Proposición no de Ley relativa a las responsabilidades del Estado español en el Holocausto
Enviado por SALAMANCA MEMORIA Y JUSTICIA - 02/09/2005
Palacio del Congreso de los Diputados, 27 de enero de 2005.-Francesc Canet Coma, Diputado.-Joan Tardà i Coma, Portavoz Adjunto del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana (ERC).
Proposición no de Ley en Comisión AUTOR: Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana (ERC).
Proposición no de Ley relativa a las responsabilidades del Estado español en el Holocausto.
Acuerdo:
Considerando que solicita el debate de la iniciativa en Comisión, admitirla a trámite como Proposición no de Ley conforme, al artículo 194 del Reglamento, y disponer su conocimiento por la Comisión Constitucional. Asimismo, dar traslado del acuerdo al Gobierno y al Grupo proponente y publicar en el Boletín Oficial de las Cortes Generales.
En ejecución de dicho acuerdo se ordena la publicación de conformidad con el artículo 97 del Reglamento de la Cámara.
Palacio del Congreso de los Diputados, 1 de febrero de 2005.-P. D. El Secretario General del Congreso de los Diputados, Manuel Alba Navarro.
A la Mesa del Congreso de los Diputados
El Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana, a instancia de los Diputados don Joan Tardà i Coma y don Francesc Canet Coma, y al amparo de lo dispuesto en el artículo 193 y siguientes del Reglamento de la Cámara, presentan la siguiente Proposición no de Ley para su debate en Comisión.
La liberación de los campos de exterminio nazis permitió mostrar al mundo entero los Crímenes contra la Humanidad que había ejecutado el régimen nacionalsocialista alemán. Hoy día, transcurridos sesenta años, inmersos en la conmemoración de aquellos campos, la Organización de Naciones Unidas insta a la ciudadanía de todos los Estados a movilizarse por la paz y la fraternidad humana ante los peligros que pudieran cernirse a remolque de los brotes de xenofobia, racismo e intolerancia. Es por ello necesario recordar más que nunca que nada de lo ocurrido no es ajeno. Y, en el caso español, aún con menos razón. Como es sabido, miles de ciudadanos del Estado español (parte de los 500.000 que se vieron obligados a tomar el camino del exilio) fueron internados en diferentes campos de concentración y exterminio donde fueron explotados laboralmente, torturados y, en la mayoría de casos, asesinados. Ravensbrück, Dachau, Buchenwald, Maidtank o Mauthausen son tristes y crueles ejemplos de los campos en donde fueron a parar. De estos destinos, destaca Mauthausen donde solamente sobrevivieron 2.184 de los 7.000 republicanos prisioneros. Estos ciudadanos del Estado español habían sido detenidos en su mayoría por las fuerzas de ocupación alemana en Francia u otros países donde se habían exiliado huyendo de la represión fascista legalizada mediante la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 o la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo del 1 de marzo de 1940, entre otras. Aun así, el terror represor del dictador Franco no se contentó con la represión interior, proyectándose más allá de sus fronteras territoriales. Hoy día ha quedado demostrado, fruto de la investigación histórica, la implicación del Estado español, a través de Ramón Serrano Suñer, Ministro de Interior y de Gobernación entre el 30 de enero de 1938 y el 15 de octubre de 1940, y Ministro de Asuntos Exteriores entre el 16 de octubre de 1940 y el 3 de septiembre de 1942, en el traslado de la ciudadanía del Estado español al campo de exterminio de Mauthausen. La documentación existente demuestra hasta qué punto el Gobierno español se desentendió de los refugidos a requerimiento de las autoridades alemanas, hecho que explica su identificación como "apátridas" en el momento de su internamiento.
En este sentido, hay que tener presente que la orden de deportación de los refugiados españoles, firmada por la Dirección de la Policía del Tercer Reich, determinaba que los republicanos españoles hechos prisioneros en Francia debían de ser desposeídos de su condición de prisioneros de guerra y enviados a los campos. Este documento, publicado el 25 de septiembre de 1940, vio la luz pública coincidiendo con la visita oficial del Ministro Serrano Suñer a Berlín, donde celebró entrevistas con Hitlet y otros jerarcas del partido nazi que se complementaron poco después con la visita oficial a España de Himmler. El Estado español aportó, a cambio de la entrega por parte de la Gestapo de destacadas personalidades republicanas (Lluís Companys, Joan Peiró, Julián Zugazagoitia, Cipriano Rivas Chériff, etc.), el compromiso de desentenderse de aquellos que fueron deportados con la finalidad de proporcionar mano de obra esclava para la industria de guerra y la experimentación científica impulsadas por el Estado alemán.
En el contexto de los actos conmemorativos de la liberación de los campos de exterminio, que culminan el mes de mayo, con la referida en concreto a la de Mauthausen, nos conviene superar silencios y falsedades. Se ha ido perpertrando en buena parte de la opinión pública del Estado español un equívoco sobre la neutralidad del régimen franquista durante la II Guerra Mundial. Y nada más lejos de la realidad. La dictadura del General Franco dio apoyo logístico y económico a las potencias del Eje, lo cual llevó a miles de ciudadanos españoles a la esclavitud y a la muerte, contribuyendo con ello a hacer realidad grandes Crímenes contra la Humanidad, que hoy conocemos como Holo- causto.
Concluida la II Guerra Mundial, el Estado español silenció su actuación respecto a sus ciudadanos "apátridas" hasta tal punto que la asociación que los agrupa, Amical Mauthausen, vivió en la clandestinidad entre los años 1962 y 1978, fecha en la que fue finalmente legalizada.
Conocido el carácter imprescriptible de los Crímenes contra la Humanidad que consagró las Naciones Unidas desde Nuremberg, se hace imprescindible, dada la dificultad cuando no imposibilidad de juzgar a los verdugos y colaboradores españoles del régimen nazi, honorar a sus víctimas para hacer posible una verdadera reconciliación basada en la reparación moral y económica de todas ellas y situar la memoria de los hechos y el discernimiento de las responsabilidades del Estado español en el frontispicio de los objetivos a los que se debía comprometer el Estado democrático actual.
Es por todo ello que se presenta la siguiente
Proposición no de Ley
"El Congreso de los Diputados insta al Gobierno español a: 1. Proceder a dilucidar y hacer públicas, en un plazo máximo de seis meses, las responsabilidades del Estado español en su contribución al Holocausto.
2. Presentar, en un plazo máximo de seis meses, aquellas medidas concretas tendentes a reparar el honor de las víctimas del Holocausto.
3. Presentar, en un plazo máximo de seis meses, aquellas medidas concretas que permitan reparar económicamente a la ciudadanía del Estado español víctima del Holocausto.
4. Impulsar, conjuntamente con las Comunidades Autónomas, un plan para la divulgación de la realidad del Holocausto, y en especial su incorporación en los currículos escolares."
Palacio del Congreso de los Diputados, 27 de enero de 2005.-Francesc Canet Coma, Diputado.-Joan Tardà i Coma, Portavoz Adjunto del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana (ERC).
Palacio del Congreso de los Diputados, 17 de mayo de 2005.-Diego López Garrido, Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso.
A la Mesa de la Comisión Constitucional
En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tengo el honor de dirigirme a la Mesa para, al amparo de lo establecido en el artículo 194.2 y siguientes del vigente Reglamento del Congreso de los Diputados, presentar la siguiente enmienda a la Proposición no de Ley sobre el Holocausto, del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana.
Enmienda
De modificación.
Se propone una nueva redacción de la Proposición no de Ley en los siguientes términos:
"En el contexto de los actos conmemorativos del final de la II Guerra Mundial y de la liberación de los campos de concentración nazis, el Congreso de los Diputados abordará, en el marco del informe presentado por la Comisión Interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, las medidas para establecer un adecuado reconocimiento y lograr la rehabilitación moral, jurídica y, en su caso, económica de las víctimas de la Shoah."
Palacio del Congreso de los Diputados, 17 de mayo de 2005.-Diego López Garrido, Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso.
rejoneo CORTES GENERALES DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS COMISIONES Año 2005 VIII Legislatura Núm. 286 CONSTITUCIONAL PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ALFONSO GUERRA GONZÁLEZ Sesión núm. 9 celebrada el miércoles, 18 de mayo de 2005
ORDEN DEL DÍA:
Proposiciones no de ley:
- Relativa a la responsabilidad del Estado español en el Holocausto. Presentada por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). (Número de expediente 161/000580.) ...
Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.
PROPOSICIONES NO DE LEY:
- RELATIVA A LAS RESPONSABILIDADES DEL ESTADO ESPAÑOL EN EL HOLOCAUSTO. PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO DE ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA (ERC). (Número de expediente 161/000580.)
El señor PRESIDENTE: Señoras diputadas, señores diputados, si les parece bien vamos a comenzar la sesión, porque son varios puntos los que hay en el orden del día y no tenemos mucho tiempo.
Se abre la sesión y, antes de conceder la palabra a los primeros proponentes, quisiera decirles que el representante de Esquerra Republicana de Catalunya ha hecho la petición de que se pudiera cambiar el orden del día, para que su propuesta, la número 4, pudiera verse en primer lugar, dado que tienen que acudir a otra actividad. Esto depende también de que los portavoces de los grupos que tuvieran asignada la intervención sobre este asunto estén presentes. Yo ahora lo que le pregunto es si están conformes en cambiar el orden del día para que pueda ser el primer punto el cuarto. ¿Están de acuerdo? (Asentimiento.) Estamos de acuerdo. Muy bien. Cambiamos el orden del día y el número 4 será el que veremos en primer lugar. Quiero hacer la advertencia de que, como el tiempo que tenemos es limitado, las intervenciones deberían ser breves no solo en este punto sino en todos los del orden del día de hoy.
Comenzamos por tanto con el punto y del orden día, que es la proposición no de ley relativa a las responsabilidades del Estado español en el Holocausto. Tiene en primer lugar la palabra, para la defensa de la proposición no de ley, el representante del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana, señor Tardá.
El señor TARDÁ I COMA: Han tenido que transcurrir 60 años para que un jefe de Gobierno español visitara el campo de exterminio de Mathausen y rindiera homenaje a los 12.000 republicanos españoles desposeídos de su nacionalidad, a los 12.000 republicanos convertidos en apátridas y condenados a muerte por esta conversión. Un presidente del Gobierno español hubiera podido celebrar el cincuentenario, pero prefirió ignorar la responsabilidad del Estado español en el holocausto nazi. La transición española prefirió ignorar la historia, que los jóvenes ignoren el pasado colectivo. Por eso la juventud del Estado español ignora que hubo y hay una minoría que se ha apropiado de la idea de España y creyó que tenía el derecho de decidir quién era y quién no era ciudadano de un Estado. En la historia de España siempre ha habido quien ha mantenido estas posiciones, quien ha mantenido en la boca el concepto de la unidad de España, que ignora cada día su historia, que va, al menos la que ellos han postulado, de Viriato a los reyes godos, de Covadonga a la Reconquista y a la conquista de América, todo ello en beneficio de un proyecto político de cariz nacionalista. Ya era hora, ya es hora de que la juventud sepa que estos se aliaron con el fascismo italiano y con el nazismo alemán, que se rebelaron contra el Gobierno democrático de la II República y que declararon la guerra a los pueblos y ciudadanos del Estado español. En nombre de España, atacaron a los ciudadanos que habían jurado defender, hicieron que la legión Cóndor nazi bombardeara Guernica, y los aviones italianos, Barcelona.
Las generaciones actuales tienen derecho a saber que el Estado español, dominado por el nacionalcatolicismo, comunicó a Hitler que no había españoles fuera de España. No hay mayor muestra de soberbia, no existe una manera más elocuente de considerarse propietario de un Estado, que atribuirse poder decidir quién es y quién no es miembro de este colectivo. El nacionalcatolicismo, en 1936, decidió que los republicanos no eran españoles y les declaró la guerra, les asesinó, les encarceló e hizo exiliar a cerca de un millón. El nacionalcatolicismo y su nuevo Estado español, en 1940, estrechamente aliado con Hitler y su III Reich, continuó persiguiendo a los republicanos más allá de las fronteras y, cuando las tropas nazis hicieron prisioneros a 12.000 republicanos, el Gobierno del general Franco y su cuñado, Serrano Suñer, los grandes patriotas españoles, declararon que los republicanos no eran españoles. En consecuencia, el Gobierno de Hitler les declaró apátridas, y esta declaración fue su sentencia de muerte.
En Alemania, en Francia, en Italia, en Chequia, en toda Europa, todos los alumnos, a lo largo de sus años de estudio, visitan los campos de concentración, los Estados democráticos no lo hacen para fomentar el odio entre las naciones o el revanchismo, sino todo lo contrario, lo hacen para conseguir que nunca más la barbarie vuelva a enfrentar a los ciudadanos de Europa, lo hacen para que las ideologías totalitarias, capaces de negar la dignidad y la nacionalidad a cualquier persona, no puedan volver nunca a arraigar en la juventud. ¿Cuántos chicos y chicas del Estado español han visitado en alguna ocasión un campo de concentración? ¿Cuántos chicos y chicas conocen que en el año 1940 había un millón de republicanos presos en campos de concentración, en penales y en cárceles? ¿Cuántos chicos y chicas saben que los tribunales militares condenaron a muerte a más de 200.000 ciudadanos españoles? ¿Lo saben los cadetes de las escuelas militares españoles en la actualidad? ¿Cuántos de nuestros jóvenes saben que existió un verdadero holocausto republicano en España, un holocausto protagonizado en nombre el patriotismo español y de al religión católica?
La paz en Europa, la reconciliación de las naciones en Europa, se fundamentó en la más profunda y sistemática desnazificación, en la lucha más exhaustiva contra los sustratos económicos, intelectuales, emocionales y sociales del fascismo. Se combatió intelectualmente el racismo, se luchó contra el autoritarismo y el culto a la personalidad, las visitas de escolares a los horrores del nazismo forman parte de este plan de desnazificación. Por encima de todo, se revisó la historia, la historia que se ha escondido a los jóvenes y ciudadanos del Estado. En Alemania solo había durado trece años, la historia de los diferentes estados alemanes era una historia diversa, llena de cultura, llena de tolerancia, llena de autogobierno en cada uno de los estados de la Confederación Germánica. El militarismo, el prusianismo que Bismarck había inoculado en el proceso de unidad en Alemania, alteró el fondo psicológico del pueblo alemán; era este fondo militarista y autoritario el que hizo posible que existiera Hitler, y el que hacía falta eliminar a partir de 1945 para recuperar el pasado plural, pacífico, descentralizado, de siglos de historia alemana. Por eso la nueva República Federal Alemana se fundamentó en el centro democratacristiano y la socialdemocracia, que fueron verdaderamente los que opusieron resistencia a Hitler.
Según los nostálgicos del autoritarismo y el fanatismo prusiano, esta revisión histórica constituía la destrucción misma de Alemania. Los hechos demuestran todo lo contrario, la sociedad alemana ha vivido los últimos decenios la mejor época de su historia, la más próspera, la más culta, la más respetada y admirada por otros Estados, el milagro alemán. En cambio, la transición española optó por la amnesia histórica, y esta amnesia ha comportado costes muy elevados, unos costes invisibles, pero de gran magnitud, la posible pérdida de los sistemas de valores, de las convicciones democráticas y profundas basadas en el respeto a los otros, en el respeto a la diferencia, y en segundo lugar, la desaparición de la tradición republicana, la más genuina y auténtica tradición democrática del Estado español. El peor coste de la desmemoria ha sido la penetración de la concepción de España del nacionalcatolicismo en el conjunto de la ciudadanía, incluso en algunos partidos de origen republicano. Es como si el prusianismo continuase inspirando la vida social, cultural y económica en Alemania.
Voy terminando, señor presidente. La amnesia histórica es la causa de que un partido político presidido por un ministro de Franco haya sustituido a los partidos centristas, la amnesia histórica es la que ha permitido que un ex falangista presidiera el Gobierno del Estado. Y esto no es revanchismo, sino lógica democrática, la lógica democrática que obligó a dimitir a Kurt Waldheim de presidente de Austria, cuando se supo que había sido miembro de las Juventudes Nazis, incluso habiendo ocupado la Secretaría General de la onU. Mathausen se encuentra en Austria, pero fue en septiembre del año 1940, en una visita de Serrano Suñer a Berlín, donde se entrevistó con Himmler, jefe del partido nazi, y en esta reunión se decidió enviar a los republicanos españoles a los campos de exterminio. Ha llegado la hora de recuperar la memoria histórica y ha llegado la hora de que las ideologías como el nacionalcatolicismo sean excluidas de manera natural de la vida pública, ha llegado la hora de no tener que oír a sus portavoces, los nuevos goebbels, en las emisoras de la Conferencia Episcopal, española, por supuesto. Ha llegado la hora de instaurar la verdadera reconciliación basada en la no ignorancia. Sin esta reconciliación será imposible la convivencia entre los pueblos de la península Ibérica.
Por todo ello, emplazamos a esta Comisión Constitucional del Parlamento español a dar luz verde a aquello que demanda nuestra proposición no de ley, que no va más allá de la necesidad de explicitar la voluntad de dilucidar las responsabilidades políticas del Estado español en el Holocausto, a fin y efecto de que pueda actuarse en consecuencia, en definitiva, actuar en justicia. Si injusto ha sido el olvido de lo que ocurrió durante estos años de democracia, vergonzante sería si nos instaláramos en él.
El señor PRESIDENTE: A esta proposición no de ley se ha presentado una enmienda por el Grupo Parlamentario Socialista. Para su defensa, tiene la palabra la diputada señora Batet.
La señora BATET LAMAÑA: Dado el tema que nos ocupa, debo empezar abordando algún aspecto importante para el grupo al que represento. Una vez más debo decir que el Grupo Socialista ha querido dar el protagonismo que se merece al tema de la recuperación de la memoria histórica y que durante mucho tiempo se le ha negado, quizás justificadamente por la inmediatez de los acontecimientos; en algunos casos está pendiente de abordar.
Memoria histórica sí, pero no para contribuir a la división, ni al enfrentamiento, ni a la tensión. La finalidad de estas iniciativas no puede ser abrir viejas heridas, sino todo lo contrario; tendría que tener como objetivo cerrarlas, con el reconocimiento y la reparación del honor a las víctimas. Es indudable que hay que recuperar la memoria de los que fueron represaliados, víctimas del fascismo, y que luego cayeron en el olvido; tienen por tanto una doble vertiente de víctima debido al silencio. El horror del Holocausto, o mejor dicho, si queremos hablar con más propiedad, de la Shoá, debe seguir presente como la vergüenza de Europa, eso sí que creo que debe ser importante. Europa sucumbió al auge de los totalitarismos y de los nacionalismos, y para que no vuelva a ocurrir está claro que mantenerlo en la memoria es imprescindible. Los valores que han impregnado Europa, como la solidaridad, la tolerancia, la libertad, la igualdad o la democracia, hacen imprescindible que la conciencia de la ciudadanía se viva intensamente. No podemos olvidar que la xenofobia o el racismo nacen del hecho de no haber cortado de raíz y con contundencia comportamientos sociales de exclusión sutil, o grosera en muchos casos, de minorías religiosas o raciales, o incluso ideológicas, que se han ido estableciendo en el seno de nuestras sociedades. La indignación cívica frente a estas conductas y el deseo de erradicarlas de la res pública hace que se tenga que profundizar en los sentimientos que nos aproximan a aquellos que sufrieron estas formas de violencia. Pero de nuevo quiero decir, y eso me parece importante reiterarlo, que no es en todo caso para remover odios. Además, es curioso constatar que perdonan más los que han sufrido que los que se sienten herederos de este dolor, parece que el dolor indirecto se tiene que radicalizar más para ganar fuerza y legitimidad. Siempre es más generoso el que sufre en propia piel; sobre eso tendríamos que reflexionar. Nunca es fácil remover el pasado -creo que a veces puede ser necesario para recuperar esta memoria histórica de la que hablaba-, pero tenemos la obligación y la responsabilidad, especialmente los que nos encontramos aquí, de hacerlo de forma consensuada, en ningún caso para abrir más abismos.
Hay algo que sí que quiero apuntar sobre la propuesta que nos trae hoy Esquerra Republicana de Catalunya. En ningún caso podríamos aceptar la responsabilidad desde el Estado democrático español actual, es algo que se ha reiterado en distintas discusiones en esta sede parlamentaria, incluso en esta legislatura, pero quiero destacar de nuevo los tres elementos esenciales que me parece que justifican por qué el Estado actual democrático no podría en ningún caso asumir esa responsabilidad. En primer lugar, el Estado democrático no puede asumir responsabilidades, porque no tiene nada que ver con el Estado franquista ilegítimo, producto de una guerra civil. No quiero recurrir aquí de nuevo a hablar de Largo Caballero o de tantos otros socialistas anónimos que sufrieron las consecuencias de los nacionalismos totalitarios, porque no creo que sea necesaria esa personalización con respecto a mi grupo parlamentario. En segundo lugar, Estado lo son todas las instituciones, no solo el Gobierno de España, sino este Congreso, las comunidades autónomas, tanto Gobierno como parlamentos autonómicos, ayuntamientos, diputaciones provinciales, etcétera. Y en tercer lugar, la democracia española ha asumido el reconocimiento de los daños que se ocasionaron a las víctimas de la Shoá. No creo que haya ningún grupo parlamentario o ninguna persona que participe de la vida pública actual en España que niegue la atrocidad que supuso, para la historia del continente, la Shoá. Es cierto que los países más directamente implicados han legislado sobre el tema. Austria fue el primero, destinando indemnizaciones a todos aquellos que hubieran estado en campos de concentración. Alemania también constituyó, mediante una ley del año 2000, la Fundación memoria, responsabilidad y futuro, regulando también indemnizaciones para todos aquellos que no hubieran recibido prestaciones con cargo al fondo de reconciliación austriaco. Y finalmente Francia también decidió, en el año 1997, crear una comisión, que se instituyó oficialmente en el año 1999, y aprobó el decreto 2001/246, que regula las indemnizaciones, conjuntamente con Estados Unidos, dejando muy claro que percibirán estas indemnizaciones aquellos que no hayan percibido ninguna otra indemnización por parte de Austria o de Alemania. En esta línea, el Gobierno español crea por Real Decreto 1891/2004, de 10 de septiembre, la Comisión interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la guerra civil y del franquismo, comisión que se constituye el 18 de octubre del 2004. Esta comisión tiene atribuidas, entre otras, las funciones siguientes, en primer lugar, realizar un estudio de carácter general de los derechos reconocidos a las víctimas de la guerra civil y a los perseguidos y represaliados por el régimen franquista; en segundo lugar, elaborar un informe sobre el estado de la cuestión; y, en tercer lugar, elaborar, para posterior elevación al Gobierno, un anteproyecto de ley en el que se regulen las medidas necesarias para un adecuado reconocimiento y satisfacción moral a las víctimas.
Todo ello ha implicado numerosos trabajos. Primero, la petición de informes y documentación a todos los órganos directivos de la Administración General del Estado con competencias en la materia, así como a las comunidades autónomas y a la Federación de Municipios y Provincias, por tanto, teniendo en cuenta los tres niveles de organización territorial que tenemos en
España. Segundo, han celebrado múltiples reuniones, tanto de carácter interno como con asociaciones y organizaciones representativas de los colectivos afectados. Y por último, realizó también un análisis exhaustivo, lo está haciendo, de los planteamientos formulados por las asociaciones, así como por numerosos particulares. Hay que tener en cuenta que se han recibido más de 600 escritos, acompañados de libros, ensayos de carácter historiográfico y documentales, que han requerido seriedad y rigor en el estudio. La comisión interministerial se ha fijado como objetivo prioritario entregar este informe el 30 de junio.
Esta proposición no de ley, presentada por Esquerra Republicana, a nuestro modo de ver, entra claramente dentro del proceso de recuperación histórica que el propio Gobierno inició con la creación de esta comisión. Además, en la elaboración del diagnóstico de la situación, la comisión ha estudiado la realidad de las víctimas de la Shoá, y ha recibido asimismo las aportaciones de la asociación Amical de Mathausen, así como de otras asociaciones que también han estudiado la situación de los españoles en los campos de concentración. Mi grupo es consciente de que estamos frente a un tema que escapa del ámbito jurídico estrictamente, más bien estamos en el ámbito de la equidad y de la justicia, y la aplicación pura de las reglas del derecho no permitirían satisfacer, evidentemente, las demandas de reconocimiento, rehabilitación o indemnización; además, las acciones judiciales estarían prescritas. Por tanto, somos conscientes de que estamos en un caso donde el humanismo debe ser el protagonista, y que hemos de pensar principalmente que estamos frente a historias de familias marcadas por la tragedia.
A modo de conclusión quiero decir que el Grupo Socialista sitúa el contenido de esta proposición no de ley dentro del marco de revisión de la memoria histórica, como he dicho reiteradamente en esta exposición, y por ello presentamos una enmienda de sustitución. El texto alternativo, si me lo permite la Mesa, lo leería en voz alta, para que el resto de grupos parlamentarios lo pudieran conocer con exactitud. Dice así: En el contexto de los actos conmemorativos del final de la II Guerra Mundial y la liberación de los campos de concentración nazi, el Congreso de los Diputados abordará, en el marco del informe presentado por la Comisión interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la guerra civil y del franquismo, las medidas para establecer una adecuado reconocimiento y lograr la rehabilitación moral, jurídica y, en su caso, económica de las víctimas de la Shoá. Esto es todo.
El señor PRESIDENTE: Ahora intervendrán los grupos que quieran tomar posición sobre el asunto. Yo les rogaría que fueran breves. Por el Grupo Mixto no hay nadie; por Coalición Canaria, tampoco. Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, el señor Llamazares tiene la palabra.
El señor LLAMAZARES TRIGO: Anuncio que mi grupo parlamentario respalda este tipo de iniciativas, también la propuesta que ha hecho, me imagino que de transacción, el Grupo Parlamentario Socialista, en el bien entendido de que nuestro grupo parlamentario no pretende una revisión de la memoria histórica (difícilmente se puede producir esa revisión), tampoco una revisión de la historia. Nosotros lo que pretendemos es una reparación y una recuperación de la memoria histórica. Porque lo cierto es que, sea por un mecanismo psicológico o sea por un mecanismo político, se ha confundido el perdón con el olvido, y hay una parte de la memoria que alguien lo aduce en torno al impacto que tienen las catástrofes y las tragedias en la memoria de los pueblos, pero hay una parte de la memoria que ha quedado olvidada. Se trata de recuperar esa parte de la memoria para que sea más completa, y se trata también de aportar esa recuperación de la memoria a una mejor visión de la historia, en nuestra opinión, de una historia dolorosa y difícil. En nuestra opinión, este tipo de iniciativas no pretenden abrir ninguna herida, sino que pretenden cerrar las heridas que todavía están abiertas y que afectan a ciudadanos españoles, ciudadanos españoles, que, hay que recordar, eran avalados por la legitimidad democrática, y por tanto en torno a ellos no se puede establecer una equidistancia entre unos y otros. En nuestra opinión, unos eran los legítimos desde el punto de vista democrático, y otros no lo eran en absoluto.
Mi grupo parlamentario discrepa con respecto a la responsabilidad del Estado con relación a estos acontecimientos. Creemos que el Estado español, la representación legítima de los ciudadanos, no es responsable de estos hechos, y por tanto nada tiene que reconocer; pero sí creemos que entraríamos en una aparente paradoja si dijésemos que el Estado no tiene responsabilidad, pero al mismo tiempo ese mismo Estado mantiene las condenas a ciudadanos demócratas por el mero hecho de luchar por la libertad y por la democracia. Creemos que eso es una contradicción en sus términos y por tanto, si bien es verdad que el Estado democrático no tiene responsabilidad, no tiene por qué asumir esa responsabilidad, también es cierto que el Estado democrático debe sanar esas condenas injustas de los tribunales de orden público y de otros tribunales que condenaron a los demócratas por realizar lo que puede denominarse la lucha por la libertad, o por participar en la lucha por la libertad.
Por esas razones, nuestro grupo parlamentario, como en otras ocasiones, va a respaldar a la comisión de la memoria, va a respaldar este tipo de iniciativas, y lo que intentará es que aspectos que son polémicos, como es la responsabilidad del Estado, no entren en este tipo de iniciativas, para que no tengamos que pronunciarnos de manera crítica.
El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco, el señor Aitor Esteban.
El señor ESTEBAN BRAVO: Brevísimamente, como ha solicitado el señor presidente. Nos parece oportuna la iniciativa de Esquerra, creemos que es importante la divulgación de aquellos hechos. Son hechos poco conocidos relativamente entre el público en general, pero lo cierto es que la dictadura de Franco dio un apoyo logístico, económico, político, a las potencias del eje, y que miles y miles de ciudadanos españoles opuestos al régimen de Franco sufrieron el Holocausto en los campos de exterminio. Nos parece que efectivamente hay que observar esa historia y hay que hacerla accesible a la gente, para que esa memoria no se pierda. Y no entendemos tampoco, lo manifestamos en alguna otra iniciativa que hablaba de responsabilidades políticas del Estado español, ese argumento de negar que tenga que responder el actual Estado por los hechos cometidos durante la dictadura franquista; en concreto no entendemos esa oposición a este punto número 1 de la propuesta de Esquerra. Y digo que no lo entendemos porque, que yo sepa, y creo que se nos ha repetido hasta la saciedad, aquí no hubo ruptura, aquí hubo reforma, hay una sucesión de regímenes, hay un continuo jurídico, y por lo tanto hay una sucesión del Estado. De hecho, recordemos que el actual jefe del Estado juró los principios del Movimiento en su momento. Ya sabemos que son regímenes distintos, que esto es una democracia, que hubo una dictadura, pero lo cierto es que el paso de un Estado a otro se produce jurídicamente de manera continua y no existe una ruptura. Por lo tanto entendemos que perfectamente se podría hablar de que el actual Estado podría proceder a las reparaciones correspondientes.
Nosotros apoyaremos la propuesta de Esquerra y si Esquerra considera oportuno aceptar la enmienda presentada por el Grupo Socialista, también lo haremos. Pero, en cualquier caso, estamos de acuerdo con el texto presentado inicialmente.
El señor PRESIDENTE: Señor Campuzano, del Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i Unió.
El señor CAMPUZANO I CANADÉS: También con brevedad. Mi grupo apoyará esta iniciativa de Esquerra Republicana y en el caso de que se acepte la enmienda del Grupo Socialista, también lo haríamos. Nos parece oportuno que en este 60 aniversario del fin de la II Guerra Mundial esta Cámara, en el marco de la necesidad de recuperar esa memoria histórica no cultivada durante estos años, incorpore también las consecuencias que tuvo para ciudadanos del Estado español la Shoá, como recordaba la señora Batet, en esa expresión mucho más adecuada. Desastres como el que supuso el Holocausto, los campos de exterminio nazi, necesitan ser recordados. La indiferencia es la peor actitud con que la ciudadanía hoy puede enfrentarse a esa realidad. Y en una sociedad como la española, que ha vivido con un punto de distancia, incluso si me lo permiten, con un punto de relativismo, todo lo que supuso la Shoá para el conjunto de los europeos, es más necesario que nunca que en esa recuperación de la memoria histórica incorporemos este tipo de planteamientos. A mí, escuchando a algunos de los portavoces, me venía a la memoria el libro de Montserrat Roig Los catalanes en los campos nazis, que fue seguramente de las pocas aportaciones que a lo largo de estos años se han hecho expresamente sobre lo vivido por ciudadanos del Estado español durante la época nazi. También me vienen a la memoria otras publicaciones.
Esta iniciativa, con la enmienda que ha presentado el Grupo Socialista, merece el apoyo unánime de todos los grupos de la Cámara, y yo espero que sea así. España tuvo el proceso de transición de la dictadura a la democracia que tuvo; en términos globales ese proceso de transición ha sido un éxito, y precisamente eso nos permite sin ningún tipo de complejos, sin ningún tipo de reparos, apoyar hoy esta iniciativa de Esquerra Republicana con la enmienda del Grupo Socialista.
El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra don Joaquín Calomarde.
El señor CALOMARDE GRAMAGE: Yo quisiera ajustarme a la brevedad que el presidente ha recomendado, por lo tanto trataré de hacer mi exposición de la manera más rápida posible.
Nosotros no vamos a apoyar la propuesta de Esquerra Republicana, pese a parecernos una intervención correcta y medida la que ha hecho la diputada socialista. Queremos señalar las siguientes consideraciones, señor presidente. En primer lugar, no hace falta -creo yo- indicar la condena sin paliativos por parte del Grupo Parlamentario Popular del Holocausto, del totalitarismo nacionalsocialista, y también la condena sin paliativos del totalitarismo soviético, encarnado históricamente de modo singular por la figura de Stalin. Ahora bien, el Estado democrático español actual no participó en la II Guerra Mundial, la participación del anterior Estado en la misma es una cuestión histórica abierta que los historiadores deben o no dilucidar en su momento, pero lo que sí es seguro, señoras y señores diputados, es lo que hemos vivido los españoles. Me va a permitir el señor presidente unos minutos, que le ruego, para hablar precisamente de la reconciliación nacional, a la que hace referencia la propuesta del señor Tardá, entendiéndola como no cerrada.
Señoras y señores diputados, la reconciliación nacional, entendida como la superación del trauma de la guerra civil y de las dos Españas, fue defendida en este país a lo largo de los años cincuenta y sesenta, por ejemplo, por el Partido Comunista de España, asumiendo en su momento las tesis de su secretario general, don Santiago Carrillo. Fue apoyada por el conjunto de las fuerzas políticas de oposición al régimen de Franco durante la transición política, tal como puede atestiguarse en documentos alrededor de la extinta Junta Democrática, en la que algunos participamos, pese a
nuestra juventud, como es mi caso, en la ya lejana Facultad de Filosofía de Valencia del año 1974, de la mano de quien fue mi maestro, y sobre todo mi amigo, asesinado por ETA en 1992, el ex senador don Manuel Broseta Pont. Fue apoyada, señores diputados, dicha reconciliación por la derecha democrática de la transición española y los círculos monárquicos a lo largo del franquismo, todos ellos agrupados en torno a la figura histórica de don Juan de Borbón. Fue apoyada por los grupos democristianos durante los años sesenta -recuérdese Munich- y setenta, hasta la culminación del proceso constituyente. Fue apoyada por la entonces Alianza Popular, de don Manuel Fraga Iribarne, en la Comisión Constitucional del Congreso. Fue apoyada por la extinta Unión del Centro Democrático del ex presidente Adolfo Suárez, que lamentable y tristemente hoy vive horas y momentos trágicos. Fue apoyada por el Partido Socialista Obrero Español, de Felipe González y Alfonso Guerra. Fue apoyada por el nacionalismo democrático, muy especialmente por Convergència i Unió, en el proceso del debate, consenso y aprobación del texto constitucional. Fue apoyada por el conjunto de todas las fuerzas políticas españolas en el consenso histórico que supuso la real reconciliación de los españoles con la realidad de la Constitución de la concordia, la Constitución de 1978, que, señorías, fue la primera en nuestra desastrosa historia constitucional que puede ser llamada, creo que con verdad, de todos los españoles, de todos ellos, instaurando en ella para España un régimen democrático cuya forma de Estado es la monarquía parlamentaria, que de forma indiscutible contribuyó, en la figura de S.M. el Rey don Juan Carlos de Borbón, a consolidar la libertad y la democracia en España, como se puso de relieve en esta misma casa, en este mismo Parlamento, en este mismo Congreso de los Diputados, la aciaga noche del 23-F del año 1981, último día, permítanme ustedes la licencia literaria, del siglo XIX en España.
Todo eso, señorías, a mi juicio y al de mi grupo, supone la conciliación y la reconciliación entre los españoles, más todavía, entre las dos históricas Españas, aquellas, permítame, señor presidente, la licencia, en este caso literaria, de españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón, que cantara con tanto acierto, brillantez y tristeza don Antonio Machado. El corazón constitucional, señorías, es hoy el del conjunto de los españoles, y la condición de permanencia histórica, a mi juicio, de su real reconciliación nacional. No sigamos hurgando, señorías, señor presidente, en el pasado histórico desde el partidismo político; asumamos la plenitud constitucional de España y colaboremos desde la moderación, la cordura y el sentido común a la perpetuación de nuestras libertades y de nuestra plural y democrática convivencia constitucional. Esa es la posición de mi grupo.
El señor PRESIDENTE: A los solos efectos de que el diputado proponente, el señor Tardá, nos diga si acepta la enmienda que se ha sido presentada, tiene la palabra.
El señor TARDÁ I COMA: Muy brevemente. La aceptamos, la celebramos y aceptamos lo que dice, solo lo que dice.
El señor PRESIDENTE: Por tanto, esta enmienda se votará, con el conjunto de las otras proposiciones, a partir de las once y media. Hemos terminado el debate de esta proposición no de ley y retomamos el orden del día previo.(...)El señor PRESIDENTE: Vamos a proceder a las votaciones de las proposiciones no de ley que hemos debatido anteriormente. Lo haremos en el orden en el que las hemos debatido. En primer lugar, el punto que figuraba como cuarto y que ha sido el primero en el debate, la proposición no de ley relativa a la responsabilidad del Estado español en el holocausto. Hay una enmienda de sustitución del Grupo Socialista que ha sido aceptada por el grupo proponente, así que lo que votamos es la enmienda de sustitución.
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 20; en contra, 14.
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