El Gobierno realizará un 'lavado de cara' al Valle de los Caídos
El Periódico de Catalunya - 27/03/2005
 Entrada de la basílica del Valle de los Caídos, ayer. Foto: AGUSTÍN CATALÁN
El Ejecutivo pacta con ICV que la abadía deje de ser un símbolo franquista
XABIER BARRENA BARCELONA
Tras la supresión de estatuas ecuestres de Franco, el Valle de los Caídos. El Gobierno ha tomado la decisión de reconvertir el faraónico mausoleo del dictador, y lugar de peregrinación de los nostálgicos de la dictadura, en un recordatorio de los horrores de la represión. Así se lo transmitió el Ejecutivo a ICV en el transcurso de unos encuentros secretos mantenidos hace poco más de un mes para abordar la cuestión. La fórmula ideada por el equipo de Zapatero pasa por la presentación a las Cortes de un proyecto de ley antes de que finalice el actual periodo de sesiones. En los contactos entre Gobierno e ICV, confirmados por ambas partes, se acordó incluir las reiteradas peticiones de reforma del monumento hechas por Iniciativa, la última en noviembre del 2004 en el Senado, en las conclusiones que elaborará la comisión para la reparación de las víctimas del franquismo que preside la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Las conclusiones de la comisión formarán el cuerpo de la propuesta de ley que tendrá que votar, y previsiblemente aprobará, el Congreso. Además de ICV, el PNV y ERC han pedido también cambios en el Valle de los Caídos. La comisión de De la Vega tiene un doble cometido: evaluar la situación de las víctimas del franquismo y redactar un proyecto de ley que sirva para eliminar toda simbología franquista que quede aún en España. Todavía no está decidido al 100% como se plasmará en la práctica el cambio de orientación del monumento. ICV señala que la intención es presentar, mediante paneles explicativos o, incluso, una exposición permanente, toda la información recabada sobre los trabajos forzados realizados por los presos republicanos para la construcción de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, en la peña de Cuelgamuros, cerca de El Escorial (Madrid). Trabajos que llevaron a la muerte a no pocos represaliados.
CAMBIOS EN LA WEB La renovación no se limitará tan sólo al interior del recinto. Así, la web de Patrimonio Nacional (www.patrimonionacional.es) también sufrirá modificaciones, según fuentes del Ejecutivo. La presentación que aún hoy se hace del conjunto es de lo más aséptica. Así, se presenta como un "monumento rodeado de un gran bosque de pinos", "levantado en los años siguientes a la contienda de 1936, según proyecto de Pedro Muguruza y Diego Méndez, fue decorado con monumentales esculturas obra de Juan de Ávalos". El texto también señala, como única referencia, que "en la roca está excavada la gran basílica sepulcral, donde están enterrados caídos de los dos bandos de la guerra civil". De momento, y pese alguna petición en ese sentido, como las efectuadas por ICV o el PNV, no se prevé el traslado de los restos ni de Francisco Franco ni de José Antonio Primo de Rivera, allí sepultados. Según el Gobierno, "en ningún momento" se ha planteado la cuestión.
Un delirio pagado con sangre
El complejo se levantó con el trabajo forzoso de 20.000 peones, muchos de ellos presos republicanos
X. B. BARCELONA
La megalomanía, es decir, los delirios de grandeza, son tan inherentes a los dictadores como los muertos que cargan sobre sus espaldas. No hay ningún otro monumento en el mundo occidental que una ambas vertientes como el Valle de los Caídos, un gigantesco complejo excavado en la peña de Cuelgamuros, cerca de El Escorial (Madrid), en cuya construcción murieron muchos de los 20.000 peones (en su mayoría presos republicanos) allí destinados a trabajos forzosos. Una cruz de 150 metros de altura (como la Torre Mapfre de Barcelona) sobre la peña, de otros 150 metros, preside el complejo, que entre otros usos, es un monumental osario donde reposan más de 40.000 muertos de los dos bandos de la guerra civil que Franco, entre otros, provocó. Las cifras, sin embargo, parecen estar lejos del 50%. Según datos de Patrimonio Nacional de 1983, 35.000 de los fallecidos son del bando nacional. El primero de abril de 1940, en el primer aniversario del fin de la guerra civil, se promulgó un decreto para levantar "el templo grandioso de nuestros muertos, en que por los siglos se ruegue por los que cayeron en el camino de Dios y de la Patria". El manido discurso, frecuentemente utilizado por la propaganda franquista, de que el complejo era un símbolo de reconciliación nacional, se viene abajo, por tanto, ya desde el principio. Aún más, en el discurso de inauguración del complejo, Franco señaló la necesidad de invocar "la protección divina" para "nuestros caídos en la Cruzada", una guerra que permitió a España "encontrarse con ella misma". Las obras duraron 18 años, hasta su inauguración en 1959. También un primero de abril, obviamente. El coste económico se cifra en mil millones de pesetas de la época, en plena penuria de la posguerra. El costo mayor, sin embargo, se produjo en vidas humanas. Varias decenas de prisioneros republicanos murieron bien en la misma obra, bien a consecuencia de la silicosis contraída en la cantera. En los años 40, cuando las sentencias de muerte se firmaban por millares, no fueron pocos los encarcelados que pidieron ir al "campo de concentración", como lo calificó Nicolás Sanchez Albornoz, uno de los represaliados. Para su selección, el constructor Juan Banús acudía al penal de Ocaña para examinar la boca y los bíceps de los candidatos.
Fosas comunes A partir de 1958, y hasta 1981, fueron llegando los restos de los muertos de la guerra. El primero en llegar fueron los del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, fusilado el 20 de noviembre de 1936 por los republicanos. Los cuerpos del bando republicano procedían, en muchos casos, de fosas comunes donde se enterraron a los paseados (fusilados) en las primeras semanas de la sublevación, en aquellos territorios que quedaron en manos de los franquistas, en una práctica homóloga a la realizada en la zona republicana. Muchos de sus familiares no sólo ignoran en qué fosa yacieron sino que desconocen que se encuentran a escasos metros del ataúd de Franco.
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