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TV-3 recupera la memoria de los españoles de Mauthausen. '30 minuts' descubre en 'El comboi dels 927' el drama de los deportados
El Periódico de Catalunya - 07/03/2004




JOAN BARRERA
BARCELONA

Perdieron la guerra civil española, fueron deportados por las autoridades francesas que les acogieron tras el conflicto y, finalmente, olvidados por su país de origen, España, cuando los nazis, con el silencio cómplice de las autoridades franquistas, les colocaron el triángulo azul de apátridas en el campo de exterminio de Mauthausen. La historia de este millar de personas emerge hoy, después de 63 años de silencio, en el documental El comboi dels 927, que emite el programa 30 minuts de TV-3.
El 24 de agosto de 1940, un tren con 927 refugiados españoles, muchos de ellos catalanes, salieron de la estación de Angulema (Francia) con un destino, para ellos, desconocido. Cuatro días más tarde, el convoy, después de atravesar Francia, Alemania y Austria se detuvo en los andenes de la población de Mauthausen. Allí, los varones mayores de 13 años --470 del total-- bajaron para ser internados en el campo de concentración. Los 457 restantes, mujeres y niños pequeños, comenzaron un recorrido de vuelta que, 18 días más tarde, les dejó abandonados en una zona de mercancías de la estación de Hendaya.
Dirigido por Montse Armengou y realizado por Ricard Belis, autores también de los reportajes Els nens perduts del franquisme y Les fosses del silenci, la producción aporta testimonios de aquel macabro viaje, junto con documentación procedente de una veintena de centros españoles, europeos y norteamericanos, que revelan cómo el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, se desentendió de ellos y en la práctica les condenó a muerte. Precisamente, la Fundación Serrano Suñer es la única que no ha accedido a abrir sus archivos a los autores del trabajo.
"De nuevo, los periodistas hacemos de bomberos de la memoria histórica", declara Armengou, mientras recuerda que aquel convoy fue el primer tren de deportados de la Europa occidental cargado con familias enteras con destino a un campo de exterminio nazi. Y como fondo de sus palabras, las de Pablo Escribano, uno de los testimonios: "España no ha hecho nada por sus hijos. No necesitamos monumentos en todos los sitios, pero sí un reconocimiento de nuestra lucha por la libertad. Y eso no se ha hecho todavía". De aquellas 470 personas que entraron en Mauthausen, sólo llegaron con vida al día de la liberación 73.

30 minuts. TV-3, 21.10