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PNL anulación del consejo de guerra sumarísimo a que fue sometido Manuel Carrasco i Formiguera
Diario de sesiones 27sep05


x SALAMANCA MEMORIA Y JUSTICIA

162/000380

A la Mesa del Congreso

Don Josep Antoni Duran i Lleida, en su calidad de Portavoz del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), y de acuerdo con lo establecido en el artículo 193 y siguientes del Reglamento de la Cámara, presenta, para su discusión ante el pleno, una Proposición no de Ley por la que se insta al Gobierno a que adopte medidas para la anulación del consejo de guerra sumarísimo a que fue sometido Manuel Carrasco i Formiguera.


Antecedentes

La figura de Manuel Carrasco i Formiguera (1890-1938), personifica el valor de la coherencia con las propias convicciones llevadas hasta las últimas consecuencias. En su actividad política, como concejal del Ayuntamiento de Barcelona o como Diputado en las Cortes Españolas, y en su vida personal, siempre dio ejemplo de una insobornable defensa de una Cataluña, cívica y arraigada en los valores del humanismo cristiano.


La sublevación militar del julio de 1936 provocó el inicio de una larga y sangrienta guerra en la que el odio y la intolerancia, de todo color y de todo signo, hizo desaparecer el respeto a los derechos elementales de todo ciudadano. Carrasco, perseguido en Cataluña por elementos incontrolados por causa de sus convicciones religiosas, se desplazó al País Vasco como representante de la Generalitat de Cataluña. En este viaje fue capturado por las tropas sublevadas, conjuntamente con su familia.


Estos hechos se produjeron justo hace sesenta y siete años, y concretamente el 9 de abril de 1938, Manual Carrasco i Formiguera, uno de los principales dirigentes de Unió Democràtica de Catalunya de aquella época, fue fusilado tras ser sometido en Burgos a un Consejo de Guerra sumarísimo sin ninguna garantía legal y condenado a pena de muerte por la comisión de un delito de adhesión a la rebelión militar. Los franquistas justificaron su condena por su fidelidad a las instituciones republicanas y por su condición de nacionalista catalán.


A los ojos del derecho la ilegalidad de su proceso resulta clara, y delante de la historia su figura plenamente justificada por su obra y su conducta, pero es necesario un acto formal de reparación del daño producido, poniendo de manifiesto la ilegalidad cometida y reivindicando su memoria.


A pesar de todos estos años de democracia, el Grupo Parlamentario Catalán (CiU), cree que aún no se ha hecho justicia con la figura de Manuel Carrasco i Formiguera. No podemos olvidar que Carrasco i Formiguera supone un referente, no únicamente para Unió Democràtica de Catalunya sino para todas aquellas personas que luchan democráticamente por sus ideales y sus convicciones que defienden las libertades y el respeto a la pluralidad. Carrasco no murió contra nadie, sino que vivió y murió a favor de la libertad y el progreso, material y espiritual, de Cataluña y sus gentes.


Por todo ello, el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) presenta la siguiente

Proposición no de Ley

"El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a:

1. Iniciar los trámites necesarios para anular el Consejo de Guerra sumarísimo al que fue sometido Manuel Carrasco i Formiguera.


2. Que la Comisión Interministerial creada para el estudio de la situación de las víctimas de la guerra civil y del franquismo adopte las medidas necesarias para restituir, la memoria histórica de Manuel Carrasco i Formiguera."

Palacio del Congreso de los Diputados, 28 de julio de 2005.-Josep Antoni Duran i Lleida, Portavoz del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió). 


Congreso 27 de septiembre de 2005.—Núm. 114


CORTES GENERALES

DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

PROPOSICIONES NO DE LEY: — DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I UNIÓ), POR LA QUE SE INSTA AL GOBIERNO A QUE ADOPTE MEDIDAS PARA LA ANULACIÓN DEL CONSEJO DE GUERRA SUMARÍSIMO A QUE FUE SOMETIDO MANUEL CARRASCO I FORMIGUERA.

(Número de expediente 162/000380.)

El señor PRESIDENTE: Punto II del orden del día:
Proposiciones no de ley.

Del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), por la que se insta al Gobierno a que adopte medidas para la anulación del consejo de guerra sumarísimo a que fue sometido don Manuel Carrasco i Formiguera.

(La señora vicepresidenta, Chacón Piqueras, ocupa la Presidencia.)

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):
Para la defensa de la proposición no de ley tiene la palabra el señor Duran i Lleida. (Rumores.) Señorías, les recuerdo que continuamos con el Pleno, por favor, y que para defender esta proposición no de ley del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Duran i Lleida. (Rumores.)

Señorías, por favor, un diputado de esta Cámara pretende defender su proposición no de ley, y para ello es necesario que quienes quieran abandonar el hemiciclo lo hagan rápidamente y en silencio. Así que les vuelvo a solicitar, por favor, silencio.

¿Lo intentamos, señor Duran i Lleida? Tiene usted la palabra.

El señor DURAN I LLEIDA: Lo intentamos, señora presidenta.Señorías, me cabe el honor de defender la proposición no de ley presentada por nuestro grupo parlamentario, por la que se solicita la anulación de un consejo de guerra a Manuel Carrasco i Formiguera y por la que se pide también la restitución de su memoria histórica. El pasado 15 de julio, en tanto la condición de concejal del Ayuntamiento de Barcelona, el Ayuntamiento de la ciudad condal aprobó, con el voto positivo de todas las fuerzas políticas sin excepción, una moción de contenido similar. Hoy la elevamos a esta Cámara por las razones que ahora voy a señalar. Permítanme, no obstante, señorías, que dé la bienvenida y que salude a dos de los hijos de Manuel Carrasco i Formiguera, Raimon y Rosa María, que nos acompañan en esta sesión plenaria.

Decía que mi grupo parlamentario eleva esta proposición a esta Cámara por dos razones: la primera, por entender que es la institución más idónea para, en cualquier caso, aceptar nuestra petición, y la segunda, porque Carrasco i Formiguera fue diputado miembro de estas Cortes Generales. Quisiera ante todo dejar claro que este grupo parlamentario no pretende restituir el honor de Carrasco i Formiguera. Nunca lo perdió en vida y su muerte fue un acto que también le honoró. Quiero que quede claro que este grupo parlamentario tampoco viene exigiendo perdón. Carrasco i Formiguera perdonó a sus ejecutores, como así lo manifestó y porque además el perdón formaba parte de sus valores políticos y personales.

Tampoco este grupo parlamentario desea orientar su intervención en torno a recuerdos de lo que fueron aquellos años trágicos de la guerra civil; simplemente desea un acto de justicia. No pretendo aprovechar este trámite para exaltar la figura, la biografía al fin y al cabo, de Carrasco i Formiguera, su condición de político nacionalista, persona que defendió desde esta misma tribuna el Estatuto de Autonomía de Cataluña en la Segunda República. Si algo quisiera destacar, es precisamente su condición de humanista, de persona de valores, de persona leal, de persona de convicciones profundas, de persona que amó, y así se refleja en alguno de los libros que explica y lo escribió en las cartas que desde la prisión dirigió a su familia profundamente, a su esposa y a sus hijos. Ni tan siquiera tengo intención de insistir, como en otras ocasiones hemos podido hacer, acerca de la crueldad del franquismo. Nuestro grupo parlamentario simplemente viene a plantear dos cuestiones fundamentalmente. Primero, a reclamar justicia. Segundo, a compartir con ustedes, señorías, algunas reflexiones en torno a la reconciliación.

Por muchos años que hayan pasado desde la fecha de ejecución de Carrasco i Formiguera en Burgos, la verdad oficial sigue afirmando que Carrasco i Formiguera —ese es el contenido del sumario— fue condenado por supuestos delitos que nunca ejecutó, y esa es una verdad que una auténtica democracia no puede permitir. Todos sabemos que eso no es cierto, que eso no era verdad, pero mientras tanto sigue siendo la verdad oficial. Por eso, la anulación del sumario que condenó y que permitió el fusilamiento y la muerte de Carrasco i Formiguera es una exigencia
—repito— de la democracia y de la verdad. Representó la justicia un acto puramente para poder justificar algo injustificable como es un asesinato.

No se trata, señorías, de remover nada, no se trata de pasar cuentas; se trata, reitero, de un acto de justicia; se trata de no ser indiferentes.

Elie Wiesel, premio Nobel en el año 1986, nos recuerda si hay alguien que realmente pueda ser indiferente o considerar la indiferencia como una virtud. Estoy convencido de que SS.SS. también compartirán con el premio Nobel que no se puede considerar virtud la indiferencia y que, por tanto, es acto de justicia restituir lo que fue un consejo de guerra, un simulacro para asesinar a una persona.

Carrasco i Formiguera nunca fue una persona de aquellas que se consideraban elemento  incontrolado; jamás empuñó un arma. Sus armas eran el diálogo; su arma era la convicción; su arma era la lealtad; su arma era la defensa de sus ideas, de su fe y de su país. Fue fiel a la República. Aun estando en la oposición al Gobierno de la Generalitat en el año 1936, Carrasco se ofreció al servicio de la institución que había sido legítimamente elegida en Cataluña. Fue en el ejercicio de esa función como asesor jurídico a la Consejería de Finanzas, como asesor jurídico también de una comisión que controlaba por voluntad del Gobierno de Cataluña, para que nadie pudiera disponer de ello, los fondos o cuentas corrientes de aquellas personas que debían o tenían que haber abandonado el país. Fue precisamente en ese momento, cuando no queriendo entregar esos fondos a personas incontroladas en los comités que dominaban la calle, se le convino: Carrasco, te van a matar. Josep Tarradellas, entonces consejero, le advirtió de que debía abandonar el país porque si no, podía ser asesinado en cualquier momento en Cataluña. Lo hizo, pese a que se resistía, y la Generalitat le designó representante en Euskadi, donde nace precisamente la relación de nuestro partido con el Partido Nacionalista Vasco, que después, con la presencia de Manuel Irujo en Cataluña, se refuerza.

Dejénme, por tanto, que hoy, señorías, cuando suplico, cuando les pido, cuando les solicito ese acto de justicia, les haga conscientes de algo que realmente fue la causa de Carrasco i Formiguera. Tuvo que huir de Cataluña por ser católico; tuvo que huir de Cataluña por sus convicciones; tuvo que huir de Cataluña por su lealtad a las instituciones y fue asesinado por rezar en catalán; fue asesinado por ser nacionalista catalán. Ese es el drama de Carrasco i Formiguera, y hoy solicito de esta Cámara que a través de la anulación del consejo de guerra sea restituida su trayectoria, siempre alejada del delito y de cualquier virtud que no sean las que señalé.

Déjenme acabar haciendo referencia a la reconciliación. Machado decía: Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. A Carrasco i Formiguera las dos Españas le helaron el corazón, pero solo una de ellas le pudo fusilar. Carrasco i Formiguera y el partido que representaba son —y así lo señala Preston— un ejemplo de la tercera España:  ciudadanos que defendían unos valores y que no estaban de acuerdo ni con unos ni con otros; ciudadanos que defendían el diálogo, que sufrieron, por tanto, las consecuencias y la persecución de los dos bandos que eran contendientes en ese error y en esa grave circunstancia que fue la guerra civil.

En nombre, por tanto, de esa tercera España, deseo sinceramente que el ejemplo de Carrasco i Formiguera perviva en el futuro en esta Cámara y en la política de nuestro país. Es cierto que no se puede perder la memoria histórica, pero debemos utilizar esa memoria para que la historia no se repita.

Gibson, en el prólogo de un libro suyo reciente, dice que las heridas de la guerra civil solo se curarán definitivamente cuando ambos bandos acepten la verdad de lo que pasó en sus respectivas retaguardias durante la contienda fratricida. Quisiera, y con ello acabo, señorías, que Carrasco i Formiguera, su vida y su muerte constituyan también hoy en nuestros días una invocación permanente al encuentro, a la convivencia y al diálogo democrático.

Muchas gracias, señora presidenta. Muchas gracias, señorías. (Aplausos.)

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

A usted, señor Duran i Lleida, muchas gracias. Ha sido presentada una enmienda a esta proposición no de ley, y tiene la palabra el señor Daniel Fernández, del Grupo Parlamentario Socialista, para defenderla.

El señor FERNÁNDEZ GONZÁLEZ: Gracias,

señora presidenta.

Señorías, desde 1976 los poderes públicos han aprobado un conjunto de disposiciones normativas con la finalidad de establecer distintos tipos de prestaciones sociales y económicas a favor de quienes sufrieron las consecuencias de la guerra civil y de la dictadura. Pero no es menos cierto que tales medidas fueron acompañadas por una decisión ampliamente compartida de pasar página, de no mirar hacia atrás para preservar el futuro, entonces incierto, que entre todos debíamos construir.

No pensemos más en la guerra, aquello fue una triste aberración. Así describía el historiador Pierre Vilar el ambiente que se respiraba en la sociedad española a mediados de los años ochenta. ¿Podía la sociedad española haber abordado durante la transición la tarea de enfrentarse plenamente a su pasado más trágico? ¿Debía haberlo hecho? En todo caso, no lo hizo y nos traspasó a nosotros la tarea pendiente de recuperar la memoria histórica de los hombres y mujeres que lucharon y murieron por defender la legalidad republicana. Los socialistas tenemos el convencimiento de que hoy la sociedad española está en condiciones y quiere ser protagonista de una recuperación consensuada de nuestro pasado más inmediato. Dicha recuperación tendrá un sentido pleno si se orienta a construir una mirada compartida que elimine injusticias y desigualdades; una mirada compartida —y créanme que el Grupo Socialista será especialmente tenaz en este objetivo— que nos proyecte hacia el futuro más reconciliados con lo que fuimos y más unidos en aquello que aspiramos a ser.

En este contexto, Convergència i Unió ha presentado la iniciativa que hoy nos ocupa, centrada en la persona de Manuel Carrasco i Formiguera. Las sentidas palabras del señor Duran i Lleida sobre su figura hacen innecesarias buena parte de las mías. Baste con subrayar que actuó siempre guiado, como católico, por los valores del humanismo cristiano, como demócrata, por su compromiso con las libertades y el respeto a la pluralidad y, como nacionalista catalán, por su pasión por Cataluña.

Fueron estos compromisos los que le llevaron a convertirse en un miembro destacado de Unió Democrática de Catalunya y a poner en peligro su vida defendiendo la legalidad republicana.

Precisamente la fragilidad de dicha legalidad le obligó a abandonar Cataluña, donde sus creencias le convirtieron en objetivo de elementos incontrolados, y a emprender una misión en el País Vasco en nombre de la Generalitat, tal y como ha comentado el señor Duran i Lleida. La parte final de su viaje, desde Bayona hasta Bilbao, fue por mar; el buque en el que viajaba fue capturado por los sublevados y él, su mujer y sus hijos fueron encarcelados por separado en cuatro prisiones distintas. En Burgos, Carrasco i Formiguera fue sometido a un consejo de guerra y ejecutado por un pelotón de  fusilamiento el sábado 9 de abril de 1938.

La travesía de Carrasco i Formiguera y su familia entre los odios, los miedos y las intolerancias que desató la guerra civil constituye una exigencia de rigor de amplias miras y de ausencia de sectarismos para todos aquellos que deseen aproximarse a esta dolorosa parte de nuestro pasado. Una exigencia con la que los socialistas nos sentimos especialmente comprometidos. En esta dirección ha venido desarrollando su labor la Comisión interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la guerra civil y el franquismo.

La Comisión, que ha ido incorporando a su cometido y estudio nuevos aspectos no recogidos inicialmente, como consecuencia de resoluciones posteriores aprobadas en esta Cámara,ha mantenido encuentros con las asociaciones y organizaciones representativas de los colectivos afectados y ya ha comenzado a dar sus primeros frutos, como es el caso de la Ley por la que se establece un régimen compensatorio especial para los denominados niños de la guerra.

Señorías, restituir la memoria de Manuel Carrasco i Formiguera es un cometido al que ningún demócrata puede permanecer ajeno. Los socialistas queremos contribuir —y este es el sentido de la enmienda que hemos presentado, formalmente de sustitución aunque materialmente lo sea de adición— con una referencia a los trabajos de la citada Comisión interministerial, que ha de permitir una solución que incluya a todos aquellos condenados por fallos injustos emitidos en los juicios sumarísimos del régimen franquista.

En coherencia con esta consideración, el Grupo Socialista no presentará iniciativas encaminadas a dar respuestas individualizadas a quienes fueron objeto de la represión franquista por su compromiso socialista. Pero para hacernos una idea de su magnitud bastará con recordar que de los 99 parlamentarios socialistas surgidos de las elecciones de 1936, 33 fueron ejecutados o murieron en las cárceles, entre ellos Julián Besteiro. El que fuera presidente del Partido Socialista Obrero Español y de las Cortes Constituyentes de la Segunda República murió, con la salud rota y a los 70 años, un día como hoy, precisamente un día como hoy, un 27 de septiembre de 1940, en la prisión de Carmona.

El Grupo Socialista seguirá trabajando por la reparación moral, y en su caso jurídica, de todos aquellos que sufrieron las consecuencias de la guerra civil y de la represión. Hoy, al hacerlo en la persona de Manuel Carrasco i Formiguera, lo hacemos con la certeza de que su testimonio vital les representa a todos.

Gracias, señoras y señores diputados. (Aplausos.)

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

Muchas gracias, señor Fernández.

Continuamos con el turno de fijación de posiciones. Por el Grupo Parlamentario Mixto fijará posición el señor Rodríguez Sánchez. Adelante.

El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Gracias, señora presidenta.

Siempre es un motivo de satisfacción contribuir con los votos del Bloque Nacionalista Galego a la recuperación de la memoria histórica, y mucho más si se hace, como en este caso, para restituir la memoria histórica de protagonistas fundamentales de la historia de Cataluña en el siglo XX, y más particularmente de personajes muy representativos en la conformación del movimiento nacionalista catalán a lo largo del primer tercio del siglo XX.

El caso que nos ocupa, don Manuel Carrasco i Formiguera, un hombre que participó en la conformación de la Lliga de Acció hasta acabar en Unió Democràtica, es también expresivo porque indica hasta qué extremo el comportamiento de la Iglesia católica no fue igual en todas las naciones del Estado español. Sin duda se puede hablar, entonces como ahora, en cierta manera de una Iglesia catalana y de un catolicismo no estrictamente antinacionalista, si quieren ustedes un nacionalismo que no solamente era legal entonces, sino ahora, en sus presupuestos, y por tanto la Iglesia católica lo que hacía era aceptar en este contexto de legalidad.

Don Manuel Carrasco i Formiguera fue además representante de la Generalitat en otra de las naciones que hoy conforman el Estado español en un momento convulso, en concreto durante el alzamiento fascista y en los peores momentos de la guerra. Esto me lleva a recordar una figura paralela del nacionalismo de Galicia, expresiva también de las concomitancias y de las diferencias. Alexandre Bóveda también era católico, pero no formaba parte de un partido confesional católico, ni siquiera y mucho menos de un partido de tendencia clerical, en el contexto de una Iglesia claramente hostil al nacionalismo y a la República. Alexandre Bóveda fue asesinado también en un juicio sumarísimo militar el 18 de agosto de 1936 en A Caeira. Por supuesto, ningún sector de la Iglesia católica, y mucho menos el Vaticano, movió un dedo para intentar impedir este asesinato.

El 9 de abril de 1938 fue asesinado el nacionalista catalán Manuel Carrasco i Formiguera, sin duda alguna un acto de terror y de barbarie que en este momento estamos tratando de anular por lo menos en lo que tiene de reconocimiento de una legalidad en contra de la represión y del alzamiento fascistas.

Por último, cuando recuperamos la memoria de Manuel Carrasco i Formiguera estamos no solamente resaltando un valor simbólico, sino también la legalidad republicana, que era la legalidad democrática entonces, el autogobierno de Cataluña, que era la forma de expresar en aquel momento, a través de la autonomía y de la Cataluña republicana, los anhelos del pueblo catalán a su soberanía, y en todo caso estamos restituyendo una memoria histórica colectiva que en el caso del Estado español está claro que tiene unos matices y unos tintes plurinacionales, como se demuestra en este caso concreto.

Muchas gracias.

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

A usted, señor Rodríguez Sánchez, muchas gracias.

Continuamos con el turno del Grupo Parlamentario de Izquierda Verde-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, y tiene la palabra para fijar posición la señora Navarro. Adelante.

La señora NAVARRO CASILLAS: Gracias, señora presidenta.

Esta iniciativa es aplaudida por nuestro grupo parlamentario y en consecuencia va a tener nuestro más rotundo apoyo, y más en un día como hoy, en el que se cumplen treinta años de la última ejecución del régimen franquista, que se dio en el amanecer del 27 de septiembre de 1975: cinco ciudadanos fueron ejecutados.

Hemos de recordar tanto este hecho como la figura del luchador Manuel Carrasco i Formiguera porque la libertad y la democracia fueron los valores que guiaron a aquellos luchadores cuya memoria hoy todavía no ha sido restituida.

Señorías, no debemos pasar página, sino que hay que conocer nuestro pasado para aprender de él y así evitar que se repita. Reconozcamos el valor de todos aquellos que lucharon por detener la barbarie y nuestra solidaridad más profunda a la familia de Manuel Carrasco i Formiguera aquí presente.

Gracias.

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

Muchas gracias, señora Navarro.

Continuamos con el turno del Grupo Parlamentario Vasco. Señora Uría, tiene la palabra.

La señora URÍA ETXEBARRÍA: Muchas gracias,

señora presidenta.   Para una nacionalista vasca es un honor intervenir hoy sobre esta proposición no de ley presentada por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) cuya finalidad es anular un consejo de guerra sumarísimo y la adopción de medidas necesarias para restituir la memoria histórica de Manuel Carrasco i Formiguera.

Como he intervenido tantas veces desde esta tribuna en defensa de los derechos de las víctimas, me satisface ahora poder decir que ha habido también olvido respecto a otros conciudadanos que perdieron la vida por culpa de ideas asesinas. Muchas veces he pedido la rehabilitación de quienes perdieron la vida como consecuencia de la guerra civil, del régimen franquista y de los tiempos de la transición. Decía el portavoz del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) que la memoria de Carrasco i Formiguera no necesitaba ser rehabilitada; yo creo que sí. ¿Cuántos en esta Cámara de los 350 diputados conocían quién era esta destacada figura de la lucha por las libertades? Me hubiera gustado conocerlo esta mañana. Además de los nacionalistas vascos o catalanes,pienso que muchísimos de los miembros de esta Cámara ignoraban su existencia, pese a haber sido diputado en estas mismas Cortes.

Quiero agradecer a los servicios de la Cámara la documentación que respecto al proceso sumarísimo en el que fue condenado y respecto a las circunstancias de su muerte me ha sido facilitada. Las supuestas pruebas que la justicia militar franquista utilizó para condenar a este político republicano y catalanista han sido facilitadas a esta diputada con extraordinaria diligencia y creo que con un pormenor que es digno de alabar, y quiero hacerlo desde esta tribuna tanto a lo que hace referencia al archivo del Gobierno Militar de Burgos como al archivo de la cárcel de Burgos y a la biblioteca y al archivo propio del Congreso de los Diputados.

También quiero referirme a los recortes de prensa de la época y de entre ellos elegiré los que hacen referencia a la prensa vasca. El diario Euskadi comunicaba el día 15 de abril de 1938 que habían asesinado a un hombre esclarecido del campo político del gran pueblo de Cataluña, don Manuel Carrasco i Formiguera. Se refería después a que era nacionalista catalán y republicano.Era un hombre de profundas convicciones democráticas, y el fascismo no admite teorías políticas que se opongan a su criterio autoritario y despótico.

Al día siguiente, el 16 de abril del año 1938, el propio diario Euskadi manifestaba que se confirmaba, desgraciadamente, la noticia de que los rebeldes habían fusilado al ex diputado de las Cortes Constituyentes don Manuel Carrasco. Es un nuevo crimen, decía, que añadir a los muchos que lleva cometidos el fascismo. Era un hombre leal a sí mismo y a sus compromisos políticos. Era, sobre todo, un republicano y un catalanista. Haciendo referencia a su intervención en estas mismas Cortes, decía: ¡Cuántas veces se alzó su regia figura en nuestras tribunas para cantar las libertades de Cataluña y de Euskadi! Y concluía diciendo: En el cuadro de honor de nuestros muertos ilustres, Carrasco i Formiguera tendrá el lugar que le corresponde. Goian bepo.

La misma afirmación que me permito hacer en nombre de la formación política a la que represento, a la vez que saludo a sus familiares que en este momento están presentes en la tribuna.

Coincide en el tiempo la presentación de esta proposición no de ley con la llegada a mis manos de un libro que hace referencia a otro ilustre jurista de aquella época, el libro Al servicio de la justicia en tiempos de guerra, que hace referencia a quien fuera fiscal y juez, Germán María de Iñurrategui. En él, en su contraportada, se dice que una de las grandes responsabilidades de la transición política española es la de habernos robado nuestro inmediato pasado. Se nos dijo que había que mirar al futuro y, sobre todo, no remover ese pasado que dejaba en tal mal lugar a quienes habían sido la nomenclatura de la dictadura o los herederos directos de los grandes responsables de la misma. El fallecido Javier Tusell habló de una amnesia colectiva que él consideraba quizá una necesidad recíproca de la voluntad de reconciliación.

Desde mi formación política creemos que hubo necesidad de más amnesia y se puso más voluntad de reconciliación por una de las partes que por la otra. No hablo de que se abra ahora una especie de comisión de la verdad, pero sí me parece que hay que poner más medios para conocer el pasado, tenerlo más presente como elemento vertebrador de la vida pública y como punto de partida al cual debemos ser fieles.

Nos ha sido entregado en fecha reciente por la sección española de Amnistía Internacional un informe que hace referencia a España y que se titula Poner fin al silencio y a la injusticia. En él se hace referencia a las víctimas de la guerra civil española y del régimen franquista y se recomienda como conclusión la necesidad de que exista una memoria colectiva, el derecho a la verdad y el deber de no olvidar, el derecho de las víctimas a los recursos efectivos para hacer valer sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación. Creemos que es un interesantísimo informe que debe ser tenido en cuenta en esta Cámara al objeto de iniciativas como la que hoy nos trae.

No me olvido, señorías, como no podía ser de otra manera, siendo portavoz como soy en materia de justicia, del vigente derecho positivo. Sé cómo está regulado el derecho de revisión en nuestro sistema y sé también que en la Sala quinta del Tribunal Supremo en este momento está pendiente la revisión de algunos consejos de guerra, entre ellos el del conocido anarquista Puig Antich.

Efectivamente, existe el dilema de si ha de ser esta Sala quinta la que revise la Sala de lo militar, lo que fueron entonces consejos de guerra sumarísimos, o si, por el contrario, debiera habilitarse una posibilidad, como existe respecto a los tribunales populares cuyas condenas fueron de naturaleza civil y no militar, de que puedan ser revisadas por una sala distinta. Quizá debiéramos proceder a una modificación normativa a este respecto, y la naturaleza de creativos a este respecto está acreditada puesto que atribuimos a una sala especial, la llamada Sala 61, la posibilidad de reconocer otro tipo de cuestiones que quizá fueran más adecuadas e hicieran más adecuado que los llamados consejos de guerra de entonces se residenciaran en sede distinta de la militar.

Reconozco que el derecho de revisión, tal y como está hoy configurado, no es un remedio procesal para arreglar las injusticias, sino que requiere hechos nuevos que permitan revisar el pasado, pero, como también se afirma en el informe de la fiscalía en relación con el recurso de Puig Antich, es un recurso de configuración legal, y a nosotros, los legisladores, nos corresponde modificar las normas por las que se rigen los procesos, dado que la tutela judicial efectiva que deben prestar los tribunales es un derecho constitucional, insisto, de configuración legal.

A lo mejor esta proposición no de ley no es bastante, desde luego mi grupo la apoyará, y debiéramos abordar también las modificaciones normativas necesarias para que sea posible la revisión de los consejos de guerra.

Se ha aludido a la transición y a si tuvo defectos o no. Me gustaría a este respecto traer a colación una frase de quien fue uno de sus protagonistas. Francisco Fernández Ordóñez decía que todo es imposible hasta que llega alguien y lo hace. No sé si se referiría a las dificultades que tuvo en relación con la regulación de la Ley de divorcio, la reforma fiscal o las propias dificultades de la transición. Creo que es una frase perfectamente aplicable a este momento.

Es imposible revisar aquella época, se dice. Bueno, sólo falta que alguien venga y lo haga. Nosotros somos los legisladores. Mi grupo se apunta en este momento al contenido de la proposición no de ley de revisar no solamente lo que se pretende por el Grupo Catalán de Convergència i Unió sino también los términos que ha establecido el Grupo Socialista en esta Cámara, pero también nos gustaría que vayamos un poco más hacia adelante intentando modificar la configuración del recurso de revisión para que sea posible lo que hoy parecería, desde el punto de vista del derecho, imposible.

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

Señora Uría, por favor, tiene que terminar.

La señora URÍA ETXEBARRÍA: Sí, señora presidenta,

concluyo. De lo que he manifestado se deduce que mi formación política votará que sí, por supuesto, al contenido de la proposición no de ley y que incluso desde esta tribuna exhorta a los miembros de la Cámara para que vayamos más adelante con la modificación legal del recurso de revisión.

Muchas gracias. (Aplausos.)

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

A usted señora Uría, muchas gracias. Continuamos con el turno de Esquerra Republicana de Catalunya. Tiene la palabra para fijar posición el señor

Tardá.

El señor TARDÁ I COMA: Gracias, señora presidenta,

Salutaciones a la familia de Manuel Carrasco i Formiguera.

Permítanme que no me extienda en hacer una semblanza del insigne y respetado político catalanista Manuel Carrasco i Formiguera, que, como miembro de Acción Catalana, participó en la materialización del Pacto de San Sebastián, preámbulo de la caída de la monarquía y la recuperación de las libertades republicanas, régimen al cual sirvió como diputado en las Constituyentes. Su muerte, su martirio, así como la de muchos otros católicos catalanistas y euskaldunes, ejemplifica hasta qué punto los elementos fascistas y el Ejército español, sublevado contra la legalidad constitucional republicana, estaban presos del odio contra las comunidades nacionales distintas a la española del Estado. Odio que fue legitimado por la jerarquía eclesiástica católica que fomentó y protegió el alzamiento nacional y el genocidio, que no tuvo ningún reparo en bendecir el asesinato de católicos como tantos y tantos clérigos vascos y el mismo Carrasco i Formiguera, una persona que se había convertido en el portavoz político más decidido en la defensa de las órdenes religiosas, que había fundado Unió Democrática de Catalunya precisamente ante la necesidad de alejarse de los criterios laicistas de su partido, Acció Catalana, que fue destinado por la Generalitat en plena guerra, por los problemas que podía acarrearle su papel destacado en la defensa de los religiosos, a Euskadi, en donde fue detenido por el ejército franquista y posteriormente fusilado.

Hace un año, en esta Cámara, Esquerra Republicana presentó una proposición no de ley, que fue aprobada, que instaba al Gobierno a proceder de igual manera para con la causa sumarísima del presidente de nuestro país, Lluís Companys. Justamente es lo que pedimos para el fundador de Unió Democrática de Catalunya, lo que exigimos para cada uno de los miles y miles de hombres y mujeres que, como ellos, fueron asesinados después de un juicio, Consejo de Guerra, sin ningún tipo de garantía, acusados de adhesión a la revolución militar por parte de aquellos que habían infringido la ley.

Estamos a la espera del proyecto de ley al que el Gobierno se comprometió. El tiempo pasa y nos inquieta la tardanza. El Gobierno, a nuestro parecer, se equivocó al no aceptar nuestra demanda, la de Izquierda Unida y el Grupo Mixto, de creación de una comisión parlamentaria que tuviera el encargo de elaborar el libro blanco de la memoria republicana y antifascista. El Gobierno optó por trasladar la responsabilidad a una comisión interministerial.

Bien, estamos a la espera. Solo deseamos recordarle al Gobierno que más allá de la necesaria ambición que debe infundir el proyecto de ley de reparar, una vez tramitado y aprobado en esta Cámara definitivamente, todos los oprobios, el factor tiempo es una variable determinante.

En primer lugar, porque muchas de las personas a las cuales restituir honores se hallan en el tramo final de sus vidas, e incluso sus descendientes directos.

Por otro lado, a nadie se le escapa que la maquinaria del revisionismo histórico se ha acelerado, la tergiversación histórica y la trivialización de los horrores totalitarios es parte de una estrategia diseñada por una derecha envalentonada que pretende encontrar en el filón de la desmemoria la ventaja política que la incapacidad de sus dirigentes ultramontanos no saben encontrar en la realidad política cotidiana. A su servicio encontramos algunos historiadores, como Pío Moa, Cesar Vidal y otros apologistas del franquismo, hijos del insigne historiador del reino, señor don Ricardo de la Cierva.

Deben saber los representantes del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió que compartimos todos y cada uno de sus anhelos. La figura de Carrasco i Formiguera forma parte del patrimonio de la memoria histórica catalana, la nuestra, y de la compartida con los republicanos y demócratas españoles, los de siempre.

Y a ustedes, miembros del Gobierno, les instamos a presentar la ley de la memoria antes del 20-N, o quizá el día 20-N, trigésimo aniversario de la muerte y desaparición afortunada del dictador.

También queremos recordar que un día como hoy fueron asesinados por la dictadura dos ciudadanos vascos y tres gallegos: Juan Paredes Manot, Ángel Otaegui, José Umberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz. A todos ellos, a Carrasco i Formiguera, a sus descendientes, y a todos los represaliados, salud.

(Aplausos.)

La señora VICEPRESIDENTA: (Chacón i Piqueras):

Muchas gracias, señor Tardá.

Finalizamos, señorías, con la intervención del señor Atencia, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, también para fijar posiciones.

El señor ATENCIA ROBLEDO: Con la venia,

señora presidenta.

Señoras y señores diputados, vaya por delante, antes de fijar con detalle la posición del Grupo Parlamentario Popular sobre la iniciativa que el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) somete a nuestra consideración, nuestra manifestación pública de respeto por  la persona y por la figura de don Manuel Carrasco i Formiguera.

Respeto a su figura y a lo que representa como referente político y moral, no sólo para Unión Democrática de Catalunya y una parte de la sociedad catalana, sino también para los que compartimos sus ideales y para los demócratas de este país.

Manuel Carrasco, como se ha destacado, fue miembro de las Cortes Constituyentes de la II República, estuvo en esta Cámara y tuvo una relevante vida pública, siempre coherente,siempre definida por el diálogo y por la defensa en todos los parámetros democráticos de sus convicciones, de sus ideas y de su fe.

Somos conscientes de la tragedia que vivió esta figura histórica como tanta gente, estuviera donde estuviera y militara donde militase. La posición de nuestro grupo, cuando se plantean este tipo de iniciativas, siempre ha sido conocida. Con la legislación vigente en la mano, entendemos que no es posible la anulación del Consejo de Guerra que se propone. Para la revisión de sentencias firmes, como SS.SS. saben y se ha destacado por algunos intervinientes, ha de cumplirse la previsión que nuestra legislación establece, en aplicación del principio de seguridad jurídica de la Constitución,para los procesos extraordinarios de revisión. En este sentido, es ilustrativo traer una intervención que se produjo en esta Cámara, hace ya más de un año, en la que un diputado decía:

La ley de amnistía no permite que revisemos las sentencias del franquismo. Lo ha dicho el Tribunal Supremo reiteradas veces, lo acaba de decir el Constitucional. La amnistía justamente implica la imposibilidad de una reversión jurídica de todo el conjunto de actos jurídicos y resoluciones que se pudieron adoptar durante la historia. Esa es la esencia de aquel acuerdo de concordia y transición. Ramón Jáuregui, 1de junio del año 2004.

Compartimos ese planteamiento desde el punto de vista formal y desde el punto de vista político.

En segundo lugar, hay otra cuestión, y es que el Grupo Parlamentario Popular, como es público y notorio, no es partidario, en contra de la posición de otros grupos, del revisionismo histórico. No estamos por ese pretendido intento, a cuento de recuperar la llamada memoria histórica —cosa digna—, de revisarlo todo, revisar el pasado, revisar nuestra historia y revisar la transición política a la democracia. Nos parece sinceramente un error y puede ser una irresponsabilidad. Porque entiendo,refiriéndome al proceso de la transición política, que es lo que algunos quieren plantear, sin duda no la iniciativa de Convergencia i Unió, cuando las cosas se hacen bien, es absurdo, es erróneo, es irresponsable, es temerario, diría yo, abordar un proceso revisionista. Lo que salió bien, salió bien. Lo demás nos parece, insisto, una irresponsabilidad.

Nosotros nos quedamos con aquel acuerdo de concordia, de reconciliación que significó nuestra ejemplar transición democrática y el pacto constitucional.

Se nos somete una iniciativa concreta por parte del Grupo de Convergencia i Unió y nuestro grupo quisiera respaldarlo. Nosotros somos partidarios y respaldamos todas las medidas de rehabilitación moral y política de don Manuel Carrasco i Formiguera.

Nos plantea dificultad respaldar el punto primero de su iniciativa, y también de la enmienda del Grupo Parlamentario Socialista, donde se va al proceso de anulación del Consejo de Guerra, que sin duda fue injusto. Pero estamos en la situación en la que estamos. Por tanto, nosotros, queriendo honrar la memoria de Manuel Carrasco i Formiguera, como también lo hicimos con nuestros votos en el Ayuntamiento de Cataluña y entendiendo que es una situación de singularidad, les pediríamos, si fuera posible, a los autores de la iniciativa votar separadamente la iniciativa, para poder votar el segundo punto que, aunque plantea algunas complejidades, lo que quiere es reconocer, recuperar la memoria histórica de Manuel Carrasco i Formiguera.

Nuestro grupo parlamentario lo hace con el espíritu de coherencia que siempre hemos mantenido, pero desde el respeto a la iniciativa que se nos plantea y a la figura que se somete a esta Cámara. Nosotros nunca hemos votado ni votaremos cualquier otra iniciativa que se plantee respecto a la anulación o revisión de cosas del pasado, amparados por el pacto constitucional y la propia doctrina del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional.

En cualquier caso, quisiéramos poder unirnos al consenso de la Cámara, al respaldo y a la unanimidad de todos sobre la base de la posibilidad que nos pueda brindar, en su caso, el Grupo de Convergència i Unió.

Muchas gracias.

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

Gracias, señor Atencia. Señor Duran, ¿aceptan la enmienda transaccional?

El señor DURAN I LLEIDA: Gracias, señora presidenta. Sí, aceptamos la enmienda, en la medida en que entendemos que coincide con el contenido de nuestra iniciativa. Lo que hace es remitirla a un órgano que ya existe, y algunas de SS.SS. han puesto de relieve, en cualquier caso, la tardanza en dictaminar o ejecutar lo que este Congreso le ha instado. En definitiva, admito esta enmienda.

La señora VICEPRESIDENTA (Chacón i Piqueras):

Gracias, señor Duran i Lleida, solo quería saber si aceptaba o no, como usted sabe, en este trámite.



Sometida a votación la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) por la que se insta al Gobierno a que adopte medidas para la anulación del consejo de guerra sumarísimo a que fue sometido don Manuel Carrasco i Formiguera, fue aprobada por 318 votos a favor y una abstención.