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Los desastres de la guerra, en versión siglo XX. El CCCB reúne 410 piezas en una muestra sobre los horrores bélicos
La Vanguardia - 18/05/2004



GERVASIO SÁNCHEZ. Una foto de la serie "Vidas minadas"




La exposición documenta desde los preparativos de la guerra hasta sus últimas consecuencias

OLGA SPIEGEL - 18/05/2004
Barcelona

Las guerras son una de las constantes de la violencia humana desde los tiempos más remotos. ¿Cómo se originan? ¿Cómo se viven en primera línea? ¿Cómo es la posguerra? Éstas y otras reflexiones sobre la experiencia bélica y sus efectos directos en los individuos y las comunidades son abordados en la exposición “En guerra", que presenta el CCCB. Se trata de un recorrido limitado temporalmente al siglo XX, tan pródigo en horrores.

Coproducida a partes iguales con el Fòrum 2004 – el presupuesto es de 971.000 euros– y enmarcada en el apartado “Las condiciones de la paz", ocupa dos plantas (2.400 m2) y reúne 410 piezas entre pinturas, dibujos, fotografía, cine, objetos, instalaciones y documentos, procedentes de instituciones y colecciones muy diversas. Otto Dix, George Grosz, Picasso, Oscar Kokoschka, Férnand Léger, Malevich, Miralda, Alfredo Jaar, Robert Capa, Henry Moore, Philip Guston, Gino Severini, Gervasio Sánchez y Jacke y Dino Chapman son algunos de los artistas, cuyas obras han sido seleccionadas por los comisarios, Antonio Monegal, Francesc Torres y José M.ª Ridao, para tejer ese relato de la irracionalidad.

“No es una mirada coyuntural ni circunstancial. La exposición estaba pensada antes de los acontecimientos de la guerra de Iraq. La guerra es una actividad cotidiana que mata a millones de personas, aunque sólo salga en los informativos y se tenga en cuenta cuando interviene Estados Unidos. África está llena de guerras; la de Congo, el genocidio de Ruanda y el de Sudán son algunas, aunque nadie se fija", dijo Josep Ramoneda, director del CCCB, quien añadió: “Aumenta el número de civiles muertos y disminuye el de los militares".

El relato de esas experiencias no sigue una secuencia cronológica, sino temática en torno a diferentes estadios de un conflicto. Antes de la declaración de hostilidades, las personas ya están familiarizadas con la guerra mediante la socialización de la violencia. Eso empieza ya en la infancia como ilustra una serie de juguetes bélicos, entre ellos “La entrada en Madrid" (1940), o un juego de puntería, “La reconquista de España", además de tanques y furgones militares o robots. Una serie de fotos de distintos autores muestra a niños jugando a la guerra en diferentes países, entre ellas la de Agustí Centelles –“Niños jugando a la guerra en Montjuïc" (1936) . Junto a ellas, obras de artistas actuales que denuncian la guerra; desde la serie “Trae la guerra a casa" de Marta Rosler hasta un banco de Miralda invadido por soldaditos, un ajedrez de Antoni Abad o un vídeo de Daniel Reeves.

La preparación de la guerra requiere su legitimación a través de la construcción del enemigo. Discursos de los líderes, propaganda y recordatorios de viejos agravios se ocupan de ello. Nos lo recuerdan el micrófono usado por Queipo de Llano hacia 1936 y el retrato que le hizo Ángel Jalón; octavillas, caricaturas; una reprodución del despacho de Hitler junto a un globo terráqueo que tenía en él con los territorios que debían anexionarse al III Reich; audios que recogen discursos de Goebbels, Franco, Castro y Bush, o un audiovisual del director indio Anand Patawardhan sobre la escalada nuclear India-Pakistán.

La experiencia de la guerra ocupa la parte central de la exposición, la más extensa. Un audiovisual recoge la despedida de los soldados y las movilizaciones y protestas civiles contra la guerra. Hay objetos de artesanía realizados por los soldados en espera del combate; altares, amuletos, un rosario de metralla y audiovisuales de Marilyn Monroe, Bob Hope y Marta Sánchez animando a las tropas respectivas, recuerdan la cotidianidad de la guerra que será plasmada también por artistas de vanguardia, que participaron en ella o por artistas militares desconocidos. Obras de Larionov, Malevich, Valotton, Otto Dix, Léger o Kokoschka, junto a un dibujo de Picasso, retrato de su amigo Apollinaire con la cabeza vendada. Al lado se muestra el casco que llevaba el poeta con el agujero que hizo la bala que lo hirió en la Primera Guerra Mundial.Fotos de Centelles (“Belchite") y de Robert Capa (guerra de España y de Indochina) y de otras muchas guerras de Hiroshima a Vietnam o Kosovo. La serie “Vidas minadas" de Gervasio Sánchez, y un sinfín de imágenes espeluznantes de muertos, heridos y prisioneros, sin olvidar a los refugiados ni la presencia de la guerra en las ciudades. Aquí se muestran los famosos dibujos de Henry Moore de los bombardeos de Londres; fotos de Simon Norfolk de las ruinas de Kabul, y dibujos de niños; del holocausto y de genocidios.

Varias primeras páginas de periódicos recuerdan el fin de diversas guerras. Además se muestran firmas y tratados de rendición como el comunicado del final de la guerra civil firmado por Franco el 1 de abril de 1939 o el bolígrafo de la firma de la rendición japonesa. Y también, entre otras obras, se muestra una instalación de Alfred Jaar, “Proyecto Ruanda", y otra, “Memorial", de Francesc Torres, un cementerio de campaña con los fusiles coronados de sombreros custodiados por la llama perenne, que hizo en 1992, con motivo del primer aniversario de la guerra del Golfo.