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Encuentran un casco de la guerra civil en el barrio aramaixoarra de Zabola
diariovasco.com 16/01/2004

http://servicios.diariovasco.com/pg040116/prensa/noticias/AltoDeba/200401/16/DVA-ALD-000.html


Jorge Errasti, hijo del bar Iparragirre de Barajuen, muestra el casco que encontró cuando cazaba becadas en una vaguada de Zabola. [GOIENA]


ALTO DEBA
ARRASATE-MONDRAGON

Jorge Errasti estaba cazando becadas en una vaguada del barrio de Zabola cuando vio el casco enterrado en el barro Sus amigos no le creyeron y volvió para desenterrarlo

KEPA OLIDEN./DV. ARRASATE

El aramaixoarra Jorge Errasti encontró un casco militar que data de la guerra civil española (1936-39) cuando cazaba becadas en un vaguada del barrio de Zabola el pasado mes de diciembre. El casco «estaba semienterrado en un terreno cenagoso próximo al cauce de un riachuelo» recuerda Errasti. Un pinar recientemente desbrozado permitió a Jorge avistar lo que, a primera vista, «parecía una cazuela hundida en el barrio». Al acercarse a curiosear y tras mover el objeto con el pie, Errasti pudo comprobar que se trataba de un casco militar de la guerra civil. Y allí lo dejó. Transcurrida la jornada de caza y llegado el fin de semana, Jorge comentó el hallazgo a sus amigos, pero estos no acababan de creerle, y le preguntaban «cómo así no había traído» el casco. Entre bromas, le preguntaban «si no había visto por allí la calavera» de su último portador.

Jorge zanjó definitivamente la cuestión regresando al lugar del hallazgo y llevándose consigo el casco para enseñárselo a quien quisiera verlo. Y tras echar un buen vistazo, no vio ni calavera alguna ni ningún otro objeto relativo al casco o perteneciente a la guerra civil, aunque «vete a saber lo que puede haber enterrado en el barro».

Jorge Errasti, de 39 años, hijo del bar Iparragirre del barrio de Barajuen pero actualmente residente en Ibarra, guarda en su casa este viejo y oxidado casco, que «por ahora no pienso limpiar» asegura.

Preguntado si sabe a qué bando puede pertenecer el casco, Jorge Errasti afirma desconocer cualquier detalle sobre este particular. «Los viejos del lugar que conocieron la guerra están muertos y ya no queda a quién preguntar» se lamenta Errasti.

Hacía cinco años que no aparecía ningún vestigio de la guerra civil en la comarca. El último hallazgo fue el obús de artillería hallado en la vaguada de Boliñete en febrero de 1998, y que artificieros de la Ertzaintza procedieron a explosionar.