INTRODUCCION A LA ANTROPOLOGIA FORENSE
ANALISIS E IDENTIFICACION DE RESTOS OSEOS HUMANOS

JOSE VICENTE RODRIGUEZ CUENCA, Ph.D.
Departamento de Antropología
Universidad Nacional de Colombia
Santafé de Bogotá, 1994
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2. Utilización del DNA en un asunto forense

Recientemente las pruebas citogenéticas han revolucinado la paleontología tradicional al posibilitar la extracción de DNA de tejidos antiguos, incluyendo especímenes de varios centenares de años (Hagelberg & Clegg, 1991). Pääbo y colaboradores han recupe-rado secuencias de DNA nuclear de la piel de una antigua monmia egipcia y DNA mitocondrial de un cerebro humano de 7 000 años de antigüedad, analizados mediante el PCR (polymerase chain reac-tion).

Gracias a la estabilidad del DNA mitocondrial (heredado solamente de la madre, tiene una tasa de mutación estable) se han podido reconstruir líneas maternas hasta llegar a la llamada Eva mitocondrial (Newsweek, January 1988).

Uno de los casos forenses más interesantes se presentó en el Reino Unido a finales de la decada del 80. En 1981 la quinceañera Karen Price fue asesinada violentamente y enterrada en el patio de una casa de Cardiff. Ocho años más tarde su cuerpo fue descu-bierto dando inicio a una exhaustiva investigación en la que tomaron parte varios especialistas de distintas disciplinas. El anatomista dental David Whittaker diagnosticó una edad entre 14-17 años, aunque más cercana a los 15 y medio años por el estado de erupción dental. El antropólogo Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres estimó que pertenecía al sexo femeni-no, de patrón racial caucasoide-mediterráneo (Karen era de ascendencia galesa, grecochipriota, española y estadounidense), deducción obtenida al comparar cerca de 2 500 cráneos de la colección del Museo. El entomólogo forense Zakaria Erzinclioglu de la Universidad de Cambridge analizó los insectos ubicados en el cuerpo estipulando un tiempo de inhumación de por lo menos cinco años. Anteriormente el ilustrador médico Richard Neave de la Universidad de Manchester había recibido el cráneo de la víctima, del cual obtuvo una réplica de yeso. A partir de éste elaboró una reconstrucción facial que la policía utilizó para fotografiar y publicar la información de la víctima, a través de volantes. Dos trabajadores sociales reconocieron la foto. Poste-riormente Peter Vanezis, jefe forense del Cahring Cross and Westminster Medical School de Londres practicó la superposición cráneo-foto en imágenes de video, evidenciando un alto parecido. También se obtuvo la carta dental cuya comparación con la del cuerpo confirmó su identidad. Alan Charlton, presunto asesino fue inmediatamente detenido.

El paso final y más espectacular en este proceso de identi-ficación del cuerpo, se manifestó en el estudio genético realiza-do por Erika Hagelberg, bioquímica de la Universidad de Oxford, y el profesor de la Universidad de Leicester, Alec Jeffreys, quienes extrajeron DNA de un diente del cuerpo de la occisa y lo compararon con el obtenido de los padres de Karen. El profesor Jeffreys concluyó que existía un 99,99% de probabilidad de que el cuerpo correspondiera a Karen Price.

Aquí por primera vez se utilizaban tres pruebas citogenéti-cas:
1. La prueba del PCR (Polymerase Chain Reaction).
2. El uso de segmentos cortos de DNA para obtener la huella genética.
3. La extracción y análisis de DNA antiguo, obtenido de restos óseos.

De esta manera, Alan Charlton fue condenado a cadena perpe-tua por el asesinato de Karen Price (The Independent on Sunday, 7th april 1991:50; Selecciones de Rider Digest, diciembre de 1992).

Como se puede colegir del caso anterior, la prueba genética si bien posee un carácter concluyente por la magnitud de las estadísticas que maneja, representa un paso más en la larga cadena de estudios interdisciplinarios que se inicia con los criminalísticos, entomólogos, personal médico forense, antropólo-go forense o morfólogo (ilustrador médico) y desemboca en pruebas de laboratorio bastante refinadas y costosas. Finalmente, el acopio de información por parte de los investigadores, la búsque-da de los padres, familiares y amistades de la víctima y la localización de los victimarios conducen a la
solución positiva de un caso forense.

 

 

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[José Vicente Rodríguez Cuenca][portada SEIAAL]