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‘La muerte de García Caparrós en la transición política’
De Rosa Burgos   
(La Librería de Cazarabet, 18-08-2009)


Se puede adquirir al precio de 21 euros a través de La Librería de El Sueño Igualitario

libreria@cazarabet.com

Tlfs.978 849970-686 110069

200 páginas

 

La investigación de Burgos cierra interrogantes y abre la puerta a la inclusión de Caparrós como una víctima de la Transición. Lea AQUÍ la introducción del libro

 

Un libro, ‘La muerte de García Caparrós en la transición política’, editado por EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, y un artículo, ‘Hoy ha muerto García Caparrós’, ambos escritos por la autora Rosa Burgos, han rehabilitado la figura del sindicalista malagueño como una víctima de la Transición, caída en la defensa de los derechos y las libertades. Hoy, cuando se cumplen 30 años de aquel 4 de diciembre de 1977 en el que Andalucía se echó en la calle reivindicando su Autonomía, el Instituto de Estudios Portuarios acoge una mesa redonda que recordará aquel trágico episodio de la historia malagueña. En el acto intervendrán el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (diputado de UCD en el momento del asesinato), el secretario provincial de CCOO, Antonio Herrera, Manuel Ruiz, Rafael Ballesteros y la propia Rosa Burgos.

 

LA cita organizadapor el sindicato Comisiones Obreras comenzará a las 17 horas en el Instituto de Estudios Portuarios, situado en el Puerto de Málaga. Los asistentes tendrán oportunidad de recordar de boca de algunos de sus protagonistas cómo transcurrió aquella jornada del 4 de diciembre de 1977, una fecha marcada en la memoria de los malagueños. La que iba ser una masiva fiesta ciudadana en verde y blanco degeneró en una jornada sangrienta a la que siguieron tres días de barricadas, golpes, carreras y detenciones. Un joven delegado de Comisiones Obreras, Manuel José García Caparrós, cayó asesinado aquel día a causa de un disparo. Ni la investigación parlamentaria, ni la judicial ni la disciplinaria esclarecieron los hechos ni señalaron al asesino. Un crimen impune y rodeado de misterio que ha visto, 30 años después, como un libro –‘La muerte de García Caparrós en la transición política’- respondía a muchos de sus interrogantes con datos inéditos del sumario judicial que se creía extraviado.

 

SU autora, Rosa Burgos, es la responsable también del artículo ‘Hoy ha muerto García Caparros’ (publicado en diario Sur y que reproducimos al final de estas líneas). Un texto que ha provocado la reacción, tanto de PSOE como de IU, para incluir una enmienda a la Ley de Acompañamiento de las Presupuestos Generales del Estado para 2008, de forma tal que el plazo para recibir las ayudas económicas de la Ley de la Memoria Histórica se amplíe hasta el 15 de diciembre de 1977. Esta variación de fechas posibilitaría que tanto los familiares de García Caparrós como los del estudiante canario Javier Fernández Quesada tuvieran acceso a los 135.000 euros de indemnización.

 

‘LA muerte de García Caparrós en la transición política’ inaugura la colección Libros de EL OBSERVADOR. Es una obra que pone punto final a 30 años de especulaciones y rumores, que reconstruye los hechos verazmente y aclara lo que entonces ocurrió situándonos en elmismo lugar de los hechos. Un relato objetivo que atiende las fuentes y reproduce como un espejo los movimientos precisos del 4 de diciembre de 1977 en Málaga. Y se destapa el velo: la bala que mató a Caparrós era de la policía y el informe balístico que así lo prueba se ocultó; el lugar donde hoy existe una placa en su nombre no fue donde murió; Caparrós no fue pagado por nadie, llevaba la paga del mes en sus bolsillos; la extrema derecha actuó en connivencia con el Gobierno Civil y se encargó de reventar el clima festivo de la manifestación; las investigaciones que entonces se hicieron fueron desastrosas e improductivas, se obvió el testimonio de personajes clave… “Hubo un pacto de silencio ordenado por las esferas del gobierno de la UCD para que la muerte de García Caparrós no afectara a la policía. Quizás por el momento político que se vivía, por los atentados constantes de ETA y por el miedo a volver de nuevo al franquismo”, sostiene Rosa Burgos.

 

LA obra ha tenido una excelente acogida y sigue estando a la venta por 21 euros en las principales librerías de Málaga, (Proteo, Luces, Corte Inglés, entre otras), y ha sido objeto de numerosas presentaciones y debates desde su publicación en mayo de este año.

 

PUEDE leer AQUÍ la introducción completa del libro ‘La muerte de García Caparrós en la transición política’

 

POR su interés, reproducimos a continuación el artículo ‘HOY HA MUERTO GARCÍA CAPARRÓS,’ de Rosa Burgos.

 

“GARCÍA Caparrós no murió el 4 de diciembre de 1977 en el curso de una manifestación por la Autonomía de Andalucía. De aprobarse la llamada Ley sobre la Memoria Histórica, tal y como consta en el Proyecto de Ley, será entonces cuando de verdad muera.

 

HASTA entonces observemos un instante su vida actual e imaginemos tres posibilidades de existencia, de conformidad con las circunstancias sociales y personales que en él albergaban. Una. Es de noche y unos coches policiales se aproximan a su barriada pues hay una orden de entrada y registro en su domicilio y debe cumplirse. Aún hay gente por las calles y niños jugando en la plaza a la que da el callejón donde se encuentra el domicilio que se va a registrar. Otros coches camuflados esperan la consigna en una bocacalle próxima. Cerca de éstos pasan algunas personas muy deprisa sin percatarse de su presencia imbuidos en un mundo que es su única obsesión y horizonte: la droga. Por lo demás en el barrio se respira el trasiego de cualquier otro día. Una vez recibida todos ellos enfilan velozmente hacia el destino y los policías se dirigen a la casa con una mano siempre apoyada en la pistola realizándose la entrada en escasos minutos. El barrio entero se pone en alerta, y la gente se arremolina en las ventanas y en las puertas de las casas ante el ruido estrepitoso de las roturas de las puertas. El titular de la vivienda está solo y no le ha dado tiempo a deshacerse de los recortes de plástico donde envuelve la droga ni de las papelinas ya preparadas para el consumo o la venta. Mira sin asombro como si esto lo esperara desde hace tiempo o como si antes lo hubiera vivido; posiblemente sea debido a ambas cosas. Desde que dejó el trabajo esporádico que tenía, hace muchos años, en cervezas Victoria su vida fue de mal en peor, nunca consiguió un empleo fijo y el mundo de la droga fue lo más accesible. No dice nada sobre la cascada de preguntas que le van haciendo; sólo contesta afirmativamente cuando se le pregunta si su nombre es Manuel José García Caparrós. Dos. Un hombre de cincuenta años atiende afanado y empapado de sudor la barra de un bar. Es el momento en que los demás han dejado de trabajar y se reúnen a tomar unas tapas o a cenar, y es cuando él más trabajo ha de atender. Su mujer, desde la cocina, va sacando los platos preparados y los deja en la barra para que él o alguno de sus hijos los sirvan en las mesas o en la barra. La mayoría de los clientes lo llaman por su nombre para pedirle una cerveza o un vino o le sacan conversación sobre algún tema, normalmente de pesca, pero él casi no tiene tiempo de responder a las bromas o a las conversaciones que le inician. Sus hijos lo tratan con cariño y respeto y a él se le nota, a la par que preocupado, orgulloso de ellos. Toda la familia vive en la calle La Unión desde siempre y allí es donde tiene el bar. Lejos han quedado sus empleos eventuales y, hoy, no quiere ni recordar la cantidad de trabajos por los que ha ido pasando hasta montar un negocio de su propiedad. Tres. Acaba de llegar de Sevilla donde toda la semana ha estado de reuniones y de negociaciones. La vida del político es muy ajetreada, afirma. Su trayectoria política la inició siendo delegado sindical en Cervezas Victoria en 1977 y desde entonces, de una u otra forma, siempre ha estado en la política. Actualmente es parlamentario andaluz aunque por poco tiempo pues piensa presentarse a la Alcaldía de Málaga. Cualquier vida hubiera sido posible y eso nunca lo sabremos, sin embargo, sí hay varias certezas absolutas: que a él lo mataron en el curso de una manifestación por la Autonomía de Andalucía el 4 de diciembre de 1977 y ninguna de esas posibles existencias, ni ninguna otra, las ha vivido.

 

UNO de los objetivos de la Ley de la Memoria Histórica es el de compensar a quienes fallecieron durante la Transición en defensa y reivindicación de las libertades y derechos democráticos pero, no todas las víctimas de ese periodo histórico van a ser iguales en el Proyecto de Ley de la Memoria Histórica pues en el artículo diez se regula el reconocimiento –y también la posibilidad de obtener una indemnización de 135.000 €- a favor de las personas fallecidas durante el tiempo comprendido entre el 1 de enero de 1968 y 6 de octubre de 1977. ¿Por qué esas dos fechas? La primera, porque es la de arranque de la Ley de Víctimas del Terrorismo; la segunda, impuesta por la Ley de Amnistía de 1978. De este modo quedarían incluidos en su ámbito, según estudios realizados, unas 40 personas, entre ellos los abogados laboralistas de Atocha, los sucesos de Montejurra o el caso de Vitoria. Sin embargo, ni Manuel José García Caparrós ni Javier Fernández Quesada quedarán incluidos a pesar de ser casos muy similares a algunos de los nombrados. Ninguno de ellos serán, legalmente, victimas de la Transición ¿Por qué? simple y llanamente porque los mataron pocos días después de la Ley de Amnistía. La fecha del punto final. Pero la fecha del punto final pudo haber sido otra más lógica: la de la entrada en vigor de la propia Constitución y así se recogía en las primeras proposiciones de ley y en algunas enmiendas. Es más, puede que, en ciertos aspectos, la Ley de Amnistía sea nula pues la obligación de reparar a las víctimas de la dictadura deriva del Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la o­nU de 1966 el cual fue ratificado por España en 1977 y entró en vigor el 27 de julio de ese mismo año. Es decir, la Ley de Amnistía la obvió y es un principio jurídico básico que un tratado internacional ratificado forma parte del derecho interno y debe ser respetado. Según palabras de López Garrido el consenso que ha logrado el PSOE con IU-ICV, PNV, CIU y BNG para lograr este Proyecto de Ley se ha basado “en el espíritu de la Transición” y es muy loable que así haya sido, sin embargo, de la Transición sólo se ha tenido en cuenta el espíritu y algunos hechos que en ella acontecieron pero no todos, sirva de ejemplo los casos de García Caparrós y Fernández Quesada. Entonces es que Andalucía y Canarias ¿aún siguen siendo diferentes?”



http://www.cazarabet.com/lalibreria/fichas34/caparros.htm