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La División Azul en el homenaje a los veteranos de las FAS en la base naval de Rota, hoy
Floren Dimas - 24/10/2004




Amigos: uno ya no sabe si España es una democracia secuestrada por el miedo o qué está sucediendo con el alargamiento a nuestros días de la larga sombra del Caudillo.
 
Lo de hoy en la Base Naval de Rota no tiene nombre: el guión de la División Azul es portado por un portaestandarte vistiendo la camisa azul de la Falange, junto a los demás de unidades militares "históricas" como Tropas Nómadas, Milicia Universitaria y demás vestigios de acreditado sabor colonial-franquista, en presencia tanto del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, (AJEMA), Sebastián Zaragoza Soto, como del Almirante de la Flota (ALFLOT), Ángel María Tello Valero. (Se inserta noticial al pié de este mensaje)
 
La forma en cómo se hilvana el reciente escándalo del homenaje a la División Azul en el Desfile del 12 de Octubre en Madrid, desemboca en esta nueva provocación al invitar a un acto de inequívoco significado castrense, convocado como una jornada de Homenaje a los Veteranos de las FAS, constituyendo una nueva provocación tanto a las víctimas del franquismo, como los españoles que sostienen que no se puede tolerar este género de exaltaciones de los símbolos de ideologías totalitarias, y menos aun formando parte de los rituales militares de nuestras FAS.
 
Solicitamos la máxima difusión de esta información y dejamos al criterio general las acciones a tomar ante este nuevo disparate del ministerio del "socialista" José Bono.
 
Saludos cordiales,
 
Floren Dimas

 
Pd.- Agradecemos a la delegación de AGE Algeciras-Campo de Gibraltar el envío de esta primicia.


Diario de Cádiz - domingo, 24 de octubre de 2004
Regreso al pasado en Rota



fito carreto. protocolo. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa se dispone a saludar al banderín de veteranos de la Armada, después de hacer lo propio ante el de la División Azul y las Tropas Nómadas.

NOELIA SENABRE

rota. El muelle 1 de la Base Naval de Rota aparecía especialmente preparado para la ocasión: la celebración del Día del Veterano de las Fuerzas Armadas, cuya organización corría a cargo de la Armada por primera vez previo encargo del Ministerio de Defensa. Al acto, como en la Fiesta Nacional, se sumó una representación de veteranos de la División Azul, con banderín y camisa azul incluidos.


Enormes tanques, vehículos pesados, equipos de buceo de la Infantería de Marina y ametralladoras además de diverso material de la Armada se exhibía a la entrada en una variada exposición que daba la bienvenida al visitante. Una inacabable fila de autobuses daba una idea más o menos aproximada de la cantidad de militares veteranos llegados de distintos puntos del país para celebrar este día, al amparo de sus respectivas hermandades. Seguía una gran carpa instalada para albergar el "vino de honor" que al final del acto compartieron participantes, organizadores y familiares asistentes. Y, para el público, unas hileras de sillas dispuestas alrededor de la tribuna presidencial y frente al escenario donde estaba previsto el acto. La imagen del impresionante portaaviones Príncipe de Asturias atracado en el muelle de la Base Naval cerraba el decorado. Delante de él, permanecía formado el batallón de honor, que estaba compuesto por representantes de hermandades de veteranos y militares en activo. Así, antes de que diera comienzo el acto, ya estaban en "sus puestos", representantes de la Milicia Universitaria de Tierra y de Aire, Tropas Nómadas, hermandad de Regulares, viudas de militares, veteranos caballeros legionarios y de la División Azul, entre otros. Completaban el batallón militares en activo de la Escuadra de Gastadores de la Armada, la Banda de Tercio de Armada (TEAR) y la Infantería de Marina, ambos con sede en San Fernando.

Uniformes de lo más variado recorrían, con un sólo vistazo, gran parte de la historia de España de los últimos años. Todos ellos complementados con condecoraciones, cruces y demás distinciones que vestían los oficiales.

Frente a ellos, un público bien encopetado y sofocado por el calor reinante –con las cámaras de foto en una mano y el abanico en la otra–, no perdía detalle de la celebración.

Con la incorporación de la bandera de España a la formación comenzó el acto, al que se añadieron poco después tanto el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, (AJEMA), Sebastián Zaragoza Soto, como el Almirante de la Flota (ALFLOT), Ángel María Tello Valero.

Con 17 salvas de ordenanza en su honor fue recibido a su llegada el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general del Ejército Félix Sanz Roldán, que presidió el acto. Y que, acompañado por Zaragoza Soto y Tello Valero, revistó a las tropas que seguían en formación a pie de muelle delante del Príncipe de Asturias.

Una de las curiosidades del acto se produjo cuando el teniente general veterano Agustín Muñoz Grandes vio cuadrarse ante él al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, en la revista a las tropas.

El calor apretaba y el mar de abanicos del público se agitaba con más fuerza para aliviarlo.

Después de que el JEMAD ocupara la presidencia del acto en la tribuna preparada al efecto, dio comienzo el homenaje a la bandera. Para ello, seis veteranos tomaron una enorme enseña nacional, que a los sones de las marchas militares, trasladaron hasta el improvisado mástil que se instaló en el centro. Y se izó con más cañonazos para rendirle tributo, en esta ocasión, los máximos honores, 21 salvas. Mientras, por megafonía, se leyeron varias estrofas de la poesía España, que apenas se escuchaban por los aplausos.

Las condecoraciones que impusieron el JEMAD, el AJEMA y el ALFLOT en medio de la celebración contaron con gran solemnidad y más aplausos por parte del público que empezaba a buscar la sombra para refugiarse de un sol que seguía apretando.

Como es costumbre en los actos militares, el de mayor experiencia dirige unas palabras. Y así ocurrió. En esta ocasión fue elegido para semejante tarea el almirante más antiguo en situación de reserva, Saturnino Suances, en un discurso representativo de los veteranos que se homenajeaban durante el acto.

Después le tocó el turno al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, que, en calidad de presidente de la ceremonia, intervino para destacar el papel de unos y otros.

El momento más emotivo llegó con el homenaje a los caídos que empezó con el desfile de guiones y banderines por el escenario central del acto, donde se prendió un pequeño pebetero para simbolizar con su llama las almas de aquellos militares muertos en acto de servicio y que ardía junto a la bandera nacional que acababan de izar.

La emoción se hizo palpable cuando con la entrega de una corona de laurel, que portaban dos marineras y que colocaron en la base del monumento central que formaba el pebetero, dos viudas de militares que han muerto en acto de servicio. Una de ellas era la viuda del capitán de navío Herrera y la otra, la de Martín Omar, también capitán de navío, que perdió la vida en agosto de 2003 como consecuencia del atentado con camión bomba que sufrió la sede de la o­nU en Iraq y que lo convirtieron en el primer militar español fallecido en esa guerra.

Ya pasaban las dos y cuarto de la tarde cuando se acercaba el momento final del acto con el desfile del batallón de honor que había resistido en formación desde antes incluso de que empezara. El JEMAD embarcó entonces en el Príncipe de Asturias para firmar en los libros de honor de las hermandades de veteranos en la ceremonia.