I Jornada del Foro para recuperación de la Memoria Histórica de El Puerto de Santa María
14 de octubre de 2005. Edificio San Luis de Gonzaga. El Puerto de Santa María
I JORNADAS PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA 14 de octubre de 2005. Edificio San Luis de Gonzaga. El Puerto de Santa María. Las Jornadas para la Recuperación de la Memoria Histórica, celebradas el pasado viernes 14 de octubre en el antiguo colegio de Jesuitas de El Puerto, se abrieron a las 19:00 horas. Consistieron en sendas conferencias, a cargo de los historiadores e investigadores Alicia Domínguez y el Jesús Núñez. El aforo, con 144 butacas, rozó el lleno. El público, mayoritariamente integrado por gente mayor, contó también con la presencia de jóvenes. No se puede olvidar lo que nunca se recordó La presentación corrió a cargo de D. Rafael Gómez Ojeda, quien explicó que el propósito del “Foro para la Memoria Histórica de El Puerto" era recuperar y honrar la memoria de todas esas personas del bando republicano que, a raíz del golpe de estado de 1936, murieron por defender sus ideales. “El objetivo de este Foro -explicó Gómez Ojeda- es limpiar la historia de tantas mentiras y verdades a medias", con el fin de que todas las personas podamos vivir fraternalmente y en dignidad, a la vez que propiciar la recuperación de unos valores bastante olvidados. “A los integrantes del Foro -matizó el introductor-, no nos animan sentimientos de rencor ni de venganza. Prueba de ello es que no daremos nombres las personas que intervinieron en los asesinatos y en la represión, por respeto a sus hijos y familias, que no son responsables en modo alguno. No se puede olvidar lo que nunca se recordó". Alicia Domínguez: quienes más sufrieron la victoria franquista fueron y son los huérfanos y las viudas de republicanos. La primera conferencia corrió a cargo de la Historiadora Alicia Domínguez. La ponente comenzó lamentándose de que no fuese frecuente encontrar mucha gente en este tipo de actos, lo cual es un serio obstáculo para la difusión objetiva de los hechos. Explicó que los que más sufrieron la victoria franquista fueron y son los huérfanos y viudas que arrastraron el estigma de ser hijos y mujeres de “rojos". “Los datos de la represión en Cádiz son escalofriantes- dijo-, y especialmente en San Fernando". Se han contabilizado1300 asesinatos en el tiempo que duró la guerra fratricida. Llamó la atención sobre el hecho de que Cádiz fue zona nacional desde el principio del conflicto. Por ello, resulta injustificable ese “terror contrarrevolucionario. La represión en la Bahía tuvo una finalidad más preventiva que punitiva". A ello hay que añadir un “proceso de depuración", dirigido a simpatizantes republicanos. De hecho, la población fichada para tal fin ascendió a más de dos mil individuos. Igualmente, la “Ley de Responsabilidad Política" sirvió para encausar a más de tres mil personas, entre las que se encontraban muchas cuyo único delito fue el ser simpatizantes del Frente Popular o afiliados a un sindicato o partido político. Lo más canallesco de todo esto es que fueron procesados, precisó Domínguez, “con efectos retroactivos". El trato dispensado a las hijas e hijos de los represaliados fue horrible. Por si fuera poco, las ideas de sus padres y lo que les sucedió fue tabú durante más de cuarenta años, salpicando incluso esta ley del silencio a los nietos y nietas. Comentó la Historiadora que cuando todo esto se cuenta a la gente joven, su reacción es la incredulidad. En colegios e internados, aparte de alimentar a los huérfanos, se les sometía a una “reeducación moral". Del 42 al 46, las viudas tuvieron que registrarse para solicitar la correspondiente ayuda del Estado. Para tal fin habían de presentar una declaración jurada acerca de la situación en que falleció el marido. Sin embargo, muchas mujeres no podían ni tan siquiera cursar la solicitud porque no disponían de dinero para solicitar la fe de vida. Jesús Núñez: “En los actuales libros de texto no viene nada de todo esto". Para Jesús Núñez, “la Historia es una ciencia. Hechos como éstos tan sólo deberían recogerse en los libros de Historia". Le preocupa, como ser humano, la radicalización existente sobre este tema en ciertos sectores sociales. “Como botón de muestra -alegó- puede servir el acto de homenaje a 100 personas asesinadas en esa época, celebrado recientemente en el Cementerio de Puerto Real. En los muros alguien pintó: “1936: sin complejos. ¡Arriba España!". Observó cómo en la sala había personas a las que se les saltaban las lágrimas. “Y es que muchos ni tan siquiera saben dónde están sus padres o abuelos. No hace falta que nos vayamos a Chile o Argentina para que nos hablen de desaparecidos". Sentenció: “mientras no se localicen los desaparecidos y se les dé una sepultura digna, es muy difícil que se cierren las heridas". Tras esta introducción, su conferencia se centró en la figura de Francisco Cossi Ochoa (1898 - 1936), un alcalde portuense de izquierdas que destacó por su labor social. En la época que le tocó vivir, ni los alcaldes ni los concejales recibían sueldo alguno. Por consiguiente, o eran personas adineradas o eran idealistas como Cossi. Al año de ocupar el cargo le sobrevino la ruina económica y el agotamiento físico. Abandonó el cargo, aunque volvió a ser concejal y alcalde por poco tiempo debido a la tempestuosa situación política imperante en España durante esa época. Tras las elecciones del 36, en las que resultó vencedor el Frente Popular, Cossi pasó a ser representante de El Puerto y Sanlúcar en la Diputación. A Cossi la sublevación le sorprendió en su despacho de Diputación. Tuvo oportunidad de escaparse, pero al ser un tipo consecuente, decide permanecer junto al Gobernador Civil. Cossi, es encarcelado y acusado paradójicamente, como tantos otros, de “rebelión contra la República". Los fusilamientos de autoridades republicanas (entre ellos Cossi) no tardan en llegar. Sólo las personalidades más relevantes son sometidas al Tribunal Militar. El cadáver de Cossi, al igual que el de muchos, no ha sido encontrado. Juan L. Martínez M-C
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