Artículos y Documentos

El doble juego de Franco. Franco pactó con Hitler pelear contra los aliados en España cuando sabía por Roosevelt que nunca pisarían suelo español
EDUARDO MARTÍN DE POZUELO - 13/07/2005 - La Vanguardia


EL PACTO SECRETO hispano alemán lo firmó en Madrid en 1943 el ministro Gómez-Jordana

El 21 de febrero de 1943 Franco acordó en secreto con Hitler que combatiría a los aliados en caso de que éstos desembarcaran en cualquier punto del territorio español. El acuerdo se firmó, para sorpresa de Estados Unidos cuando lo descubrió en 1945, después de la entrada de EE.UU. en la contienda mundial y tras la decisión del Caudillo de cambiar al frente del ministerio de Asuntos Exteriores a su germanófilo cuñado, Ramón Serrano Súñer, por el anglófilo Francisco Gómez-Jordada, en lo que fue un gesto de apaciguamiento hacia los aliados. En el 43, Franco había jugado con dos barajas y en el 45 los americanos querían utilizar ese hecho en su favor.

Los funcionarios de la inteligencia norteamericana que en 1945 registraron los archivos del derrotado ministro nazi Joachim von Ribbentrop en busca de documentos que esclarecieran la auténtica relación existente entre la España de Franco y los países del Eje, se sorprendieron al descubrir que Generalísimo y Führer habían firmado -tan avanzada la guerra- un pacto secreto por el que el gobierno español se comprometía a combatir contra los Aliados en caso de desembarco de fuerzas angloamericanas en cualquier parte de España. Tal fue su asombro que, cuando -el 10 de octubre de 1945- los norteamericanos remitieron a su embajada en Madrid una relación de los documentos más importantes -según su criterio--hallados en los archivos nazis, el único que destacaron y comentaron largamente fue el referido al citado pacto.

Como se desprende de la lectura de la nota explicativa que acompañaba a los papeles españoles confiscados en Berlín, la remisión a España de tales documentos tenía por objetivo conocer al régimen franquista y al mismo tiempo armar a la legación norteamericana de elementos de fuerza para presionar a Franco en futuras negociaciones.

La copia del documento del acuerdo hallado por La Vanguardia en los Archivos Nacionales de Estados Unidos es la que fue guardada por los alemanes. Consta de tres folios, sobre el primero de los cuales aparece escrito Geheim protokoll (acta secreta) y a mano una fecha, 21/2.43, referida al Führer. Las dos páginas siguientes contienen el texto del acuerdo, en español y en alemán, siempre bajo el epígrafe de acta secreta. Ambas hojas aparecen firmadas por Gómez-Jordana y Hans von Moltke, embajador del Reich en España.

Aquel 10 de octubre del 45 el embajador norteamericano en Madrid, Norman Armour, recibió un paquete, obviamente secreto, con trece documentos que, según se señalaba en la nota que los acompañaba, eran "los principales valores directos (asumiendo que los documentos del periodo de la guerra civil están desligados a la Segunda Guerra Mundial)" de que disponían para hablar con Franco.

De todos ellos, el decimotercero, catalogado como F3 0357-0356 (y 0355) tenía una acotación especial: "Este es el único documento con fecha posterior a la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Es un protocolo secreto firmado por nuestro buen amigo Gómez-Jordana y por Von Moltke el 10 de febrero de 1943, o tres meses después de nuestro aterrizaje en el norte de África francés, indicando que: ´El gobierno español, a petición del gobierno del Reich, declara que está decidido a resistir a toda acción de la fuerzas armadas anglo-americanas para poner pie en la península Ibérica o en territorios españoles fuera de la Península, es decir, en el Mediterráneo, Océano Atlántico y en África, así como en el protectorado español en Marruecos, y defenderse contra tal acción con todos los recursos de que disponga´".

La comunicación a la embajada americana destacaba el párrafo anterior del acta y hasta avisaba irónicamente la categoría de buen amigo de los americanos de Gómez-Jordana, pero no incluía ni las tres líneas de texto que le precedían y en las que se hablaba de que Alemania proveería de armas a España, ni tampoco recogía la frase final en la que ambas partes acordaban el secreto.

El pacto nazi-franquista comenzaba diciendo textualmente que "en el momento de dar efectividad al propósito del Gobierno alemán de proporcionar al Ejército español en el plazo más breve posible, armas, pertrechos y elementos de guerra modernos y suficientes, el gobierno español...", y seguía tal como hemos recogido del documento norteamericano, para finalizar así: "Ambas partes se comprometen a que esta declaración, redactada en español y alemán, permanezca completamente secreta. Madrid 10 de febrero de 1943. Por el Gobierno español, firma de Gómez-Jordana; por el gobierno alemán, firma de Hans von Moltke".

Según el análisis de los funcionarios americanos este protocolo anunciaba que "España iba a defenderse a sí misma, con el material que tuviera a su alcance, pendiente del cumplimiento por parte de Alemania del envío, lo más pronto posible, de cantidades adecuadas de equipo de guerra moderno", lo que les resultaba realmente "curioso" debido a que -revelan- "el presidente Roosevelt ya había enviado un mensaje a Franco indicando que el territorio español sería respetado por las fuerzas angloamericanas".

Los analistas sabían que "en julio de 1940, Portugal y España se habían unido para resistir la invasión de sus territorios desde cualquier punto; en el momento en el que la maquinaria de guerra alemana podría llegar a Gibraltar a través de España y, por tanto, alcanzar el norte de África. Y es que Hitler seguía manteniendo la teoría, utilizada como punto fuerte en 1940 para instar la acción militar española, de que la invasión aliada de Europa podría ser a través de Portugal y España".

En suma, el protocolo firmado por Gómez-Jordana del que desconfiaron desde el instante en que encontraron su firma junto a la del nazi von Moltke dejó en evidencia a ojos americanos el doble juego de Franco. "O se dejó convencer de que Roosevelt no había sido sincero, o, lo que es más probable, se aprovechó de las ansias de Hitler de proteger su retaguardia con el fin de obtener armamento moderno para España, que en caso contrario no se le habría proporcionado. ¡Las fuerzas de liberación francesas no se mencionan ni siquiera a pesar de ser la frontera común de los protectorados marroquíes!", escribieron acerca de la actitud del jefe de estado español.

Conocidos estos movimientos del dictador español, ¿qué uso de ellos podía hacer la diplomacia de Estados Unidos en España? La frase inicial de la nota remitida a Madrid junto a los documentos incautados a los alemanes aclara gran parte del asunto: "Creo que por el momento estaría bien (al menos hasta que se reciban los textos completos en idioma original o en copias fotográficas de los documentos originales) usar los argumentos adjuntos, únicamente sugiriendo su disponibilidad en una situación de necesidad".

Sea como fuere, lo cierto es que, tal como queda evidenciado en la abundante documentación similar desclasificada por Estados Unidos a la que ha accedido La Vanguardia, la Administración de ese país siempre analizó minuciosa y detalladamente todos los elementos a su disposición que pudieran ser utilizados en su beneficio durante las negociaciones con el régimen de Franco y sus sucesivos gobiernos hasta la muerte del Caudillo.

Investigación: Eduardo Martín de Pozuelo
Edición: Iñaki Ellakuría
Documentación: C. Salmurri y F. Martínez
Mañana: "Una carta para Il Duce" | 5