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El último guerrillero de Ibias. Un centenar de personas homenajean a Policarpo Rivera, único superviviente de la brigada de 'maquis' del Suroccidente
elcomerciodigital.com - 2 de octubre de 2005



RECONOCIMIENTO. Policarpo, en el centro, junto a Valledor y la alcaldesa de Ibias. / AZCÁRATE


JOSÉ MARÍA AZCÁRATE/FONDOS DE VILLA (IBIAS)
La vida de Policarpo Rivera bien puede ser la trama de un libro. En 79 capítulos, uno por cado año que tiene, este vecino de Ibias puede explicar como su existencia ha estado dedicada a la lucha por la libertad. Por eso, una vez acabada la guerra civil no dudó en huir hacia los montes ibienses para defender sus ideas. Hoy puede presumir de ser el último guerrillero del Suroccidente.

Ayer, en Fondos de Villa, en pleno corazón de las montañas ibienses que tanto recorrió, un centenar de personas se reunieron para rendirle un sencillo y cálido homenaje porque «dejó los mejor de su vida en defensa de la República constitucional y el régimen de libertades».

Cuando estalló la guerra civil, Policarpo era un adolescente. Fruto del ímpetu propio de su juventud y de unas ideas políticas claras, se alistó en el ejército republicano. Cuando acaba la contienda, comenzó otra no menos cruel: «Las represalias». Por ello, aquel joven ibiense se vio obligado a huir hacia el monte junto a unos compañeros de armas.

Aquellos guerrilleros era muy escurridizos. La Guardia Civil no lograba apresarlos y, por ello, optó por utilizar un arma más convincente: amenazar a sus familias. «No me quedó más remedio que entregarme», dice Policarpo.

A partir de ahí, su vida se convirtió en un via crucis. «Me condenaron a muerte, que se debería cumplir la víspera del día del Carmen». Pero la sentencia no se cumplió. Por circunstancias de la vida que ni él mismo alcanza a explicarse, «me soltaron». Pero su libertad fue sólo un espejismo. En los años cuarenta le volvieron a encarcelar. Fue entonces cuando comienza un periplo de 17 años en los que visitó los penales del Hueso, Aranda del Duero, Oviedo, Gijón, Avilés y Teruel.

«Un calvario»

«Fue un auténtico calvario, al que se sumaba la sentencia a muerte», recuerda Policarpo. Vivir con la incertidumbre de que podía ser el último día, fue lo más dramático de esos años de encierro. «Sin embargo, tuve suerte», dice emocionado cuando recuerda el trágico final de sus compañeros de guerrilla: «Salustiano, Segundo, Marcelino, Pepe, Francisco, Amador, Pedro, Florentino y José Ramón, muchos de ellos abatidos en el monte».

Policarpo es el único superviviente de aquellos 'maquis' y hace extensible a su compañeros el homenaje que ayer recibió: «Lo merecen más que yo». También se lo dedica a su esposa, Rosario, «que estuvo siempre a mi lado».

El homenaje estaba organizado por la asamblea de IU de Cangas del Narcea, Ibias y Degaña, pero el reconocimiento a Policarpo superó las barreras partidistas. Al acto acudieron el consejero de Justicia, Francisco Javier García Valledor; la diputada de la coalición Noemí Martín; el alcalde de Degaña, Jaime Gareth, y la de Ibias, la socialista Nélida Barrero.

Valledor recordó que «aunque tarde, éste es un homenaje merecido que nos sirve para recuperar la memoria histórica de estos hombres que dieron su vida por la defensa de la libertad».