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El cuento de la Memoria Histórica
Victor Guerra - 13/07/2005

Hace unos años me topé con la muestra viva de una buena parte de la memoria histórica  asturiana en el exilio, la cual  representaba José Artime Fernández.  Era un oriundo de Verdicio,(Luanco-Asturias) y  un anónimo militante socialista y ugetista, curtido en mil batallas y posicionamientos. Activo defensor de los ideales republicanos,  y último superviviente asturiano en el  campo nazi  Dachau, y ante  todo era un valor moral entre la comunidad  de exiliados de Toulouse.

 

El día 30 de julio, entregamos sus restos, como era su deseo, al bravío Mar Cantábrico en las tierras gozoniegas, en los acantilados de la  Playa de Moniello. Nos reunimos para ello un variado grupo de no más de cincuenta personas. Los allí presentes representaban  a la propia familia del fallecido,  con su viuda Cathy Artime ,  al frente de un reducido núcleo de sobrinos de aquí: Luanco, y de allá: Toulouse.

 

También estaban en el acto, presentes y activos,  los representantes del PSOE de Gozón, y algunos militantes de dicha agrupación,  y como no,  Luis Pascual en representación del Ateneo Obrero de Gijón, o los  miembros de Izquierda Republicana, más  algún viejo militante de aquellos tiempos del exilio y la clandestinidad  con responsabilidades políticas y parlamentarias que acudió puntual al llamamiento;   y por supuesto estaban los francmasones de la Logia Rosario  de Acuña, encargados estos últimos de organizar el acto, pues los restos y su mandil como reconocido francmasón del Gran Oriente de Francia, fueron entregados en Toulouse en medio de una Tenida Fúnebre durante el Congreso Regional que se celebró en junio de este año en aquella localidad y tenían el encargo de cumplido el deseo del “Hermano Dantón “ que ese era su simbólico en masonería.

 

El trabajo para conseguir que este luchador socialista tuviera  una Medalla de Plata del Principado de Asturias, o la posibilidad de que fuera nombrarlo “Venerable Ad Vitam” de la logia Rosario de Acuña, o por el contrario llevar a cabo  el poder filmarlo en una larga entrevista con él en su casa de Toulouse en la que relatase su larga trayectoria vital, se vieron truncados con su pase al Oriente Eterno.

 

Por tanto,  ya no quedaba nada más que rendirle un sincero y póstumo homenaje entregando al mar sus cenizas, y  él quiso que fuese en su tierra natal, y que  la entidad  organizadora, fuera el taller masónico Rosario de Acuña. Así se  hizo  y  se lanzó desde este mismo medio, La Nueva España, la noticia, invitando a ello a sumarse a cuantas organizaciones y personas tuvieran a bien. Amén de que se cursaron, casi un centenar, de invitaciones a distintas organizaciones y personalidades de las más diversas  tendencias y adscripciones.

 

 En un tiempo en  que tanto  se habla y se habló no hace mucho de los campos de exterminio nazi, y  de la Memoria Histórica, y aún están patentes en la retina  imágenes y referencias de aquellos que  han corrido a colocar  coronas y versos por  España y   Europa.  Pero la memoria es frágil y  hoy muchas de esas significativas organizaciones y personalidades que tanto alardeaban de avalar testimonios,   han sido las grandes ausentes en un emotivo acto celebrado en Luanco que no buscaba banderías ni partidismos, ni acciones sectarias.

 

Se quiso  testimoniar el quehacer de un hombre que vivió la tragedia española, y la europea, que militó, durante años y años, en organizaciones socialistas y ugetistas, a las cuales    ayudó  en lo físico y en lo económico,  cuanto le fue posible. Un hombre que siempre tuvo presente de desde su rectitud y moralidad su compromiso social y político, y salvo por la carta del Presidente del Principado, y la llamada personal de la Sra. Presidenta del Parlamento de Asturias, que disculparon su asistencia, nadie más tuvo el detalle de presentar sus excusas o sus adherencias, ni la UGT de fiesta en Cangas de Onís, ni la Casa Grande Socialista  FSA  (Federación Socialista Asturiana) que debían andar  perdidos en sus vacaciones estivales.

 

Lo  cual no deja de ser paradójico cuando se ven correr a tantos y tantos en pos de cementerios, altares y tribunas para llenarse la boca con el argumento de ser los adalides de la recuperación de  Memoria Histórica y de los valores republicanos, y ante el resultado de lo acontecido,   y en memoria  del propio  José Artime, un día habrá que escribir sobre esas significadas ausencias, o la espalda que algunos presentaron a la invitación cursada desde la Asociación Rosario de Acuña, que no tuvo ni una simple nota de adhesión desde la distancia,  a excepción  ACER (Les Amis de Combattants en Espagne Republicaine)

 

Por tanto habrá que apuntar también sobre los posibles prejuicios que aún padece la izquierda asturiana más preocupada por los convites y saraos políticos o darse el abrazo de Vergara con el clero, (foto del Consejero de Justicia de IU y el Obispo Osoro) que rendir un justo homenaje a los suyos, y de cuya actitud resulta  que para algunos la Memoria Histórica parece ser un  cuento para encandilar votos y vacías adhesiones.

 

Víctor Guerra García.
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