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«Querida mamá: En Rusia comemos pan blanco»
El Correo Digital - 2 agosto 2005

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El Archivo de Salamanca guarda miles de cartas de los 'niños de la guerra', interceptadas por Franco, que sus familiares podrían reclamar si se aprueba la devolución de los documentos de Cataluña

Cuando embarcaban no sabían si volverían a ver a sus padres. No obstante, la esperanza era también para ellos su único tesoro. Los 'niños de la guerra' mandaron miles de cartas a un hogar que nunca volverían a ver. Nadie les contestó. Las autoridades franquistas se encargaron de interceptarlas, a pesar de que su contenido solía ser del tenor de ésta: «Querida mamá: En Rusia tenemos un río, nos llevan a nadar y comemos muy bien, pan abundante y blanco».

El Archivo de la Guerra Civil, con sede en Salamanca, guarda los papeles de esos niños prematuramente exiliados como consecuencia de la contienda civil que asoló España entre 1936 y 1939. La antigua Unión Soviética acogió a 30.000, a los que suman los que fueron a Francia, Bélgica, Reino Unido o México.

Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, considera «incomprensible» que esas cartas fueran incautadas porque su contenido es de «absoluta inocencia», y opina que los servicios secretos de Franco se quedaron con ellas no tanto por la información que pudieran extraer como por «la tortura psicológica» que suponía para los padres no saber nada de sus hijos.

En una de ellas, una niña le cuenta a su madre la llegada a Rusia y le dice que fue «muy asombrosa; nos recibieron con banderas republicanas y también tocaron música. A la mañana siguiente nos llevaron a Leningrado y durante el trayecto vimos la estatua del gran comunista Lenin rodeado de grandes jardines».

Garantías

Misivas en las que abundan las faltas de ortografía y en las que un niño mete en el sobre «unas migas de pan blanco» para que sus padres vean cómo es; otro les cuenta que está aprendiendo ruso y que tienen «muchos maestros y buenos».

«Estamos muy bien en Rusia porque es un país del proletariado. Vamos a la ópera, que es la segunda de Europa y la tercera del mundo», afirma un chaval en esas cartas que Rogelio Blanco ha leído «durante un fin de semana» y que, asegura, le han «emocionado».

«El Estado, durante muchos años, se convirtió en retenedor de algo que no atentaba contra la seguridad ni ponía en peligro la unidad de España. Se han retenido sentimientos y emociones», afirma el director general.

Las cartas de los 'niños de la guerra' podrían ser reclamadas por sus familiares si finalmente se aprueba el proyecto de ley (actualmente en tramitación parlamentaria) que contempla la devolución a la Generalitat de Cataluña de los documentos que le fueron incautados en la Guerra. Esa ley abre la puerta a que los particulares puedan reclamar, a través de las comunidades autónomas, aquello que les pertenezca.

Rogelio Blanco deja claro que si alguien reclama documentos del Archivo de Salamanca, antes «tendrán que acreditar ser propietarios, que no será fácil, y dar garantías de conservación o disponibilidad. No obstante, de todo quedará copia digitalizada en el Archivo».

Por otro lado, Blanco informa de que el ministerio de Cultura ha rescatado ya, mediante copias, una parte destacada de los diez millones de documentos que hay en archivos rusos relacionados con diferentes épocas de la historia de España. Entre ellos, textos literarios, fotografías y cartas de escritores como RafaelAlberti, Antonio Machado, Raúl J. Sénder y José Bergamín, entre otros.