido la televisión pública a sus espectadores al anunciar como documental un programa que a todo galope desgrana en cuatro pinceladas uno de los principales periodos de la historia reciente de España, perdiendo en el transcurso el mínimo rigor y la ordenada exposición historiográfica que debería haber caracterizado semejante sinopsis de intenciones "equidistantes" como para poder calificar el flin como documental.
Si uno de los objetivos de una televisión pública es informar y otra formar, en este caso el secuestro de tales cometidos en el programa que nos ocupa ha sido manifiesto. En primer lugar, es una burla dedicar una hora escasa a tres periodos históricos tan densos a la vez que fundamentales para eso que a veces se reclama, denominado "educación cívica", tan imprescindible para que un ciudadano español del presente comprenda y tome las posturas que libremente quiera como tal en su quehacer cotidiano, como miembro de una sociedad viva. Y es una burla al trabajo de los historiadores serios, y deliberado engaño del espectador, desde no tan ignotas intenciones, el ocultamiento de los avances sociales realizados por los gobiernos republicanos del primer bienio, el papel contra la República desde su nacimiento ejercido por la Iglesia Católica, o, ya rozando algo tan típico de los regímenes totalitarios de aquella hora, el "agit-prop", al dar la palabra "Azaña" en la banda sonora al! unísono de una imagen de la hoz y el martillo, en una burda identificación del republicanismo de izquierdas de Don Manuel Azaña -según interese, su partido, Izquierda Republicana, se presenta como un grupo de reaccionarios burgueses o como un peligroso y violento comando revolucionario, no siendo ni una ni otra cosa- con "los comunistas" de Stalin, más prestos a la revolución que al régimen republicano. Sin olvidar la falsedad declarada de la supuesta equivalencia en circunstancias, ayudas, "paseos" o legitimidad y legalidad de uno y otro "bando".
Aquí sí que se puede hablar de un auténtico comisariado político a la hora de contar al público, tan ayuno de programas sobre historia en la televisión pública y privada, nuestra memoria histórica reciente. La cuestión es: ¿Al servicio de quién y de qué intereses?
Félix Rodríguez
Secretario de la Asociación Manuel Azaña
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