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Presentado en Toledo un libro sobre los trabajos forzados durante la represión franquista
Europa Press 30/10/2004


Hoy se presentó en la capital regional, dentro del II Encuentro Estatal del Grupo Memoria Histórica, el libro 'El canal de los presos 1940-1942. Trabajos forzados de la represión política a la explotación económica', que recrea la construcción del Canal del Bajo Guadalquivir, conocido como "Canal de los Presos", en cuya construcción trabajaron miles de presos políticos durante más de 20 años.

 

En rueda de prensa el coordinador del libro y sindicalista de la Confederación General de Trabajadores, Cecilio Gordillo, acompañado del geógrafo, Gonzalo Acosta, destacó que el libro, fruto de tres años de trabajo, refleja la reconstrucción de la vida cotidiana de esos campos, gracias a los testimonios de los supervivientes y de sus familiares.

Según explicó la acción transcurre en Sevilla, donde entre 1940 y 1972 hubo hasta siete campos de concentración, por los que pasaron hasta 10.000 personas, que junto a sus familias conformaron los nuevos barrios de la ciudad, y cuya mano de obra fue utilizada para la construcción de esta obra hidráulica.

"Este canal, que atraviesa 17 municipios no solo transformó la ciudad de Sevilla, sino que convirtió 80.000 hectáreas de marismas que rodeaban el parque Doñana en tierras de regadío, e incrementó hasta en un 600 por ciento el valor que tenían antes, algo de lo que se beneficiaron muchos de los que financiaron el golpe militar de Francisco Franco".

En este sentido denunció que de las 10 grandes constructoras que existen en al actualidad en España, 5 de ellas tienen el origen de su capital en el uso de la mano de obra esclava, y criticó que en base a la Ley de Amnistía de 1977, estos presos que fueron condenados a trabajar no puedan pedir ninguna compensación económica, porque "el Estado sigue sin reconocer que entre los presos políticos existió la figura del preso político condenado a trabajos forzados".

Por su parte, Gonzalo Acosta, manifestó que tras la guerra, España se reconstruyó en función de un sistema con principios morales, y que a pesar de la evidencia de este sistema potente de redención de penas por trabajo, que amparaba la construcción de grandes obras hidráulicas, el 12 por ciento de la población activa de la época era mano de obra esclava, el llamado "INEM rojo".

Asimismo, destacó el papel fundamental que tuvieron las mujeres en todo este proceso, reconociendo la "injusticia que se acomete al decir que la guerra y la política son cosas de hombres".

En otro orden de cosas, Acosta aseguró sentirse orgullos de haber desencadenado con la creación de este libro un proceso social en relación al "canal de los presos, uniendo presente con pasado y conocimiento con reconocimiento".