Exhuman en Ampudia los restos de tres vecinos de la localidad vallisoletana de Matapozuelos fusilados en 1936
El Norte de Castilla. Edición PALENCIA 18 Enero de 2004
Los dos arqueólogos y el forense buscan balas con
el detector de metales. A la derecha, restos óseos
encontrados ayer en la fosa de Ampudia.
Descansen en su tierra
Texto de Virginia Redondo. Fotografías de Merche de la Fuente.
Los dos arqueólogos y el forense buscan balas con el detector de metales. A la derecha, restos óseos encontrados ayer en la fosa de Ampudia.
EL tiempo no ha conseguido borrar de su memoria aquel fatídico 18 de octubre de 1936. El ejército franquista sacó de sus casas a sus seres queridos para darles muerte a noventa kilómetros de su tierra natal. Durante 68 años han callado su profundo dolor y su sufrimiento ante la amargura de no saber el lugar donde reposaban los restos de su hijo, hermano, primo o tío. Las huellas del conflicto más grave y sangriento de la historia contemporánea española todavía permanecen intactas en los corazones de cientos de familias palentinas. Ayer, tres de ellas pusieron fin a una búsqueda de casi setenta años.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid exhumó ayer los restos de tres jóvenes, vecinos de la localidad vallisoletana de Matapozuelos, que habían sido fusilados en el mes de octubre de 1936 en Ampudia. Desde primera hora de la mañana de ayer, varios arqueólogos y vecinos de Ampudia se dieron cita en el cementerio de la localidad, donde se presumía que podían reposar los restos de los tres republicanos. Un momento de emoción y rabia contenida que no pudo soportar el sobrino de uno de los jóvenes exhumados, que se emocionó al ver los primeros restos de su tío fusilado, que reposaban junto a algunos objetos que fueron recuperados como botones o restos de tela negra de paño, que pudieran corresponder a un abrigo.
Al cementerio
Su tío, Eugenio Romero García, era el más joven. Tan sólo tenía 18 años cuando fue abordado en la estación ferroviaria de Matapozuelos. Junto a él, fueron detenidos David Gil Torreadrado, de 27 años y Restituto Díez, de 29 años. Los tres jóvenes fueron llevados a las cocheras de los tranvías en Valladolid, un lugar de reclusión durante la Guerra. Tras pasar allí una noche, fueron fusilados el día 21 en el kilómetro 3,5 de la carretera Ampudia-Quintanilla de Trigueros. Desde allí fueron llevados al cementerio de Ampudia, donde ayer fueron recuperados en una jornada marcada por la felicidad de poder devolver sus restos a sus seres queridos. Hoy, sus familias podrán llorar su muerte en el cementerio de su pueblo, donde por fin, después de 68 años, descansarán en paz.
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