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Los obreros que soñaron con estudiar- Una exposición sobre la enseñanza en la guerra civil muestra 22 fotos inéditas del Instituto Obrero
Levante - 16/10/2005



FORMACIÓN. ESCOLARES VALENCIANOS DEL IOV


Rafel Montaner, Valencia

«La República pretende que la Cultura llegue a todos los lugares. Antes cuando entrábamos en un pueblo el edificio más importante era la iglesia, ahora será la escuela», con esta frase resumía Eugenio García Lomas, profesor de Francés y tercer director del Instituto Obrero de Valencia (IOV), la revolución educativa que pretendió llevar a cabo el Gobierno de Manuel Azaña y que tuvo en este centro educativo del Cap i casal una de sus principales puntas de lanza.

Recuperar la memoria histórica de este Instituto y de los 356 jóvenes trabajadores y trabajadoras mayores de 15 años que entre 1937 y 1938 se formaron en sus aulas con el sueño de llegar a la Universidad es el objetivo de la exposición Educar en Guerra 1936-1939 que se puede visitar en la Sala Oberta de la sede de la Universitat de València hasta el próximo 30 de noviembre.

Esta muestra, que reúne 22 fotografías inéditas que el fotógrafo alemán Walter Reuter hizo en 1937 a aquellos jóvenes estudiantes para un cartel del Ministerio de Instrucción elaborado por el diseñador y tipógrafo polaco Mauricio Amster, una película de seis minutos casi desconocida sobre el IOV y abundante material didáctico que guardan los cerca de 40 alumnos vivos que quedan de aquella utopía educativa, es fruto de tres años de investigación de la historiadora valenciana Cristina Escrivá. «Los Institutos Obreros estaban pensados para una total transformación de la sociedad, ya que promovían una educación igualitaria, y pretendían crear una élite obrera de personas formadas y útiles par la reconstrucción democrática de España después de la Guerra Civil», subraya Escrivá, quien encontró las fotos de Reuter rebuscando en los archivos sin catalogar de la Biblioteca Nacional. El IOV de Valencia ocupaba el antiguo colegio de Jesuitas, en la actual Gran vía Fernando el Católico, y entre carteles de Viva Zapata y la masa obrera y campesina sus alumnos recibían una educación intensiva que se prolongaba más allá del horario escolar ya que vivían en régimen de internado con los profesores, con los que pasaban todo el día. La transformación de Valencia en capital de la República y en ciudad refugio para los intelectuales que huían del cerco de Madrid hizo que por sus aulas pasaran los mejores profesores del país, como el filólogo Samuel Gili Gaya, miembro de la Real Academia de la Lengua, o el catedrático de Ciencias Naturales de la Universidad Central de Madrid, Enrique Rioja Lo Bianco, o artistas como Rafael Perez Contel. Escolares como Manuel Zamorano, un joven tallista de 16 años que soñaba con ser ingeniero «para hacer puentes, túneles, presas, grandes edificios...» disfrutaron también de lecciones magistrales del premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente, o de los poetas Manuel Machado y León Felipe.

Hoy Zamorano tiene 85 años y, al igual que el resto de alumnos del IOV, la derrota de la República acabó con su ilusión de llegar a la Universidad. Un sueño roto que, sin embargo, ahora ha visto cumplido con la exposición de la Universitat . «Ahora si que hemos entrado en la Universidad», dice casi llorando.