Excavaciones

Informe histórico de la excavación de Otero de Herreros
LOS INICIOS DE LA GUERRA CIVIL EN LA PROVINCIA DE SEGOVIA
Santiago Vega, historiador, febrero 2004


En la primavera de 1936 se agudizaron las rivalidades en Segovia en la misma medida que en el resto de España, pero aquí no llegó a producirse ningún atentado con tintes políticos. Tan sólo algunos incidentes sin importancia alteraron la plácida vida de provincias. Ya iniciada la contienda, tampoco se dieron casos de violencia durante el breve tiempo en que las organizaciones obreras y republicanas dominaron sus localidades por la ausencia de la Guardia Civil. En fin, nada que pudiera hacer "necesario" un castigo ejemplar a los cabecillas de las acciones de resistencia al nuevo poder militar, como más adelante se produciría.

La sublevación de la guarnición militar de la plaza de Segovia se produjo la mañana del 19 de julio de 1936, doce horas después de adherirse al golpe de estado Valladolid que era la capital de la VII región militar a la que pertenecía Segovia. El control de la capital y de la provincia no supuso para los sublevados demasiado esfuerzo, ni material, ni humano. Tan sólo hubo un tiroteo en los alrededores del caserío de Prados, en el que murieron cuatro obreros y un militar, y la toma de la Central de Teléfonos de San Rafael por los guardias civiles, que se saldó con la ejecución de tres milicianos. A los pueblos llegaban escuadras de falangistas para destituir a las gestoras frentepopulistas, imponer de nuevo a las autoridades conservadoras y consumar la correspondiente limpieza de adversarios políticos.

Desde los primeros días de guerra se produjeron ejecuciones sumarias protagonizadas por escuadras de falangistas con el beneplácito, cuando no la orden expresa, de las autoridades sublevadas, comandante de la Guardia Civil Joaquín España, gobernador civil desde la mañana del 19 de julio. En la zona de la sierra y especialmente en la carretera de Segovia a Madrid, donde se sitúa Otero de Herreros, tenemos una de las zonas más castigadas por la represión franquista.

La tarde del 3 de agosto llegó una escuadra de falangistas a Otero para llevarse en su camioneta a los vecinos más destacados en la Casa del Pueblo de la localidad, que había tenido gran actividad política y reivindicativa durante la última primavera:

Pedro Sebastián Vela; 27 años, jornalero, soltero, natural y vecino de Otero. Según el informe de la Guardia Civil "pertenecía a extrema izquierda, afiliado al Partido Comunista, y presidente de la Casa del Pueblo".

Pedro Aparicio Bravo; 36 años, casado, ferroviario de la Compañía del Norte, (según testigos trabajaba en Villalba).

Abel de Pablos Andrés; 27 años, jornalero, casado, natural de Otero y vecino de Segovia. Fue detenido al salir del trabajo de la fábrica de cerámica de la localidad.

Julián Martín Pascual; 23 años, nacido en El Escorial, vecino de Otero, soltero. Era de la junta de la Casa del Pueblo.

Miguel Durán Prieto; 29 años, natural de Zarzuela del Monte, vecino de Otero, jornalero, casado con la hermana de Julián. Afiliado a la Casa del Pueblo.

Camino de Segovia en el paraje denominado Cepones (del término municipal de La Losa, a unos 500 metros de la carretera de Madrid, en su km. 12) hicieron bajar a los detenidos y los ejecutaron. Más tarde serían "regados con gasolina y prendidos fuego ese mismo día sin avisar a la familia ni llegar enterrar", según cuentan algunos testigos. Días después obligaron al juez municipal de La Losa, de edad avanzada, a enterrarlos, en el lugar de su ejecución.