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Una obra desvela las claves de la Catalunya franquista. El ensayo, dirigido por Solé Sabaté, cuenta con aportaciones de 100 expertos
El Periódico - 13/07/2005



El Barça saluda con la mano levantada en el campo de Les Corts antes de comenzar un encuentro. Foto: DANNY CAMINAL


CLARA DE COMINGES
BARCELONA

Con rigor y sin tabús. Así describió ayer el trabajo realizado en El franquisme a Catalunya (1939-1977) (Edicions 62) el director de la obra, el historiador Josep Maria Solé Sabaté. Después del éxito del compendio La guerra civil a Catalunya, Solé Sabaté, con la colaboración del también historiador Joan Vilarroya, ha asumido el reto ahora de exponer el periodo franquista en Catalunya no sólo en su aspecto político sino desde el punto de vista social y cultural. La dictadura totalitària (1939-1945) es el primero de los cuatro volúmenes que componen la obra en la que han colaborado más de 100 expertos. Los tres títulos siguientes se publicarán cada cuatro meses hasta junio del 2006.
Solé Sabaté cree que "el historiador no ha de ser fiscal de la historia". Por ello, en esta enciclopedia han querido dar una visión global de la época en la que se tratan también aspectos de la vida cotidiana como las costumbres y el deporte que sirvieron de refugio a muchos. El director de la obra explicó que "normalmente, lo que se explica es el antifranquismo", y reivindicó que, a pesar de todas las desgracias que provocó la dictadura, "el país evolucionó económicamente". Solé Sabaté aseguró que los historiadores han hecho su trabajo pero que "es a la sociedad catalana a la que no le gusta su propia historia". Y no dudó en recordar que "hubo catalanes que ganaron la guerra y se beneficiaron mucho" de esa victoria.
El clero fue uno de los sectores oficiales que rompió muy pronto con el franquismo, entre 1945 y 1950. "Los curas vivían de cerca la miseria del pueblo y pronto se alejaron del nacionalcatolicismo, pero --matizó-- la alta jerarquía eclesiástica se mantuvo fiel al régimen".
La obra, basada en la investigación y en tesis doctorales que han aportado nuevos datos, explica la historia de Catalunya durante el franquismo más allá de la capitalidad de Barcelona. El historiador recalcó que "hemos estudiado todo el territorio del país: desde las zonas rurales hasta la costa". Y añadió que no habían querido omitir ninguna información sobre ese periodo. "Hemos querido dar una lección de cómo hacer bien las cosas", aseguró. Y puso como ejemplo la fotografía de la portada del primer volúmen de la obra en la que miles de personas, congregadas ante el Palau de Montjuïc, saludan con la mano alzada."No hemos escondido nada", sentenció.
Profusamente ilustrada con imágenes de la época --muchas de ellas procedentes del fondo fotográfico del Arxiu Nacional de Catalunya--, El franquisme a Catalunya ha contado con la colaboración de más de un centenar de expertos entre los que destaca el historiador británico Paul Preston. "Hemos querido situar a Catalunya dentro de España y del mundo", explicó Solé Sabaté.
Destacó además la labor de los colaboradores más jóvenes de los que dijo que "no tienen apriorismos --al no haber vivido, la mayoría de ellos, la época que investigaban-- por lo que aportan un aire nuevo y fresco a la obra". El director del ensayo histórico quiso mostrar el nuevo talante con el que los jóvenes historiadores se han enfrentado a las investigaciones. "Mientras que antes nos interrogábamos por el porqué de las cosas, ahora la nueva generación se pregunta por el qué", declaró respecto a las dificultades en rescatar los hechos acaecidos durante la dictadura.
"El franquismo está condenado por la historia", dictaminó Solé Sabaté, consciente de que forma parte de una tradición que anteponía la interpretación a la investigación. Por esta razón Solé Sabaté quiso realizar esta obra que, según apunto el director editorial de la misma, Ernest Folch, no se había hecho nunca antes. Así, el historiador apuntó: "Estaría bien que se crease polémica", pero, añadió,"los hechos son los que son; nos guste o no".