No al fascismo
Amigo Gagarin (Yuri Gagarin es nuestro amigo) [04.10.2005]
http://www.esfazil.com/kaos/noticia.php?id_noticia=12266&nc=2
No al fascismo
Los prolíficos historiadores fascistas César Vidal y Pío Moa intentan nivelar lo inivelable con un par de libros cada mes haciendo especial hincapié en Paracuellos del Jarama. Colecciones de venta en kioskos venden sus libros como si no fueran algo más que repetir la historia oficial que desde 1939 a 1977 fue la única que se permitía en España. Es por eso que no está de más conocer las tácticas de los militares "vencedores" contra la "traición a la democracia de PSOE, ERC y comunistas".
"Masacre en la plaza de toros
Durante los días 14 al 15 de agosto se produjo el que fue quizá el episodio más trágico de toda la guerra. Miles de civiles fueron lidiados (sic) y rematados en la plaza de toros de Badajoz.
El horro de semejante carnicería ha sido históricamente ocultado por el bando vencedor y casi ha caído en el olvido. La Guerra Civil trae a la memoria los nombres de Gandesa, Guernika, Jarama, Brunete, Teruel, Guadalajara… pero no el de la ciudad extremeña, protagonista de un acontecimiento que pone los pelos de punta; de los 8.000 fusilamientos que hubo en la ciudad, más de la mitad sucedieron en el coso de Badajoz.
Muchos historiadores han minimizado los acontecimientos. Según Hugh Thomas la “cifra de muertos no llegaba a dos mil"; calculaba esta cifra a los veinte años del fin de la guerra y utilizaba fuentes oficiales del régimen que, entre otras cosas, olvidaron señalar que hasta se entregaron invitaciones para acudir a tan taurino festejo[1].
Yagüe ordenó el encierro de los prisioneros, la mayoría civiles, en el coso de la plaza de toros el día 14. En los tendidos se instalaron focos para iluminar la arena; en ese mismo tendido donde señoritos, falangistas, terratenientes, señoritas cristianas y devotas de la alta sociedad, monjas y frailes, entre ellos el citado padre Lomba, aguardaban impacientes la orgía de sangre que se avecinaba.
Entre los más despiadados destacó un sargento moro de nombre Muley que se colocó un traje de torero encima del suyo y comenzó la “faena": usaba la bayoneta como estoque contra los prisioneros y los mataba clavándoles el hierro en la cara y en el cuello. Mientras, la gente de ley y orden daba los olés y los correspondientes aplausos cuando los prisioneros eran banderilleados.
El espectáculo duró toda la noche. Durante las primeras horas del día 15, el miliciano Juan Gallardo Bermejo le arrebató la bayoneta a uno de los legionarios-toreo y lo mató. En ese momento se retiraron de la arena moros y legionarios y comenzó un ametrallamiento masivo.
Durante largo rato silbaron las balas, hasta el extremo de que los tiradores fueron reemplazados en varias ocasiones. No más de dos o tres personas sobrevivieron de las más de 4.000 que se hacinaban en el foso y que fueron a parar a fosas comunes[2].
Al amanecer del día 15, se volvió a llenas la plaza de prisioneros y hacia las seis de la mañana comenzó un nuevo tiroteo de ametralladoras que duró dos horas.
Las tropas moras saquearon a los asesinados en busca de anillos (aunque hubiese que cortar dedos), cadenas e incluso arrancaban las muelas de oro a golpe de bayoneta."
[1] Hugh Thomas realizó una investigación en Badajoz en 1.959 y ofrece una cifra de 1.800 muertos en la Plaza de Toros. Este historiador niega que ocurriese todo lo que vamos a narrar a continuación.
[2] Uno de los supervivientes fue el comunista Juan Adriano Albarrán, que pese a haber recibido siete disparos, pudo salir arrastrándose y esconderse. Con el tiempo acabó viviendo en París. Creo que nunca quiso regresar a Badajoz.
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