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Isabel fue Carmen en la RDA. Amil encarna el compromiso por la libertad de muchas mujeres españolas durante el franquismo
Europa Sur - 12 de marzo de 2005

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militante. Isabel Amil, ayer en EUROPA SUR


Compromiso. La veterana militante comunista cordobesa Isabel Amil fue la estrella invitada del acto organizado ayer en el edificio La Escuela por el Partido Comunista de Andalucía. Amil encarna el compromiso por la libertad de muchas mujeres españolas durante el franquismo

DE A. F. CABALLERO

Isabel Amil fue Carmen Suárez en la República Democrática Alemana (RDA) en 1966. Aquella joven comunista cordobesa cruzó el telón de acero bajo una identidad falsa con el propósito de estudiar teoría marxista. "Teníamos un camarada que se encargaba de falsificar los pasaportes", explica.

A Amil todavía se le iluminan los ojos cuando recuerda aquel breve tiempo en el otro lado, en aquel paraíso socialista que apenas un par de décadas más tarde se acabaría desmoronando. "Era una maravilla. Conocimos cooperativas, fábricas, escuelas. Recuerdo que visitamos un viejo campo de concentración acompañados por una antiguo preso que nos iba explicando lo que veíamos. Fue emocionante".

Un viaje de estudios de esta naturaleza no encarnaba, precisamente, la idea que el régimen franquista tenía de la formación universitaria. Este prejuicio le costó caro a Amil y a la veintena de jóvenes que viajaron junto a ella a la RDA. "Nos acabaron cogiendo porque al final resultó que uno de los que viajó con nosotros era un policía infiltrado. A raíz de aquello, cayeron detenidos muchos camaradas en Córdoba".

Amil fue condenada a 4 años, 2 meses y un día por el Tribunal de Orden Público, pena de la que acabaría cumpliendo 3 años. La joven comunista ya había permanecido retenida años antes durante 7 meses en la cárcel de Córdoba en régimen de presa preventiva, una experiencia que compartió con su propio padre. "Toda mi familia era comunista. Mi abuelo estuvo en la cárcel. Recuerdo que cuando vino a visitarme me dijo que venía a devolverme la visita. Yo, de recién nacida, había estado de visita en la cárcel donde él había sido ingresado".

La prisión no acalló a Amil, quien secundó una huelga de hambre de 16 días en la cárcel de Alcalá de Henares en protesta por el trato vejatorio que las presas recibían de las funcionarias.

El asesinato del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, sorprendió a la joven cordobesa entre las paredes de la prisión. "Me pasó una cosa muy curiosa. El día que murió a mí me trasladaban a un centro que apenas distaba 28 kilómetros de la cárcel de Alcalá de Henares, donde yo estaba. Salimos a las diez de la mañana y no llegamos hasta las ocho y media de la tarde. No recuerdo nada de aquel viaje. Por entonces se decía que estaban sacando presos políticos de la cárcel para lincharlos".

A pesar de los años transcurridos, Amil mantiene viva la rebeldía que ya en los 70 convirtió a ella y a su marido en la primera pareja que se casaba por lo civil en Córdoba desde la II República. Isabel dedica ahora este entusiasmo a sus responsabilidades en el Partido Comunista de Andalucía y la asociación Foro por la Memoria, entidad que ha auspiciado la búsqueda de los cadáveres de los republicanos fusilados en Córdoba. "Hemos encontrado 22 cadáveres ya identificados, pero no hay ayuda para hacer pruebas de ADN al resto", lamenta con amargura, para censurar a continuación la falta de apoyo institucional a la tarea de recuperar la memoria de quienes sacrificaron su vida por la democracia. E Isabel se queja con los ojos vivísimo de Carmen en Alemania.