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La Sierra revive el horror de la Guerra Civil. La aparición de restos de fusilados en una fosa común en El Bosque hace renacer entre las familias la esperanza de darles sepultura digna.
Diario de Cádiz 18/01/2004

http://www.diariodecadiz.com/pg040118/cadizp/cadizp377893.htm


FUSILADOS. Un arqueólogo junto a los restos humanos hallados en El Bosque


ELISA ARMARIO.

EL BOSQUE. Descendientes de fusilados de la Guerra Civil han peregrinado durante esta semana hasta el camposanto de El Bosque en busca de algún indicio que les devuelva la calma de una espera de casi setenta años. Reclaman la memoria de hombres y mujeres, de nombres y apellidos que se esfumaron un verano de 1936 ante el horror dejado por los sublevados contra la Segunda República.

El hallazgo en diciembre de una fosa común con restos humanos que podrían corresponder a tres personas ha iniciado un proceso de búsqueda que se perfila largo y complicado. Entre estos restos podrían encontrarse los de José Bazán Viruez, concejal ubriqueño de Izquierda republicana, desaparecido y fusilado el 15 de agosto del 36. La perseverancia de sus familiares quiso que el destino destapara este puzzle. Siempre pensaron que Bazán estaba enterrado en el cementerio de El Bosque y por ello, comunicaron al Ayuntamiento bosqueño que si se realizaban obras querían estar presentes. Y así fue.

El 19 de diciembre una máquina excavadora abría una zanja en el cementerio de El Bosque y destapaba una evidencia con los familiares como testigos. El testimonio revelador de José Vázquez, un vecino de 91 años, ha sido una de las piezas fundamentales de este acontecimiento. Este hombre recordó allí el lugar donde cavó y enterró en fosas comunes a los finados. Dijo que eran varias las fosas abiertas en un emplazamiento junto a la tapia del cementerio.

Las primeras pesquisas apuntaron a un número de siete a nueve cadáveres, pero Vázquez reconoce que el número puede ascender hasta una treintena de personas de Ubrique, Grazalema, Benamahoma y Prado del Rey.

En ese momento las obras de ampliación se paralizaron y el Ayuntamiento pidió asesoramiento a la Junta de Andalucía para iniciar los trámites de exhumación de los cuerpos, conforme a un decreto aprobado recientemente.

A comienzos de esta semana, un equipo de arqueólogos de la Delegación Provincial de Cultura, integrado por Virginia Pinto y Alfonso Pando, inició una intervención de urgencia, ayudados por operarios municipales y el asesoramiento del arqueólogo Ángel Muñoz.

Desde el lunes, muchos familiares se han acercado hasta allí para narrar sus propias historias. Relatos muy parecidos de huérfanos que piden 'al menos poder llevarles a algún sitio unas flores para llorarles en paz'. Así lo constataba el alcalde de El Bosque, Antonio Ramírez, quien estuvo presente el primer día de los trabajos y señala que existe un gran número de personas que están viviendo con gran emoción este asunto. Ramírez ha explicado que, aunque el Ayuntamiento tiene urgencia en retomar las obras de ampliación, 'somos conscientes de que debemos ser sensibles con esta situación'.

De momento, ha solicitado ayuda a la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía para sufragar los gastos de la excavación. También los familiares de fusilados de El Bosque le han reclamado que se indague donde podrían estar sus parientes.

Ahora los arqueólogos se centran en determinar el espacio de las fosas y limpiar los depósitos de tierras posteriores hasta llegar al suelo de 1936 para encontrar los restos. La intervención se prolongará durante al menos tres o cuatro semanas, momento para empezar la investigación de los forenses para determinar sus identificaciones. Por su parte, el Ayuntamiento bosqueño está estudiando una serie de homenajes para conservar la memoria de todos ellos.

Ana, una de las nietas de José Bazán Viruez, explicaba hace unos días que su familia se ha empeño no sólo en luchar por su historia personal, sino también por la de todos aquellos que están allí. 'Queremos que se mire hacia atrás para que nadie vuelva a equivocarse', apostillaba emocionada, mientras reconocía su pena por la desaparición de muchas viudas de los fusilados que sacaron adelante a sus hijos y que no podrán ver concluido el capítulo más doloroso de sus vidas.

El caso de El Bosque podría convertirse en la punta del iceberg para sacar a la luz otras muchas fosas comunes diseminadas por la Sierra gaditana. Así al menos, opinan historiadores e investigadores de la comarca que viven de cerca este proceso.