La derrota de la 'mano dura'. LA DECISIÓN DE FRANCO
IÑAKI ELLAKURÍA - 23/08/2005 - La Vanguardia
EE.UU. calificó el juicio de Burgos como "la crisis más importante de España tras la Guerra Civil". Desde el primer momento la Casa Blanca siguió muy de cerca el desarrollo de los acontecimientos e intercedió para que Franco conmutara las penas de muerte.
En un informe de la Oficina de Inteligencia e Investigación, con fecha del 31 de diciembre de 1970, se analizaba la estrategia del régimen en su gestión del conflicto. Consideraban que Franco "permitió que la prensa cubriera libremente los juicios mostrando hasta qué punto se había suavizado desde el final de los años cuarenta, aunque esto atrajo la máxima atención hacia los juicios tanto dentro como fuera de España".
La Casa Blanca valoró positivamente la decisión de Franco de que las penas de muerte no fueran ejecutadas, pero en el informe aquí analizado se alertó sobre que "el curso futuro de España puede que se haya visto afectado seriamente", y exponían que durante el tiempo que duró el conflicto el régimen franquista se dividió entre los partidarios del perdón (la "mano blanda") y los favorables a la pena de muerte (la "mano dura").
Para la inteligencia norteamericana la ejecución de alguno o de todos los condenados "habría supuesto una victoria principal de los partidarios de la mano dura (principalmente de los reaccionarios falangistas y militares) sobre las fuerzas que favorecen una evolución continuada hacia un sistema más libre y en el que se creen vínculos más próximos entre España y el resto de los países de Europa Occidental".
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