Una exposición reúne a la primera generación de artistas asturianas. Pretende servir de homenaje a las mujeres que trabajaron en el arte en la época del franquismo
La voz de Asturias - 23/03/2004

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Obra de Covadonga Romero.

La muestra exhibe más de 60 obras de diez creadoras nacidas antes de la Guerra Civil

BLANCA A. GUTIERREZ



Diez creadoras forman la primera generación de artistas asturianas del siglo XX y casi la primera en la historia. Todas están reunidas en la exposición Artistas asturianas I , organizada por la Consejería de Cultura e inaugurada ayer en la Sala Banco Herrero con la presencia de siete de las ocho autoras aún en activo, así como el presidente regional, Vicente Alvarez Areces, y representantes de la entidad financiera.

Comisariada por María Teresa Fernández, la exposición podrá contemplarse hasta el 19 de abril e incluye 41 cuadros, cinco esculturas y 19 piezas de cerámica. Se trata de la primera generación del siglo XX y casi la única, según la comisaria, salvo por la integrada por Concha Mori, Carolina del Castillo y María Galán, a mediados del siglo XIX.

La muestra pretende servir de homenaje y reivindicar la obra de estas artistas de prestigio que en muchos casos no han tenido la suficiente proyección en la región. María Teresa Fernández alude también a las difíciles circunstancias históricas que vivieron las creadoras tras la Guerra Civil, en el periodo franquista, que se traducen en el predominio de artistas autodidactas que representan distintas tendencias, desde el tardoimpresionismo, poscubismo o informalismo hasta el naif.

Blanca Meruéndano (1929). Sólo expuso en dos ocasiones pero pinta desde su niñez, generalmente obras con un cariz autobiográfico. Destaca entre los lienzos expuestos una marina de Celorio.

Marixa (1914-1995). Pertenecía a una familia de tradición artística y manejó distintas técnicas con soltura, el dibujo, el óleo, las tintas y el gouache. Estaba muy vinculada a Francia y es quizá una de las autoras que tuvo mayor proyección.

Maruja Moutas (1916). Una autora vanguardista, viajó a Italia y allí toma la luminosidad de Fay Angelico. En las obras de los años 60 olvida el dibujo y camina hacia la abstracción.

Pepa Osorio (1923). Una de las artistas en activo con más peso en el panorama asturiano. La comisaria destaca su conexión con el expresionismo europeo y de las obras de la muestra, la serie de tres obras de mineros.

Amparo Cores (1929). Nieta del pintor José Uría, estudió en París y su obra se orienta hacia el informalismo lírico, en palabras de la comisaria de la muestra. Destacan la abstracción en sus paisajes en los que predominan los tonos grises y oscuros del cielo asturiano.

Mercedes Gómez-Morán (1929). "Representa el poscubismo y compone como los clásicos en cuanto a la luz, tonos y sombras", afirma la comisaria. La crítica le achacaba que su pintura no parecía de una mujer.

Rosario (1929). Se formó en París y es un claro exponente de la pintura naif. Suele pintar directamente y en un cuadro suyo puede haber hasta setenta tonos de color.

Trinidad Fernández (1937). Creadora autodidacta que comienza a pintar con 13 años, se enmarca en el informalismo y despoja el espacio hasta la abstracción.

Berna (1927-2003). Hermana de Marixa también residió en Francia. Destaca su trabajo en cerámica, en la que crea figuras con colores vivos y recrea el mundo de Goya.

Covadonga Romero (1928). Escultora y viuda de Ruperto Caravia, nació y vivió en el seno de una familia de artistas. Mantiene en sus obras el carácter clasicista.